dieciséis

1.6K 83 0
                                    

Después de haber dejado a Valería me fui a mi trabajo. Ahora no pasó nada emocionante, solo teníamos que vigilar unas calles donde había pasado un tiroteo.
Ya era hora de salida y Eduardo me invito a ir a su casa a jugar un rato X-BOX así que amablemente acepte su oferta.

Siempre íbamos en mi coche por que la casa de Eduardo esta de camino a la agencia así que me quedaba de paso.
Últimamente no había hablado para nada con Sheyla, bueno me dijo que no quería volver a verme así que era obvio.

- ¿como estas con Valeria?

- De ninguna manera... ¿como voy a estar Edi? solo es mi amiga, ella se siente mal por Gerardo y Yo ya sabes... Nos estamos ayudando.- no se por que ni a que venia a esa pregunta hasta ahora si no habíamos hablado de ello.

- Te tengo que decir algo- me dice una vez que estaciono afuera de su casa- probablemente este Sheyla en mi casa... Últimamente, y me refiero a desde la vez que la besaste y se dejaron de hablar... Ella se ah hecho más amiga de Eren, y pues... Platican mucho y como que Erendida se ah convertido en su psicóloga personal... Pero no me ah querido decir de que hablan, solo me dice que asuntos privados de mujeres pero Sheyla se ve triste después de que hablan... Tal vez Erendida piensa que te voy a decir o algo así ¡Yo que se!.

- ¡maldito idiota! ¿No se te ocurrió decirme antes?... ¡Eduardo! Yo enserio quería jugar.- la verdad es que después de que me dijo que a lo mejor estaba Sheyla se me fue la onda, escuchaba que hablaba y hablaba el muy idiota pero no analizaba lo que decía.

- Muy bien tengo un plan... Entramos rápido, saludamos rápido y nos vamos rápido a la sala... ¿Que te parece?- si tu supieras lo que me parece, idiota. Pero ya que.

- muy bien vamos.

Salimos del coche y nos dirigimos a la entrada, Eduardo saca la llave y la inserta en la perilla...

- ¿lista?.

- lista.

- muy bien, Una... Dos... Tres- En cuanto gira la perilla y abre entra un poco y se queda parado de repente, lo que hace que yo lo empuje y alcancemos a subir los tres escalones que habían en la entrada y todo para tropezar en el último, haciendo que cayéramos los dos boca abajo y yo sobre el.

- ¿por que te detienes idiota? Se supone que íbamos a entrar rápido - le digo en un susurro en el oído aún arriba de el.

- voltea para enfrente- me dice también en un susurro.

Cuando volteo, la sorpresa que me llevo. Ahí estaban Sheyla y Erendida, a unos tres metros, sentadas en la mesa del comedor (creo que no conocen la sala o la antesala), aguantándose las carcajadas.
Nos levantamos un poco nerviosos por la situación para irnos a la sala a jugar.

- Hola Eri, vamos a jugar Camila y yo... Hola Shey- rianse, vamos, se que quieren hacerlo.

- Hola Eduardo - le responde Sheyla... Riete nena, riete... Quería escucharla, me moría por escuchar su risa.

- Hola señoritas- no sabía como saludar a Sheyla, así que me pareció una buena idea hacerlo en plural.

Eduardo me empujo para que avancemos y me fui camino a la sala... Como era de esperarse, en cuanto llegamos se escucharon las carcajadas. Era un poco estúpida toda la situación, pero escuchar la hermosa risa de Sheyla era como un descanso, sabia muy bien que solo era por la estupidez mía y de Eduardo pero aún así era como si me diera un poco de esperanza o algo así.

***

Ya eran las 10:00 pm cuando recibo una llamada de Valeria, me dijo que si nos podíamos ver y estaba llorando así que obviamente no le iba a decir que no.

- Ya me voy Eduardo... Tengo que ir con Valeria.

- Esta bien, te acompaño a la puerta.

Cuando llegamos Erendida y Sheyla se estaban levantando de la mesa.

- Voy a llevar a Sheyla... ¿a donde van ustedes?- pregunta Erendida

- Camila va con Valeria y yo nada más vine a acompañarla a la puerta- le responde Eduardo, cuando volteo a verlo estaba viendo a Sheyla y después me dio una mirada que no supe descifrar... A veces en verdad puede ser tan tonto mi compa.

- ¿Vienes con nosotras entonces mi amor?.

- Claro.

Nos despedimos y cada quien agarró su rumbo.
Cuando llego a la casa de Valeria me bajo del coche y me dirijo a su puerta.
Después de cuatro toquidos abre la puerta y rápidamente me abraza poniendo sus piernas alrededor de mi cintura, para después atrapar mis labios en un beso algo desesperado, en realidad la sentía un poco triste. Todavía estábamos en la puerta, así que aún besándonos y sin separarnos, entre con ella y cerré la puerta con una patada hacia atrás para después irnos a su habitación.
Después teníamos que hablar, si ella quería claro, de lo que sea que la tenia así.
Mañana sera un nuevo día.

****************************



Eligeme A MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora