Alguna parte del mundo / 6 de Septiembre / 10:14pm
Querida maestra:
Aiden me tomó de la mano al salir de la casa. Evité cerrar mis ojos ante su tacto tan suave, no quería parecer tan dramática. Me sonrió como nunca lo había hecho y sin decir ni una palabra me condujo por el gran bosque, sin olvidar de que hacía un día grandioso, el aire era tan natural y todo se veía muy luminoso. Las ramas crujían al sentir nuestros pies y el viento ligero nos movía el cabello a ambos.
Iba a preguntar hacia donde íbamos pero la verdad es que no me importaba demasiado si estaba con él. Maestra, yo iría a cualquier parte del mundo si él me lo pidiese.
Llegamos a una parte del bosque que no tenía arboles, solo pasto verde. Se podía ver la hermosa vista de este grandioso lugar. No pude evitar sonreír ya que Aiden no soltaba mi mano mientras veía lo que nos ofrecía el paisaje. Se sentó de pronto y yo lo seguí sin rechistar. No sabía de qué hablar con él, no sabía qué decir ni qué preguntar. En ese momento no se me venía nada a la mente. El silencio nos cubría y al parecer ninguno quería hablar.
Me lo quedé mirando por algunos minutos larguísimos. Mi vista no se quería despegar de su rostro hermoso, hasta que sentí su mirada en mi y yo la bajé de inmediato, comenzando a sentir una atracción vergonzosa por el pasto debajo de mi.
"Creo que ya me has hecho esperar bastante por un beso tuyo, mon chéri." Murmuró sin previo aviso. Mis ojos se abrieron grandemente y mi respiración comenzó a agitarse. Le solté la mano porque ésta estaba comenzado a sudar de los nervios. Remojé un par de veces mis labios antes de atreverme a hablar. Asentí sin decir nada, quizás dándole permiso para que hiciera cualquier cosa, para que se acercara a mi cuanto quisiera, para que me besara cuando el quisiera. Aiden me miró sonriente y levantó una ceja. Se acercó a mi lado muy despacio, tan despacio que comencé a desesperarme. Me tomó burlón por el cuello y la distancia entre nosotros era mínima. Nuestras narices se tocaban y yo no dejaba de admirarlo asombrada.
"¿Sabes cuantas veces deseé hacer esto?" No quitó su mirada de mis ojos, y yo tampoco podía ver otra cosa que no fuera él. Esta vez fui yo la que se acercó, tomándolo por sorpresa, no sabía exactamente qué hacer, solo capturé sus labios con los míos y cerré los ojos. Sus manos viajaron a mis mejillas, ahuecándolas y acercándome mucho hacia su cuerpo.
Mi subconsciente no dejaba de gritar extasiada de amor incondicional. Todo esto era tan rápido que a penas podía organizarme con toda la información dentro de mi cabeza. Antes, yo pensaba que si algún día me declaraba a Aiden Bellerose me rechazaría como a todas las chicas que confiesan sus sentimientos por él. Pensé que me daría una mirada fría y tosca para luego decirme que no le interesaba, yo rompería a llorar e iría a los brazos de Lucas, quien me consolaría como el buen amigo que es. Y léame ahora maestra, le estoy escribiendo el hermoso toque de labios que jamás pensé tener.
Creo que en otra carta le contaré lo que sucedió después... solo para dejarla con la duda. Los sobres los iré a dejar mañana por la mañana con Lucas y los demás al correo, quieren salir a dar un paseo por el pueblo y yo no puedo resistirme a pasar mas tiempo con mi hermana mayor, Lucas y Aiden.
Con mucho cariño y romanticismo, Haru.
ESTÁS LEYENDO
TIMIDEZ.
Fiksi RemajaHaru es una muchacha japonesa demasiado sensible, tímida y enamorada que encuentra una manera para poder expresarse: enviarle cartas a su maestra de primaria. Una historia de aventuras, amor adolescente, crudas realidades y amistad incondicional. "...