Capítulo veinticinco.

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Alguna parte del mundo / 25 de Agosto / 08:45pm  


Querida maestra: 

Hoy después de la escuela pasamos a merendar a mi casa. Mi hermana había hecho unos cuantos rollos de sushi y me había pedido estrictamente por teléfono que trajera a mis amigos porque según ella estaban muy delgados y necesitaban comida de verdad. 

Ellos no se negaron para nada, Lucas estuvo sobando su panza durante toda la escuela a la espera de los rollos. Cuando llegamos a mi casa los dos muchachos estaban un poco desesperados, yo solo rodé los ojos con indignación. Como si nunca hubieran comido de verdad. Lu cocinaba todos los días, y a Aiden le constaba porque se comía todo lo comestible de mi refrigerador... Tampoco es que me importe demasiado, pero de igual forma. Sonreí en cuanto se sentaron derechitos en la mesa, con los palillos preparados y un mantel en el cuello, obviamente esa fue idea de Lucas. Me reí bajo y caminé hacia la cocina para ayudar a mi pobre hermana. No eran unos cuantos rollos de sushi, eran veinte mil rollos de hermoso sushi. Teníamos para comer un año completo. 

"¿Por qué hay tantos?" Pregunté con los ojos muy grandes tomando algunos platos para llevarlos a la mesa. Mi hermana sobó su cuello incomoda, algo escondía. 

"Bueno... Resulta que comenzaré a vender sushi en el barrio luego de la Universidad. Necesito un poco más de dinero y el de mi trabajo de noche no me está costeando demasiado. He vendido mucho así que tengo dinero para seguir invirtiendo... Esto es un regalo para ustedes..." Sonrió maliciosa. Entrecerré los ojos, esto sonaba sospechoso... Era muy bueno para ser verdad.

"Quieres que te ayudemos a repartir, ¿Verdad?" Puse cara de pocos amigos. Siempre era lo mismo. Ella daba, pero había que darle algo a cambio. Así eran las hermanas mayores. 

"Sí." Y lo peor es que no lo negaba. "Lucas ama andar en bicicleta, y tú también tienes una por ahí... Pueden repartir el sushi mas rápido." Me abrazó como una niña buena. Tengo que decirle, maestra, que ella es fabulosamente tierna y dulce. A demás, pone una vocesita... 

"Keadé... Yo pensé que el sushi era un regalo." Regañé mientras salía de la cocina y me dirigía hacia la mesa. No llevaba muy buena cara así que Lucas me preguntó inmediatamente lo que me pasaba. "Esto no es gratis." Expliqué mientras me sentaba en la parte delantera de la mesa, afirmando mi cabeza con la mano. 

"Eso ya lo sabíamos. Kaedé no da las cosas porque si." Lu rió mirándome divertido. Observé a Aiden que comía silencioso. Al parecer estaba de acuerdo, no hizo ninguna objeción con respecto al tema. 

"Entonces, ¿Está bien para ustedes? Debemos repartir sushi." Informé pasándome una mano por mi cabello corto. Me incomodaba que mis amigos tuvieran que trabajar para comer algo rico. No quería ser ese tipo de amiga. Estaba enfadada con mi hermana. Los dos respondieron encogiéndose de hombros. Me resigné y tenía pensado comenzar a comer pero no tenía palillos. 

"¡Yo voy a buscar un par de palillos! Vuelvo de inmediato." Se levantó sin escuchar mi respuesta y corrió a la cocina. 

Lucas se demoró unos cuantos minutos en ir a buscarme palillos para comer, así que me levanté y fui a ver con que se había distraído, pero solo llegué hasta el pasillo, en donde me quedé escuchando un poco de la conversación que estaban teniendo ahí adentro. 

"Sabes que puedes decirme lo que sea." Casi imaginé a mi hermana amarrando su cabello con una coleta y sonriéndole a mi mejor amigo. 

"Bueno... Quería saber si..." Se aclaró la garganta nervioso. "P-podrías, es decir, si querrías salir conmigo un día de estos, h-hablo de una cita." 

Un silencio se formó en la sala. Luego, sentí un movimiento, mi hermana mayor se removió incomoda. 

"Eso es muy tierno de tu parte, Lucas, pero... Estoy ocupada la gran parte de mis días. Ya sabes, la universidad, el trabajo y ahora esto. No tengo tiempo para salir a una cita." 

Sí. Quiero escribir que en ese momento un montón de preguntas invadieron mi cabeza. Me gustaría escribírselas, pero tendría que hacer un segunda carta, a parte, tendría que escribir todo eso en mayúsculas, porque en ese instante estaba gritando dentro de mi. Las principales eran:

¿Qué?

¿Cómo?

¿Cuándo?

¿Dónde?

¿Por qué? 

"E-está bien." Mi mejor amigo se notaba triste. De pronto un montón de recuerdos se me vinieron a la mente. Lucas observando a Kaedé estudiar en la mesa mientras nosotros estábamos viendo una película sentados en el sillón. Él asomándose por la cocina para ver como mi hermana cocinaba la cena. Lu poniéndose nervioso cuando mi hermana pasaba con sus libros por delante de él. 

Maestra, a Lucas LeBlanc le gusta Kaedé. 


Con cariño, Haru. 

TIMIDEZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora