Capítulo diecisiete.

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(who - lauv ft. bts) 

Alguna parte del mundo / 19 de Julio / 10:09pm

Querida maestra:

Hoy es un día triste. Aiden Bellerose sigue estando en mi casa, durmiendo en mis frazadas y bebiendo el té que le preparo, pero hoy... en la escuela vi algo que casi me rompió el corazón en mil pedazos, aunque traté de pensar positivo en ese momento y tomar mi corazón rápidamente para volver a unirlo con largas tiras de cinta adhesiva. Él, mi amigo, reía animadamente con la muchacha nueva que llegó al establecimiento. 

En el momento en que su cabello castaño y largo entró al aula sentí la tibia mirada de Aiden en ella. Nunca lo había visto mirar a alguien con tal intensidad. 

Solo pude agachar la mirada y reprimir mi tristeza. Para el receso me levanté lentamente, vi como el muchacho con uniforme cielo pasaba por mi lado y salía sin más. Me quedé ahí un momento, pensando en si debía hacerlo o no, si debía seguirlo y averiguar lo que estaba sucediendo, pero luego decidí no hacerlo. Me quedé en los ventanales del segundo piso de la escuela, admirando el gigante patio trasero, en donde habían bancas y mesas para pasar el rato, también estaban las canchas de deporte, el gimnasio de barras, y algunos pastizales cortados. 

Me di cuenta que la chica bonita estaba sentada en una banca de mármol cerca del terreno de juego. Tenía una caja de bocadillos en sus piernas y una sonrisa, con la que esperaba a Aiden. Mi amigo caminó hacia ella, para luego sentarse a su lado. Yo no sabía como ella tenía la naturalidad de hacerlo reír tan rápido, en ese momento quería ser ella. Quería recibir los agradables ojitos de Aiden en los míos. Sentir su brazo derecho tocar el mío. Oír su risa ronca pero suave. Ver su perfecta sonrisa... no me aguanté ni un segundo y me puse a llorar. Me sentía mal por no tener la facilidad que ella tenía con él. Un fuerte viento hizo que mi cabello volara y de pronto, pasó algo horrible, maestra.  La chica de cabello castaño me observó desde lejos, frunció el ceño haciendo que Aiden se volteara y mirara hacia arriba. Me escondí rápidamente, tapé mi boca y corrí lo mas veloz que pude hacia el baño de chicas. 

Faltaban varias horas de clases. Me hice la enferma y pasé todas esas horas en la enfermería. A la hora de salida la puerta se abrió dejando entrar a un malhumorado Aiden Bellerose.

"¿Por qué faltaste a clases?" Preguntó apretando los dientes, me di cuenta de que trató de calmar su enojo al verme sentada en la camilla mirando la ventana. 

"Por nada... es solo que me sentía un poco mareada." 

"Pero si no has dejado de comer. He estado vigilandote..." Se calló de repente sonrojado. Sus mejillas sonrosadas eran lo mas lindo de la vida. Lo vi caminar hacia mí y mirar hacia donde yo observaba antes, manteniendo la distancia. 

"Es hora de irnos." Susurré cansada. No tenía ganas de nada. 

"Ya dime qué te pasa." Se estaba cabreando de nuevo. Aiden no tenía paciencia... para nada. 

"No me pasa nada." Traté de no rodar los ojos como una tonta. Estaba enfadada, pero conmigo misma. Por ser tan tonta e imaginarme cosas que quizás no eran. Por hablarle tan afilado a mi mejor amigo. Por seguir pensando en quien era esa chica de cabello marrón. De pronto, una bolsa de mis chocolates preferidos estaban en mis piernas. Traté de no sonreír mientras tomaba uno y lo saboreaba. 

"Era la ultima bolsa."  Se rascó el cuello incómodo y mantuvo su mirada desinteresada. No quería reír. No quería amarlo más. Quería saber quién era la chica. 

Con tristeza, Haru. 

TIMIDEZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora