|Capítulo 46|

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Los rayos del sol dan la bienvenida a la mañana, duermen juntas Sophie y Zoe, esta última abre los ojos. Observa a la pequeña que duerme ajena a todo lo que sucede a su alrededor. Que desgracia, justo cuando todo mejora para ella, se viene una terrible noticia.  Recorre el pasillo que lleva del cuarto a la cocina, y ahí están Barney y Rowe.

—Buenos días —saluda a ambos al mismo tiempo. Ella suspira, no cree que sea demasiado bueno. Si Ashton está en el hospital.

—Buenos días, ¿Va a desayunar? Puedo preparar lo que desee.

—No, muchas gracias. Yo debo irme, necesito un cambio de ropa y darme un buen baño. Sophie aún duerme, por favor, que tome todas sus medicinas, volveré luego.

—Me aseguraré de ello —habla Rowe.

—Yo... Voy a llevarla, los padres del Ashton dijeron que lo haga. Si despierta antes de que yo regrese, alístala, por favor.

—Está bien.

—¿Han sabido algo de él? Mi móvil se descargó, y me quedé incomunicada. Hablé con Stella, pero no entró en detalles.

Ambos se miran, Rowe baja la mirada y ella frunce el ceño. «Algo malo ocurre. Es como un presagio de ello».

—Llegó al hospital en estado crítico, casi lo pierden en el camino, lograron establecerlo pero... Él entró en coma.

Parpadea sin creerlo, se sostiene de la isla.

—Eso no... —niega con la cabeza—no puede ser. Es horrible, increíble, trágico. Necesito irme y volver rápido. No le digas nada a Sophie, si quiere ver televisión evita a toda costa los canales de información, es más, sólo ponle películas ¿Si?

—Claro que si —continúa cortando fruta.

—También que desayune, de llegar a despertar. —Mira a Barney. — ¿Nos vamos? Por favor.

—Sí, señorita. Pase usted.

En el auto va absorta en sus pensamientos,es un viaje que parece eterno, sobre todo porque sus pensamientos no necesariamente se encuentran en el mismo sitio que ella. Una vez que se estaciona, sube al apartamento y tarda menos de quince minutos en bajar para marcharse. De regreso en casa, lo primero que hace es preguntar por un lugar donde pueda cargar el móvil, al encender las llamadas perdidas y los mensajes caen como lluvia, intenta responder a todo, pero en la escalera alguien la distrae.

— ¿Dónde está papá? Es sábado, él siempre esta aquí.

—Sophie, ¿Vas a desayunar? —le pregunta Rowe dejando el plumero a un lado.

—No, yo quiero a mi papá.

Los tres adultos presentes se miran entre sí, en busca de una respuesta para ella.

— ¡Papá! —Grita. —Él está ahí, ¿Verdad? —señala la puerta del despacho. Camina al lugar, entra y vuelve a salir. —No está aquí, ¿Y papá?

—Sophie, ven aquí pequeña —le llama Zoe.
La niña llega a su lado, como quien espera una respuesta, que es muy necesaria.

— ¿Sabes dónde está papá? —toma su mano.

—Salió un momento —dice no muy convencida.

—No es cierto, me estás mintiendo —sus ojos se llenan de lágrimas rápidamente. —Papá está en la televisión, el hombre dijo que se va a morir.

—Eso no es cierto —la abraza, mira a Rowe con reproche. —Tu papi sólo está un poco enfermo, todo saldrá bien.

—Yo quiero ver a papá.  —Dice llorando. —Zoe, llévame con papá.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora