Capítulo treinta y nueve.

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Alguna parte del mundo / 6 de Septiembre / 11:34pm 


Querida maestra: 

Ahora tengo en mis manos una tibia taza de té, estoy sentada en la banca de madera frente a la mesa americana que separa la cocina del living. Lucas y Aiden salieron hace un rato, no dijeron donde, quizás fueron a hacer cosas de amigos. Kaedé está encerrada en su habitación. Me gustaría preguntarle qué tal todo con Lucas, pero... tal vez si le pregunto se pondrá mas gruñona de lo que ya está. Se me olvidó contarle en la carta anterior que ha estado muy apática desde la mañana, de verdad, tengo muchas ganas de preguntarle qué sucedió...  no ha salido de su habitación. 

Espere. Dejaré de escribir por un momento. 

...

Resulta que entré a su habitación tocando la puerta antes, me observó con rostro de pocos amigos, yo solo me limité a sonreír tímidamente haciéndome la inocente en todo lo que hubiera pasado. 

"Kaedé, ¿Por qué estas de mal humor?" Fruncí el ceño e hice un puchero para luego sentarme en su cama con las piernas cruzadas. Sabía que si hacía esa voz de niña pequeña mi hermana cedería ante cualquier pregunta o acción que yo hiciera. 

"No estoy de mal humor." Siguió tecleando en su computadora, ignorándome. Me quedé en esa posición, admirando su cuarto, viendo el decorado y demás. Tenía un desorden gigante, ¿Cómo es que ya la habitación era un desastre? Debería limpiársela mañana, ¿Verdad? Para que estudie mas tranquila. "Haru..."

"¿Mmh?" Pregunté poniendo de nuevo esa vocecita que hasta a mi me irritaba un poco. Mi hermana al ser la mayor estuvo mayoritariamente casi toda su adolescencia cuidándome cuando era pequeña, sabía que uno de sus puntos débiles o quizás más, su talón de Aquiles, era yo. Mi padre muchas veces me lo había comentado. Kaedé haría cualquier cosa por mi, y por supuesto, yo haría cualquier cosa por ella. Mi felicidad se complementaba si ella era feliz, y hoy, no la veía feliz. 

"Basta de manipulación."

"Dime que te sucede, no le contaré a nadie, Ka." Me acerqué un poquito mas a ella, confirmándole que no lo iba a saber ninguna persona del espacio sideral. 

"Tu amigo. Eso es lo que me sucede." Suspiró, se tomó la frente un tanto frustrada. ¿Estaba hablando de Aiden? ¿De Lucas? Estaba un poco confundida. No quería preguntar porque se enojaría más al yo no entenderla, así que asentí con rostro pensativo. "Es... es tan adorable. No sé que hacer, Haru. Debes decirle que se aleje de mi." 

"¿Alejarse?" Bueno, no podía quedarme con la duda. Debía saber quien era. "¿De quien hablas? Porque tengo dos amigos..."

"¡Lucas LeBlanc!" 

Pero, ¿Por qué quería que se alejara? ¿Qué le había hecho? No comprendía ninguna palabra de lo que ella decía. "Me besó." Abrí los ojos con sorpresa, tapé mi boca y evité gritar. Mi cuerpo comenzó a temblar de la adrenalina, quería saberlo completamente todo. 

"¡Kaedé!" Debía hacerlo. Tenía gritar, así que lo hice. No dejaba de sonreír. No podía creer que Lucas lo hiciera, que se atreviera a... a besarle. Dios, ¿Era un viaje de romanticismo todo esto? ¿Nuestros padres lo habían planeado? 

"¡Haru, no está bien!" Me tomó por los hombros, estaba seria, su mirada era suplicante, pero sabía que muy dentro de ella no quería decir ninguna palabra, quería disfrutar el saber que mi amigo le había besado. "Él no debe estar conmigo." 

"¿Por qué?" Esta vez fui yo la que le tomó por los hombros. "No me corresponde decirte esto, pero él está completamente..." Me tapó la boca con delicadeza. Mis ojos se cerraron y luego abrieron para verla nuevamente. 

"No lo digas. No quiero saberlo. Uno, es menor que yo. Dos, no tengo tiempo para el amor. Tengo trabajos de medio tiempo para pagar mi universidad, papá no puede solo. Debo estudiar y sacarlos adelante. Tres, ¡Maldición! Lo quiero, Haru. Lo quiero tanto." Jamás había oído a Kaedé decir una palabrota. Maldición... no se oía muy bien viniendo de mi hermana mayor pero no me importó recriminarle nada, solo la abracé.  

"Ka..." Susurré, haciéndole cariño en el cabello, como una madre a su hija. Por un momento me vino algo maternal hacia ella, como si yo fuera la mayor y tuviera que cuidarla y darle consejos. "Ámalo libremente. Y si eso significa que yo comience a trabajar para que puedas salir con él por las tardes o quizás los fines de semana, lo haré. Tendré un trabajo y estudiaré tanto como tú... tú no nos sacaras adelante, lo haremos juntas. Nos sacaremos adelante y ayudaremos a papá en esta difícil tarea de criarnos y darnos hogar."

Nos sonreímos mutuamente. Me contó que ella estaba haciendo algo para desayunar por la mañana, ya que yo no estaba y Aiden tampoco, solo hizo para dos. Comenzó a cantar una canción conocida que llevaba ya mucho tiempo en la radio. De pronto se sobresaltó al sentir dos brazos que la acorralaban por los lados. Se dio vuelta de inmediato pensando que era algún asesino serial o algo por el estilo, pero al ver los ojos de Lucas tan cerca se había quedado embobada. 

"Je t'aime, Kaedé" No supo que decir en ese momento. Por supuesto que sabía lo que significaba. Ka estaba tan acostumbrada como yo al idioma de lo chicos. A demás, se sentía un tanto nerviosa por la altura del muchacho y su voz tan ronca. Luego de eso sin esperar respuesta mi amigo le robó un beso gigante. Del porte del cielo, que duró mucho, mucho, mucho tiempo. Mi hermana reconoció que fue como estar en el mismo paraíso. Se sentía tan amada. Ella enredó sus brazos en el cuello de Lucas para seguirle el toque, pero luego, al darse cuenta de "el error" lo detuvo de inmediato y corrió a su habitación para quedarse toda la mañana, tarde y parte de la noche ahí. Dijo que mi amigo tocó varias veces la puerta pidiendo disculpas por su "atrevimiento" y que si por favor podía salir, pero no lo hizo. 


Estoy muy contenta por ella, maestra. Si pudiera los dejaría solos en un paraíso para que se amen sin preocuparse. Lucas estará tan feliz de saber que... no, no puedo decirlo. Eso le corresponde a mi hermana, no a mi. Tendré que ser paciente y esperar para verlos jugando como dos enamorados. 

Bueno, creo que esto se ha hecho muy largo, maestra. ¿No le molestaría una carta más en el día, verdad? ¿Verdad que no? 

Usted es mi mas intima confidente. Quiero que lo sepa. 

Con cariño, Haru. 

TIMIDEZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora