|Capítulo 28|

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Descanso por unos diez minutos, con la cabeza echada hacia atrás en mi silla, me siento mucho mejor. Ahora camino hacia la puerta y abro.

—Stella, llama al señor Bell para confirmar lo de la reunión. —Me detengo en el umbral de la puerta, he caminado, cuando pude haber llamado por teléfono.

—Él llamó, hace media hora más o menos y... —¿Llamó? ¿Llamó y no pudo decírmelo? Intento hacer un ejercicio leve de inhalación y exhalación para no ser tan duro ¿Por qué putas no cumple con su trabajo de asistente?

— ¿Y por qué no me lo has hecho saber? —Cruzo los brazos sin despegarle la vista.

—Yo llamé a tu línea y está descolgada, además, con ese humor de mierda que te cargas, ya no quiero que me digas de cosas, pensé que no querías que se te interrumpiera.

—Pensaste muy bien, envíame los detalles de lo que te ha dicho, al correo. —Giro para volver adentro.

—Sí, señor —si el sarcasmo fuese una enfermedad, ella ya hubiese muerto por ello. —Estás vuelto un idiota.

—Y tú demasiado igualada. —Espeto muy serio.

—Estás mal, ya no eres el mismo, te has convertido en un jodido malcriado, poderoso, autoritario. —Hago un ademán para que continúe, no me interesa lo que opine de mi. —Siempre admiré de tí la dedicación con que tratabas a Sophie, ahora si la ves despierta es un milagro. Deberías oírte cuando tratas a los demás.

—Simplemente me doy a respetar, no dirijo un cacharro de comida rápida, sino, una empresa de grandes dimensiones. No puedo ir por la vida dejando que todos me miren como su amigo y con respecto a Sophie, todo sigue igual, no le falta nada.

—El tiempo se va a encargar de sacarte esa idea estúpida de la cabeza, de verdad deseo que no sea tan duro cuando te lo muestre. —Escribe algo en el monitor. —Ya te envié lo que me has pedido. —Su rostro serio y duro no cambia. —A un hijo no puedes sustituirle el amor por cosas materiales.

Ya me harté de esto, ni siquiera le he prestado atención a media palabrería de todo lo que ha dicho, eso no es importante, sólo debo volver a trabajar.

—Perfecto, muchas gracias.

Que se jodan todos y sus ganas de querer gobernarme.

***

Me cansé de todo, voy de camino a casa, donde espero que me dejen en paz, podré pasar una hora con Sophie y luego continuaré con mi trabajo, me encerraré en el despacho, y que el mundo se acabe si quiere.

No escuchar a alguien parloteando todo el tiempo es infinitamente perfecto, en el auto lo único que se escucha es la suave melodía que sale por la radio, no sé como se llama pero es dulce y relajante.

Ver mi casa es... ¿Alegre? Entro y en la sala está Rowe arreglando los cojines, de la cocina sale un ruído, de seguro se ha dejado algo mal puesto y se cayó.

—Buenas tardes, señor. —Momento... ¿Me mira con reproche?

—Buenas tardes, ¿Dónde está Sophie?

—En su habitación, durmiendo.

— ¿Durmiendo a esta hora? ¿Por qué la dejas? Sabes que después le cuesta dormir por la noche.

—Si supiera —niega con la cabeza. —Tiene semanas en que no la veo tan bien, en los últimos días a comido poco, ya ni siquiera juega como antes y todo el tiempo se declara cansada, por eso la dejo dormir.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora