Aiden tomaba mi mano y yo no dejaba de mirar por los ventanales gigantes del tren que montábamos. La conciencia me preguntaba qué estaba haciendo, por qué lo hacía. Quería verla. Quería ver a mi maestra y darle un último abrazo, quizás. Su ultimo suspiro sería mío. Quería algo de mi mas intima confidente. Un abrazo, un beso en la frente, un toque de manos, quería algo.
Mi hermana era quien nos guiaba. Ella había hablado por teléfono con Angelina, quien le contestó educadamente frente a nuestra petición tan minuciosa de querer ver a su madre. Pasábamos calles y mas calles desconocidas que hubiera deseado recorrer con mi maestra, hablando de cosas al azar y riéndonos de cosas absurdas, pero a su lado. Siendo inmortales. Nos bajamos en la siguiente estación, que no recuerdo el nombre, solo estaba enfocada en llegar pronto a su encuentro. Caminamos todos en silencio, Aiden sabía poco de lo que estaba sucediendo, mi hermana y Lucas lo sabían todo. Habían hablado encerrados en mi habitación por una tarde completa, decidiendo qué hacer y cómo hacerlo.
No dejaba de pensar y pensar hasta que el teléfono de Kaedé sonó, haciéndonos saltar de sorpresa. Sonreímos un poco entre todos y mi hermana mayor atendió.
— ¿Hola? —Me miró inmediatamente, hasta que poco a poco, mientras la persona del otro lado del celular hablaba, sus ojos se iban quebrando. Se empañaban y una lágrima trataba de bajar pero Kaedé no la dejaba. Fruncí mi ceño sintiendo el dolor que me transmitía, en el fondo, no quería saber que sucedía. Algo malo. Algo muy malo debía ser. —Nos comunicamos hace un par de días, ¿Es un broma? ¿Cómo no pudo avisarme? Claro que debía saberlo. No, solo dígame en donde está, iremos directo hacia allá. Si... bien...
Al bajarnos del tren mi hermana mayor era la que caminaba adelante para dirigirnos. No tenía idea de la dirección, solo sabía que vería a mi maestra. Estaba feliz, triste, preocupada, tenía muchos sentimientos dentro de mí, y Aiden lo sabía porque me daba miradas cada cinco minutos examinándome... todo se detuvo en cuanto nos detuvimos en un lugar no muy frecuente para mí. Una funeraria. Mi hermana miró hacia atrás casi suponiendo lo que me pasaría, y luego entró indicándole a Lucas que nos mantuviéramos ahí.
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TIMIDEZ.
Teen FictionHaru es una muchacha japonesa demasiado sensible, tímida y enamorada que encuentra una manera para poder expresarse: enviarle cartas a su maestra de primaria. Una historia de aventuras, amor adolescente, crudas realidades y amistad incondicional. "...