Capítulo cuarenta y siete.

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Alguna parte del mundo / 12 de Septiembre / 14:34pm


Querida maestra:

Después de comer un rico almuerzo con mis amigos y mi hermana nos fuimos a sentar todos a los grandes sillones que habían en mi casa. De pronto, un tono suave llenó la habitación, mi teléfono sonaba con una llamada de Paul. Abrí los ojos y traté de tapar un poco el sonido con la manga de mi suéter.

"¿Quién te llama?" Preguntó Kaedé mientras se observaba las puntas quemadas de su cabello, lo gracioso era que Lucas estaba a su lado haciendo lo mismo que ella, mirando las puntas quemadas del cabello de mi hermana.

"E-es... Paul." Mi mirada decayó por completo al sentir inmediatamente la mirada de Aiden en mí.

"No sabía que tenía tu numero." Exclamó él, con las cejas fruncidas y el rostro despachando la mala vibra. Creo que incluso vi una sombra negra arriba de su cuerpo. Como si su aura estuviera oscura y enojada.

"¿A caso no podía pedirle su número? Entiende, Aiden, se hicieron amigos en el tren." Kaedé cerró los ojos muy satisfecha, mientras ponía una expresión de superioridad. Creo que ella estaba dando al caso de que no había nada de malo en que una chica tuviera "novio" (Claro que ese no es mi caso) y tuviera amigos a la vez, pero amigos hombres. Por supuesto yo pensaba lo mismo, mientras ese chico no tenga intenciones de estar conmigo amorosamente está bien, pero el hecho de pensar que ese muchacho tenía otras intenciones me incomodaba de forma desmesurada. 

"Se le ve de lejos que no quiere ser solo su amigo." Murmuró Aiden, un tanto para él. Aunque estuviera discutiendo con mi hermana, ella era mayor que él, y debía respetarla con el tono de voz que usaba. 

"¿Y qué sabes tú? No eres Paul. No estás dentro de su mente."

"Se le veía en como la miraba."

"¡Por supuesto que no!" Mi hermana se levantó de golpe, mirando muy mal a mi amigo. Lucas solo estaba en silencio, creo que no quería meterse en el embrollo, y me pareció muy buena idea. 

"Claro que sí." Aiden también se levantó, tenía los ojos enfurecidos. Jamás lo había visto así, menos tratando de controlarse. Percibí que solo se controlaba porque estaba discutiendo con mi hermana, porque si hubiera sido una persona totalmente diferente quizás las cosas hubieran sucedido de otra forma. 

"¡No puedes ser así de posesivo!" 

 Los dos estaban enojados y me di cuenta que debía entrometerme. Lamentablemente, los dos tienen los mismos niveles en cuanto se enfadan, y no quería que se dijeran algo hiriente solo por una tonta pelea.

"¡Basta!" Grité. Nunca lo había hecho, maestra. Yo nunca grito, a menos que sea de felicidad. Los tres se sobresaltaron y me miraron sorprendidos. Me había puesto de pie al igual que ellos. Estaba un poco malhumorada en ese momento, lo acepto. Y es que oír dos voces a la vez peleando por algo que me involucraba... estaban tomando decisiones por mi. "¡Dejen de gritar! ¡Desde que conocimos a ese chico no dejan de hacerlo! ¡Están decidiendo por mi! ¡Creo que Paul es agradable, y solo lo veo como un amigo porque yo quiero a Aiden, le di mi teléfono porque hoy saldremos todos a tomar helado!" Tenía mis ojos cerrados. Sentía como mis uñas se clavaban en mi manos. Me sentía muy triste viendo como dos personas importantes para mi se peleaban por tonterías. 

"Haru..." Kaedé se acercó a mi y sonrió. Colgó su brazo en mis hombros y me observó orgullosa. "Deberías gritar mas seguido."

"No me gusta hacerlo... oh, Paul aún sigue llamando." Mordí mi labio inferior sujetando mi teléfono.

"Contesta, tonta. Iré a cambiarme de ropa para salir." Aiden pasó por mi lado golpeándome con sus dedos en la frente, como comúnmente lo hacía. Me quedé boquiabierta viendo como se iba tomando sus cosas y saliendo por la puerta de entrada, mientras se despedía de mi padre  y de su amiga. Creo que el mencionar que yo lo quería a él en mis griteríos lo habían calmado. 

"Yo también iré a prepararme." Lucas me sonrió alegre besando la mejilla de mi hermana y luego la mía, para después salir por la puerta de mi casa con sus maletas al igual que mi amor. 


Por la noche le contaré como fue todo con el paseo y el helado. Oh, mañana volvemos a la escuela.

Con cariño, la perezosa Haru.

TIMIDEZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora