Capítulo cincuenta.

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Alguna parte del mundo / 14 de Septiembre / 08:56pm


Querida maestra:


Hoy en la escuela estuvo un poco mejor. Aún siento las miradas desprestigiadas de mis compañeras, pero creo que con la ayuda de Aiden y Lucas he superado un poco el tema. Como iba a contarle, estaba en la cafetería, quería comprar un rico pan de maíz con queso, pero aquellas chicas que me odiaban por razones x no me dejaban pasar hacia delante. Estaba frustrada, pero no lo hice notar. Mordí mi labio un poco tímida y con las mejillas rozadas por aguantarme el grito de malogro, hasta que sentí unas tibias manos en mi cintura, pensé que era Aiden y me volteé esperando ver su rostro, pero ahí estaba, ella, mi heroína, Elizabeth. 

"Muévete, estorbas." Le dijo con rostro malhumorado a una muchacha castaña que no me dejaba pasar,  pero no porque no pudiera dejarme hacerlo, si no porque no quería por el simple hecho de... no sé, ni siquiera sé el hecho correcto, maestra. "Tú, muévete también, ¿Te has visto el trasero? ¡Es gigante! ¡MUE-VE-TE!" Les exigía a cada una de las chicas, y yo solo agachaba la cabeza un poco avergonzada por el vocabulario que mi amiga utilizaba refiriéndose al estado físico de cada una. 

Cuando llegamos adelante ni siquiera tuve que pedir algo, ella pidió lo que quería y lo pagó, por supuesto le hice una reverencia agradeciéndole e invitándole un helado después de la escuela, a lo que ella aceptó inmediatamente. 


Con mucho cariño, Haru. 

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