|Capítulo 37|

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Pienso que hoy va a ser un buen día, pero existe la posibilidad de que no ocurra, ese es justo mi sentimiento ahora. ¿Por qué? Aún no lo sé, es solamente la sensación de que nada va a salir bien. Podrían llamarme negativo pero es así. Terminando de desayunar Sophie volvió a poner la misma parranda de ayer, antes de ayer y los dos días anteriores a eso, lleva aproximadamente una semana con ese comportamiento, esta vez porque no aparecí de inmediato cuando me llamó, corrí desde la cafetería para llegar y decirle que se calmara, ni siquiera me acordé de los ascensores, subí por las escaleras, hoy las odio más que nunca y desde ese momento no he podido separarme de ella, empieza a preocuparme su actitud.

—Sophie, necesito ir un momento al baño.

—No te vayas —sostiene mi mano.

—Sólo quiero hacer mis necesidades, aquí no más —señalo la puerta, hay un baño en el cuarto.

—Está bien, puedes ir. Pero sólo un momento pequeñito.

—Gracias.

En realidad el baño sólo es una excusa, voy a llamar a mis padres para que se vayan, no hay manera en que pueda salir de aquí. Toman la llamada rápidamente.

—Hijo, ¿Qué te has hecho?

—Estoy en la habitación con Sophie, ni siquiera puedo moverme un poco, estoy escondido en el baño para poder hablarles.

— ¿Qué ocurrió? —pregunta alarmada.

—Lo mismo de ayer, fui a desayunar  y me llamaron para que me viniera, simplemente no quiere estar sola. No creo salir de aquí, así que considero que deben irse.

—Debes comprenderla, todo esto la asusta, no es fácil para ella, está fuera de su casa, lleva días viviendo entre médicos y el olor a hospital, no nos iremos, aunque sea vamos a acompañarte desde aquí. Hay una pareja que vino a buscarte.

— ¿Quiénes? ¿Siguen aquí?

—Sí, recién llegan, son de la empresa. El señor Julio Ochman y su esposa. —Cierto, movieron la fecha de la reunión.

—Voy a hablar con Sophie para ver si me deja ir un momento. Te llamo si me dice que no.

—Está bien, yo le digo.

Finalizo la llamada, ahora voy a enfrentar a esa niña, es una pregunta solamente, sal a decirle que saldrás y ya.

—Sophie... — levanta su mano. Uh, está enojada.

—Te tardaste un montón de tiempo.

—Tuve que atender una llamada, era mamá.

—Yo no quiero ver a nadie. —Aparta su rostro con una seriedad muy reflejada.

—No los verás, yo voy a ir con ellos.

— ¡No me dejes sola! —eleva un poco la voz pero no grita.

— ¿Recuerdas a los señores Ochman?

—No —dice sin tomarle la mínima importancia.

—Ellos han venido aquí para saber cómo estás, así que voy a ir para saludarlos.

—Me voy a quedar sola —de un momento a otro, las lágrimas salen de sus ojos.

—Voy a ir para agradecerles que hayan venido, no voy a tardar, sólo muy poco. — Le explico lo más tranquilo que puedo.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora