Mantengo mis expectativas en el aire. Sophie está sentada en mis piernas y Zoe en la otra silla, nos acompaña para saber el resultado. Su boca se abre un poco para tomar aire, la doctora toma asiento en su lugar, saca el sobre de una carpeta y empieza a abrirlo, sostengo la mano de Zoe mientras acaricio la espalda de mi pequeña.
Abre el sobre con el nombre del laboratorio, examina detalle a detalle, cierro los ojos y trato de respirar.
Ese pequeño papel tiene el futuro de mi vida.
—Hola chicos. Ha pasado mucho tiempo desde que empezamos a trabajar en conjunto con muchas personas para conseguir lo que hoy puede ser una realidad. No quiero tenerlos más con la duda, y es que hoy... —hace una pausa, sonríe. ¿Es bueno o malo? Estoy conteniendo el aire. Abrazo a Sophie que me mira y luego regresa a jugar con su pulsera — ¡Hoy, lo hemos logrado!.
Al fin, mi vida vuelve a tener esa chispa que desde meses atrás había perdido. No había notado mis lágrimas hasta que Sophie las limpia.
—Lo hemos logrado —me dice sonriente, es el día de su cumpleaños número ocho, puedo celebrar su vida.
—Si, pequeña, lo hemos logrado —dejo un beso en su frente, mi sello personal. —Lo has hecho, fuiste muy fuerte y ahora te quedarás conmigo por siempre.
—Por tí —me detengo un segundo y la veo, el brillo de sus ojos, la vitalidad que emanan me hacen feliz—, te quiero.
—Yo te quiero a tí, te quiero —rozo nuestras narices y vuelvo a abrazarla.
El mundo no existe, solo los dos. Regreso a mi realidad. Hay dos personas más en esta habitación.
—Muchas gracias doctora —ella tiene una sonrisa enorme en su rostro.
—No las des, por momentos así, es que valen la pena los años que dediqué a mi carrera. Felicidades a ustedes. Sólo deben recordar que habrá que realizar estudios durante cierto período para cerciorarnos de que fue radicado en su totalidad.
Esta mujer fue esencial para no caer, sus palabras me hicieron creer. Y por otro lado está quien sin ningún miedo se atrevió a dar una pequeña parte de ella para devolverle la vida a mi Sophie. Estamos de pie, así que sólo doy unos pasos para abrazarla.
—Gracias, gracias, gracias. Sin tí, nada hubiese sido posible —la miro a los ojos, me doy cuenta de algo, de eso que negué hace tiempo.
—Ya sabes que venimos al mundo para servir —sus nudillos rozan mis mejillas. —Solo hice lo correcto. —Me aleja y va con Sophie. —Te ves preciosa hoy. Bueno, mucho más que otros días.
— Gracias — besa su mejilla y luego le susurra algo al oído.
Al ponerse de pie sus mejillas son de color rosa. Algún comentario especial vía Sophie.
Nos despedimos de la doctora, no sin dejarle unos cinco mil besos a ella, bien, solo fueron cuatro mil novecientos noventa y nueve; soy un exagerado, caminamos por los pasillos hasta casi llegar a la puerta, un relámpago me hace enterar de que está lloviendo, envío un mensaje a Barney para que acerque el auto a la entrada, ahí siempre camina un paraguas. Sophie y Zoe están jugando con la manos, devuelvo mi vista a la lluvia.
"La vida no trata de evitar la tormenta, sino de aprender a bailar en la lluvia"
Una gran idea cruza por mi cabeza, bailar bajo la lluvia ¡Eso es!
—Zoe —llamo su atención, me mira sin decir nada —necesito que me acompañes a un lugar, y Sophie, no te muevas de aquí: la pequeña asiente, me llevo de la mano a Zoe.
— ¿A dónde vamos? —pregunta sin soltarse.
—Espero que no extrañes tu peinado —digo con una sonrisa.
— ¡Estás loco! —grita cuando salimos de dónde el techo cubre y la lluvia nos moja.
—Nada que no resuelva: una toalla, la secadora y un planchado. —Le recuerdo su mensaje — ¿Bailas conmigo, por favor?
Extiendo mi mano y ella la coge.
—Pero no hay música, Ashton. —Susurra.
—Supongo que el ruido que provoca el goteo de la lluvia es algún tipo de melodía. —Me encojo de hombros.
Damos inicio a un baile sin sentido, pero lleno de felicidad, ahora mismo estamos empapados, miro a Sophie sonreír desde la entrada y sé que es el momento adecuado para decirlo.
—Zoe —hago que me mire—, tuvieron que pasar muchas cosas para que me diese cuenta de algo, hubo un accidente, una enfermedad, yo en coma. —Me golpea el hombro — ¡Auch!—No hables de esas cosas, planeo olvidarlas. —Dice tomándose el puente de la nariz.
—Bien, yo sólo quería que supieras lo agradecido que estoy contigo. Has hecho mucho con tan poco, siempre estuviste ahí, en cada momento para ayudarme a seguir —ladea la cabeza y frunce el ceño, cosa que Sophie hace y siempre he dicho que me parece tierno, ahora con ella pienso lo mismo. —Soy un hombre demasiado cerrado, no me gusta aceptar cuando otros tienen razón, y me cuesta demasiado abrirme ante las personas en un ambiente que no sea el empresarial, a no ser que hablemos de mi familia, ahí es diferente, ya mucha palabrería, lo sé. Iré de una vez al punto, no sé cómo, ni cuándo y menos el porqué, la verdad es que si lo sé, ¿Cómo? Eres tan tú ¿Cuándo? Justo en el momento en que no te alejaste ¿Por qué? Porque eres la persona, perdón, mujer, eres la única mujer que no sea mamá, Sophie, Rowe o la mismísima Stella, con quien puedo ser yo mismo, y el punto de todo esto es que yo... Me enamoré de tí.
Si, lo dije, sus ojos se abren como platos, sonríe burlesca, genial, piensa que es una broma.
— ¿Qué? —pregunta y es apenas audible.
—Eres la persona que quiero para mí, porque eres muy diferente a cualquiera que haya conocido, nunca llegaste con el afán de hacerme caer en tus redes, sé que contigo Sophie va a estar bien —coloco mis manos sobre sus hombros. —Le has devuelto la vida, tiene su segunda oportunidad, es como si hubiese vuelto a nacer. Lo que más me sorprende es el hecho de que nunca hiciste nada para llamar mi atención, no de forma descarada, fue más bien a través de los hechos, simplemente fuiste tú y apareciste cuando más necesité de apoyo, siempre has sido tú, pero no me di cuenta por miedo, si, yo tengo miedo de amar, si, soy hombre, pero los hombres también tememos a que alguien nos dañe, no somos de piedra, un corazón al lado derecho de nuestro pecho palpita y si ahora va a todo galope, y es por tí, ahora mismo estoy rebasando los niveles normales de latidos del corazón.
Un silencio incómodo, al menos para mí, se entabla entre nosotros. La lluvia está cesando poco a poco, lo que me da oportunidad de ver a Sophie, ella está con Barney, que la cubre para que no se moje al llevarla hasta el auto. Un minuto, dos minutos, tres minutos, ninguno dice nada, puede parecer mentira pero el sol empieza a asomarse para dar a bienvenida a un arco iris, pregúntale hombre, es ahora o nunca. Parlotea mi subconsciente.
—Zoe, ¿Serías mi novia?
Niega con la cabeza, ¿Uhm?
Le miro, tanto como puedo, ¿Esa es una respuesta? Me ha dicho que no.Nota: Ya solo falta la segunda parte del final, el epílogo y unos extras. Pronto...
Continuará...
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Prometo Quererte Siempre
Ficción GeneralCinthya Sarria: Prometo Quererte Siempre Sinopsis: Es la historia de Ashton Scott, un padre soltero que se ha superado para darle lo mejor a su pequeña hija. Se dice por ahí, que no hay amor más perfecto que el de un padre a sus hijos. PQS, nos mos...