Alguna parte del mundo / 1 de Septiembre / 10:19pm
Querida maestra:
Resulta que hoy por la tarde estaba yo muy tranquila regando las plantas de mi padre que están en el jardín delantero, él las cuida mucho y las quiere así que cuando él no tiene tiempo yo le ayudo con las respectivas labores que debe tener con esos pequeños seres vivos. Estaba pensando en cosas de la vida, en el rostro de Aiden, en mi hermana, en Lucas, hasta en usted. Pensaba en muchas cosas, hasta que fui interrumpida por una voz diciéndome:
"¿Por qué no está tu novio contigo?"
Me sobresalté y volteé mi cabeza rápidamente preguntándome quien era esa persona, quizás se había equivocado, pero no, ahí estaba Elizabeth. Ya sabe, la chica de mi escuela que me confesó sus sentimientos. Me puse nerviosa, hasta incluso comencé a temblar.
"E-eh, p-porque..." Tartamudeé mirando el suelo. En realidad, odiaba mentir de esa forma, y estaba aún mas asustada y nerviosa porque sabía de sus sentimientos por mi y también sabía que podía acercarse muy peligrosamente sin la presencia de mi salvador anterior.
"No me interesa, Haru. Solo fue para iniciar conversación." Sobó su brazo incomoda. Hice sonar mi garganta igual de incomoda que ella. No sabía que decirle, y estaba segura de que ella tampoco a mi. Suspiró elevando sus hombros. "Son bonitas."
Admiré las plantas de mi padre. Si que eran bonitas, y me gustaba saber de que a las otras personas también les parecía así. Le sonreí, la incomodidad se iba de a poco. Elizabeth iba vestida con unos jeans oscuros y una camiseta blanca. Su cabello rubio resaltaba entre la calle y su piel blanquecina contrastaba realmente bien con el entorno. Me miré a mi misma...
"¿Por qué me miras y luego te miras a ti?" Rio mirando el cielo y se tapó la boca con su brazo derecho. "¿Es broma lo que creo que estás haciendo?" Escondió sus manos en los bolsillos delanteros de los jeans. "Eres hermosa." Me sonrojé de golpe al oír lo que ella decía.
"Si, es muy hermosa." Aiden de pronto apareció en mi escena visual. Traía bolsas del mercado en sus manos. Frutas y verduras. Su cabello estaba desparramado, se notaba un tanto cansado y hasta me dieron ganas de dormir cuando me acuerdo de su rostro. "Gracias por el cumplido a mi novia, siempre me siento muy afortunado de tenerla junto a mi." La miró fríamente. Sentí como la respiración se me iba de un momento a otro. Aquello que salió de la boca de Aiden era lo más lindo que alguna vez había dicho sobre mi persona y frente a mí, aunque fuera una completa mentira.
Vi como Elizabeth cruzaba sus brazos. Estaba enfadada.
"Bellerose. ¿No podías quedarte en el mercado? Deberías estar siempre en ese lugar, ahí perteneces. Ahí te tuvo tu madre ¿No?" Sonrió cínica Elizabeth, cambió su postura. "El olor del pescado está en tu ADN." Cubrí mi boca al oír esas palabras. Uno, ¿Por qué trataba tan mal a la gente trabajadora del mercado? No era una cosa mala vender allí, era un trabajo noble y honrado. Dos, ¿Por qué le decía eso a Aiden?
"¿Tu veux mourir?" Aiden se acercó amenazadoramente a Eliza, pero me metí entremedio antes de que algo fatal sucediera.
"Elizabeth, d-debes irte." La miré decidida pero sabía que flaquearía en cualquier momento. Era gracioso porque yo era muy pequeña comparada con Aiden y Elizabeth. Ellos eran muy altos e intimidaban bastante. El carácter del chico y de la chica eran parecidos, los dos fríos, los dos serios, incluso el humor era igual. Me los quedé mirando un poco, no dejaban de tirarse fuego por los ojos con odio eterno.
"No sé, podría hacerte sonrojar de nuevo con mis palabras y quedarte mirando todo el día. No me cansaría jamás." La muchacha no dejó de observar a Aiden burlona mientras decía aquello. Y yo no lo entendí del todo. Mis mejillas de inmediato comenzaron a arder nuevamente. Jugué con mis manos hasta que sentí una misma de mi amigo tomar la mía. "No me convence que sean novios, así que creo que tengo el camino libre con Haru ¿No, Bellerose?"
"En serio, Elizabeth. Deja de provocarme." Se notaba en su voz que estaba ardiendo de furia. Apreté su mano para que se tranquilizara un poco.
"Solo creeré esa tontería si lo pruebas. Si la besas, Aiden, no le hablaré jamás. Ni siquiera la miraré de vuelta a clases." Abrí mucho los ojos. Recuerdo que en ese momento mi corazón comenzó a palpitar a mil por hora, sin mentir. Estaba ardiendo. Abrí mi boca para decir algo, pero luego la cerré al escuchar la voz de mi amigo.
"Como quieras."
Sí. La yo dentro de mi gritó en ese instante, gritó agudo. Muy agudo. No sabía que reacción tener frente a esas palabras. No sabía cómo respirar. Cómo sentir. Cómo mirar. No sabía cómo hacer esas cosas. Se me habían olvidado por completo aquellas acciones. Creo que hasta se me olvidó cómo vivir.
"¿Lo harás?" Elizabeth estaba igual de sorprendida que yo. Las dos no nos esperábamos eso, al parecer. "Y-yo pensé que no lo harías, Bellerose, ya que eres un cobarde."
"Si así dejarás de acosar a Haru, entonces te demostraré que somos novios con un simple beso, cosa que ya es normal para nosotros. ya que somos novios." Remarcó la palabra "Novios". La mirada de Aiden fue directa a la mía. Su mano viajó hasta mi mejilla, la sostuvo por un rato, sonrió con tristeza. Yo no sabía qué hacer. Estaba congelada. No podía moverme, también se me había olvidado cómo hacer eso. De pronto, su rostro se estaba acercando poco a poco. Me estaba ahogando. Estaba gritando mentalmente. Estaba delirando. Cerré los ojos muy apretados esperando el contacto.
"¡No!" Todo se detuvo. No sentí nada. Ni un solo roce. "No la beses delante de mi presencia."
Elizabeth estaba seria. Derecha. Creo que escuché su corazón quebrarse en mil pedazos, y no quería eso. Sin pensarlo demasiado me alejé rápido de Aiden y me paré frente a ella. Tomé sus delicadas manos con las mías y la miré con pena. No podría imaginar el dolor que sentía, el no ser correspondida por el amor que quieres...
"Estoy completamente agradecida de tus sentimientos por mi, Elizabeth. Espero que encuentres a alguien mucho mejor que yo. ¡Gracias!" Me quedé así por un momento, esperando su respuesta. Ella sonrió de oreja a oreja. Creo que mis palabras le habían hecho feliz de alguna manera, yo esperaba una reacción congelada, un mohín, o quizás un golpe. Soltó mis manos y dejó caer las suyas.
"No es nada, Haru. Tener sentimientos por ti es lo mejor que me pudo pasar, te lo aseguro." Y se fue sin decir nada mas que eso. Me puse derecha y la vi caminar hasta que dobló en la esquina de la calle. El silencio reinó. No había nada mas que silencio. Estaba nerviosa por estar con Aiden a solas. Estaba avergonzada también, maestra. Tengo que decirle que aunque eso haya pasado por la tarde aun siento su tacto en mi mejilla, su olor en mis fosas nasales, hasta sus ojos en mi, lo siento todo.
"¿Pensaste que te besaría?" Lo dijo con una sonrisa. Me molestó un poquito su actitud. Lo miré mal. "¿Eso significa si? Hasta cerraste los ojitos." Pasó por mi lado con las bolsas en un solo brazo juntas, frotó mi cabello al pasarme y entró a mi casa recibiendo los gritos de mi hermana pidiéndole una manzana fresca.
Con cariño, Haru.
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TIMIDEZ.
Teen FictionHaru es una muchacha japonesa demasiado sensible, tímida y enamorada que encuentra una manera para poder expresarse: enviarle cartas a su maestra de primaria. Una historia de aventuras, amor adolescente, crudas realidades y amistad incondicional. "...