Prometo Quererte Siempre

"Charlotte"(Parte 4)

Hoy les traigo la despedida de Charlotte.

Gracias inmensas por hacer crecer esta historia y brindarle la oportunidad.

Espero que lo disfruten y sea de su agrado. Una vez más: ¡Gracias!

Cinthya Sarria.

⚫⚫⚫⚫

Soy una mujer sola, este era mi destino. Los errores cometidos tiene un precio demasiado caro, y cada día que despierto, tengo la sensación de que nunca terminaré de pagarlo. Cada día es más difícil vivir, quisiera que el mundo desapareciera, más bien, que la vida se apiade de mí, y al fin poder descansar en paz. Soy un cuerpo que se mueve porque no hay más que hacer. La alegría, las ganas de vivir ya no están, abrir los ojos es un castigo. Vago por las calles de Houston sin tener una razón aparente para mantenerme en pié, ¿Qué hice tan mal para merecer esto? Cada segundo que pasa, es la muestra perfecta de mi sufrimiento permanente.

Mi único consuelo, Sophie. Y la esperanza de un día poder tenerla frente a mí. Encontrar a su padre me dió un pequeño aire, creí que mi pequeña estaría otra vez en la ciudad, pero no, él se la llevó lejos. Ahora solo tengo su imagen en mi cabeza, mi más bello tesoro, mi niña es hermosa. No, ella no es mía, sino de él. Yo le di la vida, pero ese hombre le ha dado amor.

¿Qué sería de esa niña conmigo?

¿Sería feliz como hasta ahora?

Ni siquiera puedo imaginarle sucia, con hambre, no. Desde que vi al padre de mi hija, le he esperado fuera de Bell's, su ex lugar de trabajo. Ha entrado con una chica muy guapa, nada que ver conmigo, ¿Y si ella es a quién Sophie le llama mamá? Algo en mi interior se rompe, ¿Mi niña la querrá tanto? ¿Y si sólo es una amiga de él? Estoy confundida, él no es de amigos, ¿Y si es su novia o esposa?

—Señora, tiene que moverse de aquí. —El guardia de Bell's me habla, no lo dice en tono grosero, lleva la mano a su bolsa y me da unas monedas—. No quiero ser grosero, pero su aspecto asusta a la gente, vaya a comer algo por ahí.

—Gracias, yo no quería molestar. Yo sólo... —yo sólo quiero ver a mi hija—. Gracias.

Espera a que camine para volver a adentrarse al lugar, guardo las monedas en el bolsillo que aún queda sin romperse. No me alejo demasiado, espero en uno de los árboles, debo hablar con ese hombre.

Estoy cansada, llevo muchas horas aquí. Estoy demasiado débil para soportar esto, pero debo hacerlo. Muchas personas han salido del edificio, menos él, ¿Por qué no sale? Miro mis sucias manos, que asco dan.

Le veo salir, esa chica sigue con él. En un punto se detienen, él se ve cansado y fastidiado, ella le dice algo y se regresa, es mi oportunidad.
Me acerco con miedo.
Me tiemblan las manos.

— ¿Dónde está la niña?—. Voy directo al grano, la pequeña es lo único que mi importa justo ahora, quiero, ansío y necesito verla. — ¿Sophie, ha venido?

Me observa, al parecer libera una batalla en su mente. Empiezo a arrepentirme de haberme acercado.

— ¿Disculpe?—. Pregunta sin cambiar el tono de sorpresa.

—Si, ¿Dónde esta la niña? —Intento tomar su brazo pero lo aparta, claro, mis manos asquerosas van a ensuciarle.

— ¿De qué me habla?