Capítulo dieciocho.

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Alguna parte del mundo / 20 de Julio / 08:45pm


Querida maestra: 


Al siguiente día la muchacha de cabello castaño estaba justo frente a la plaza de mi vecindario. Traía su uniforme perfectamente planchado, su cabello estaba liso y su rostro era mas bonito de cerca. Mi animo decaía con cada segundo hasta que el brazo de mi Aiden rozó el mío y me di cuenta de que estaba a mi lado. Eso me contuvo y sostuvo, su sola presencia me hizo feliz. Nos acercamos a la muchacha y ella sonrió muy grande. Sus gestos eran tan delicados, su nariz era perfecta y tenía una piel blanca tan intocable. Percibí que si yo la tocaba con mis repelentes dedos arruinaría una perfecta obra de arte hecha con sumo cuidado y dedicación. 

"Bonjour, soy Camille, la mejor amiga de infancia de Aiden." Saludó presentándose, habló con total determinación, aunque su voz era dulce. Traté de no tomar una bocanada de aire, porque la frase "Mejor amiga de infancia de Aiden" me había robado el aliento. Fingí una sonrisa y asentí. Por supuesto... Es francesa. A lo cual se entendían perfectamente. 

"Bueno, no nos veíamos de hace mucho, Camille." El chico a mi lado rascó su nuca incómodamente. El cielo estaba gris y contrastaba muy bien con su cabello. En ese instante sentía ganas de describirlo, maestra, solo para olvidarme en donde estaba. 

"¿Eso significa que me has cambiado?" La muchacha rió. Hasta su risa era hermosa y y no podía soportarlo. "Bueno, tanto hablar y tú todavía no dices tu nombre." Su tenue mirada se puso en mí. 

"Soy Haru." Musité tímida. Ojeé a Aiden por un segundo y luego miré hacia el suelo. No quería seguir recriminándome al verla a ella, tan perfecta. Debí saber quien era. ¿Por qué mi mejor amigo nunca habló de ella con nosotros? O quizás Lucas lo sabía. ¿Por qué ella debía estar en nuestra escuela? 

"Que linda es, mon chéri, ¿Ella es tu nueva mejor amiga?" Mon chéri. Mon chéri. Mon chéri. Mon chéri. Esa frase no dejaba de resonar en mi mente. Sabía lo que significaba mon chéri, Lucas siempre me decía así. Significa "Cariño mío". A demás, el que ella me haya dicho linda, me hacía sentir peor. Pensé en ese momento de que ella lo decía por tristeza. Porque yo era una chica inordenada y que no se preocupaba de ella misma. Quería llorar. Correr. Escapar de ella. Me estaba sintiendo mal en ese momento y quería explotar. 

"No tengo mejor amiga, Camille, ya deja eso." Aiden rodó los ojos y bufó con aburrimiento. Sentía que para él estaba siendo un momento incomodo. Quería llevármelo de ahí. Estar solos. Hacerlo dormir y acariciar su pálido rostro. 

Imaginé sus manos. Sus manos junto a las mías. Eso me hizo sentir bien y respirar correctamente ante todo lo que estaba viviendo. Me sentía un estorbo entre ellos dos y quería olvidar esa sensación. 

 "Es hora de la cárcel, debemos ir." 

Las dos asentimos al mismo tiempo. Quería reír por la palabra con la que mi amigo se había referido a la escuela, pero me aguanté. Todo bien hasta ahí, caminábamos con la voz de la nueva chica entre nosotros, ella no dejaba de hablar. Nunca había sentido frustración en mi vida, no era una chica a la que le molestara todo, pero últimamente sus "¿Eso está bien, mon chéri? ¿Te gusta eso, mon chéri? ¿Crees que se vea lindo, mon chéri? ¿Mon chéri?" me estaban poniendo de mal humor. Lo peor es que Aiden le respondía "No, no, no, no." y ella aún así no dejaba de hablar. 

La gota rebalsó el vaso en cuanto el brazo de la muchacha castaña se juntó con el de Aiden. Inflé las mejillas, y me puse roja. Ahora si que lo haría, iba a gritar. Quería hacerlo. Detuve mi paso y dejé que ellos se adelantaran. Estaba abriendo la boca para hacerlo, cuando Aiden Bellerose volteó a verme. Yo tenía la boca abierta con un sonido que jamás salió. 

"¿Qué estás haciendo?" Habló con voz ronca. Los dos me observaban confundidos. Estaba avergonzada. 

"Y-yo... E-estaba, yo... Viendo... Ardilla." Me di la vuelta para que no vieran mi rostro de sufrimiento. Arrugué mis gestos faciales, pensando en qué hice mal para que tuviera que pagar de esa forma. Mi cuerpo me estaba traicionando. 

"¿Te quieres quedar viendo la ardilla?" Rio Camille, tapando su boca. Se estaba burlando de mi tontería. Me sonrojé viendo a mi mejor amigo soltar un carcajada, siguiéndola. Cerré los ojos, y luego los abrí. Maestra, quería creer que no estaba celosa, no estaba celosa de ella. Que no me sentía amenazada con su presencia... Pero de repente mis pensamientos se detuvieron.

Lo vi caminar hacia mí, tomó mi mano entre la suya y caminó rápido hacia adelante. 

"No quiero que faltes a la escuela por ver una ardilla, Haru." Me sonrió de lado y miró hacia el frente. Escondí mi color carmesí con el cabello. Camille nos siguió desde atrás. 

Lo siento, la carta se hizo muy larga, incluso tiene doble hoja. Espero no le moleste. 

Con cariño, Haru. 




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