|Capítulo 25|

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No, Sophie.

El destino debe estar jugándome una jodida broma, y de muy mal gusto. El alma abandona mi cuerpo durante unos segundos. Sin decir nada, mis pies me llevan hasta ella, mi hija tiene una conversación con la mujer.

—Puedes ir a comer donde Sully, por eso te doy la moneda. —Le dice con voz dulce.

—Gracias, mi niña. —Mi niña, ella está llorando, se ve peor que antes, sus ojeras son enormes, luce mucho más delgada, señor. —Eres preciosa, niña.

—Gracias. —Le sonríe. —Deberías tomar un baño, papá podría comprarte un vestido lindo como el mío.

La mujer va a decir algo, el miedo me invade y lo evito. Ni una sola palabra más. No voy a arriesgarme.

—Sophie. —La reprendo. — ¿Qué te he dicho de hablar con extraños?

—Que no lo haga. —Murmura bajando la cabeza, sabe que ha hecho mal.

—Pero aún así me desobedeces. —Sus ojos, los ojos de Charlotte son los ojos de Sophie, muy apagados, pero eso no le quita el parecido entre ambas. Ella empieza a toser, es una tos muy tosca y seca, de esas en las que parece que el pecho se va a partir.

—Perdón. —Dice la pequeña y miro la mano de la mujer, tiene sangre. ¡Oh, por Dios!

Algo en mi interior pide a gritos que le ayude, y tengo que hacer algo por ella. Después de todo, está mujer me dio lo más grande y maravilloso que tengo en la vida.

—Sophie ve a dentro con Sully. Ya te alcanzo. —No quiero que vea esto, puede ponerse mucho peor, y no es una imagen que debe observar.

—Pero si has dicho que ya nos íbamos a casa.—Reniega.

—Hazme caso, por favor. Ve un momento con Sully, y pídele una hamburguesa para llevar, de seguro que a Barney y Rowe les va a encantar. Ve adentro, por favor. —Repito.

Ethan se acerca a la mujer, después de todo es médico o al menos lleva medicina ¿O no? Está estudiando para eso, algo debe saber o al menos eso espero. Coloco la mano en su espalda para llevarmela de ahí, pero ella se gira.

—Papá, la señora se durmió —murmura Sophie, contemplo la imagen, no puede ser.

Sigo con mi tarea, mantenerla lejos. El espectáculo que se está montando no pasa desapercibido, por ello, Sully está casi en la entrada, le pido que cuide a mi hija mientras ayudo a la mujer, ella no se niega. Regreso a pasos rápidos donde está Charlotte.

— ¿Qué sucede, Ethan? —pregunto con la respiración agitada.

—Esta mujer se encuentra muy mal, sostén su cabeza para mientras viene la ambulancia.

Hago lo que me pide. Ella vuelve a abrir los ojos, encontrándose con mi mirada, siento mis ojos humedecer, ¿Por qué me afecta? Una reacción humana, puede ser, pero no, la mujer que le dio la vida a mi hija está muriendo, me da pena la cosas que le sucedieron, y como está llegando en fin de su vida. Le veo hacer un intento por hablar. Paso mi mano por su pelo, como tantas veces lo hago con Sophie.

—No te esfuerces, Charlotte. —Murmuro lo suficientemente bajo para que solo ella me escuche. —Tranquila, pronto vendrá la ayuda para tí.

—No —susurra con trabajo. Su nariz vuelve a sangrar, saco mi pañuelo del bolsillo para limpiarle. —No dejes que... Te quiten a... Sophie... Nunca.

—No va a suceder jamás, lo prometo. Pero no hables. —Le digo. Me preocupa que si respiración se escuche tan agitada. —Prometo que nada ni nadie me va a separar de mi... De nuestra hija. Descansa, Charlotte.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora