|Capítulo 40|

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He esperado este día con ansias, al fin van a hacer el trasplante, sí, todos estamos emocionados, con decir que hasta el señor Bell está aquí, todos estos días ha cuidado de mi puesto. Cada uno va entrando a la habitación para saludar a mi hija, cedo el paso por cortesía. Mi madre es la última, y al fin llega mi turno.

-Hola, señorita. -Le saludo desde la puerta.

-Hola, señorito. -Dice divertida. -Papi ¿Es verdad qué me van a pinchar?

En su rostro no hay miedo, ella se mira tan bien, me acerco hasta su cama.

-Sí, pero es para que te den una parte de tus medicinas, con eso vas a estar mejor. Podrás recuperarte.

-Ah, ¿Me va a doler mucho? -pregunta mientras juega con sus manos.

-No lo creo, porque van a hacer que duermas.

La enfermera entra al cuarto y sé que ya es hora de que se la lleven.

-Sophie, ya es momento de irnos.

- ¿A dónde? -Ladea su cabecita.

-Vamos a que te cures, jovencita. -La sonrisa de esta mujer es contagiosa. -Hoy será un gran día para todos.

-Papi, ya me voy.

-Todo va a salir bien, te quiero.

-Te quiero, señorito. Y extráñame muchísimo.

-Cada segundo, mi vida. -Le doy un beso en la frente.

Sin más, salgo de la habitación, necesito encontrar a la doctora tengo una duda.
Camino por los pasillos del hospital en busca de la doctora, es normal toparse con ella en estos lados, me la encuentro todo el tiempo, pero justamente hoy no la he visto para nada, igual y está en su consultorio. Al llegar la puerta está medio abierta, lo cual me dan indicios de que pueda estarse alistando para el procedimiento. Al acercarme un poco más, escucho que está hablando con alguien, lo adecuado sería irme y volver en otro momento. Pero la conversación es interesante, sobre todo cuando menciona la palabra "Donadora".

-Es normal que sientas un poco de dolor, tienes un morado en la zona. En ocasiones suceder, te he recetado acetominafeno para el dolor y la inflamación, el como debes tomarlo ya está escrito en la receta. También tomarás un suplemento de hierro para ayudar a que tus glóbulos rojos se restablezcan. -Explica con un profesionalismo eminente en su mágica voz.

La persona que está con ella dice algo apenas audible, con lo que alcanzo a percibir... su voz me suena, creo que la conozco.

-Lo que hiciste fue muy valiente, con tu donación estás salvando una vida, la de una pequeña con un futuro. Eres una ángel, de verdad. No sabes como está de agradecido el padre de la pequeña. Ashton está vuelto loco. - ¿Mi nombre? Oh, por Dios, está hablando con la donadora de Sophie.

-Ya me lo había dicho, pero lo hice con mucho gusto -esa voz, habla demasiado bajo, pero su voz me da vueltas en busca de quien puede ser su dueña.

Los pasos se acercan más a la puerta.
-En unos minutos iniciará el trasplante, somos muy positivos en que todo salga bien. Con Sophie todo es posible.

La puerta se abre para dejarme ver a las dos mujeres.

-Tú -susurro y no lo puedo creer. -Tú eres la donadora.

Ella se queda paralizada, cierra los ojos rebotando un suspiro ahogado. Noto que sostiene su espalda y en sus pasos puedo ver los gestos de dolor.

-Ashton, deberías estar arriba, ya todo se encuentra preparado para el trasplante, todas las cosas para Sophie. -Dice la doctora para distraerme.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora