dieciocho

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Después de haber dejado a Valeria me fui de nuevo a la agencia.

- ¿lloraste? - me preguntó Eduardo en cuanto llegue.

- si, un poco.

- ¿por qué?... Estabas bien.

- pues es que Valeria estaba triste y se supone que iba a hablar con ella para que se desahogue y me puse a pensar y resulta que estamos casi igual y yo pensé en mi situación con Sheyla... y ahora que lo pienso al menos a Valeria si la quiere Gerardo, mientras que a mi se me ocurre la gran idea de besarla y ahora ya ni nos hablamos y ella me dijo que ya no me quería ver...

- hey tranquila... Tranquila... Ven- me dice Eduardo mientras me abraza, y la verdad ni siquiera me di cuenta cuando empecé a llorar de nuevo.

***

Ya era casi la hora de salida y yo estaba guardando unos papeles.

-! Camila¡

-!¿que te pasa?¡... Me asustaste idiota.

-¿que crees?.

-¿es en serio Eduardo? ¿que pasa?. - en serio a veces me impresionaba este muchacho.

-te hablan allá afuera... ¿le digo que pase?.

-si... Me esperas para irnos he.

-pasa- escucho que le dice a alguien a mi espalda mientras yo guardo los últimos papeles.

- ¿podemos hablar? - ! Oh por dios santo de¡...

-¿qué? ¿por qué?... Claro... Perdón... ¿es rápido Sheyla?.

-tranquilizate ¿si? ¿podemos hablar en otro lado?.

-claro... Solo llevamos a Eduardo, ¿traes coche?. - wow! Estoy realmente nerviosa.

-vine en taxi.

-ah, vamos pues... Vámonos Eduardo- le digo una vez que salimos de la oficina.

***
Ya estábamos en el coche de camino a la casa de Eduardo e íbamos en completo silencio, llevábamos unos cinco minutos de camino y no sabía donde meterme.

-¿y cómo has estado Sheyla? - ¿es en serio Eduardo?.

-bien Eduardo, no ha pasado nada interesante desde ayer que nos vimos.

-ya llegamos... - les digo rompiendo el silencio después de ese brevisimo diálogo.

-muy bien... Nos vemos mañana Camila, hasta luego Sheyla- creo que nunca había visto bajar tan rápido de un coche a alguien como a mi gran y mejor amigo hombre.

- ¿a donde quieres ir Sheyla? - le pregunto.

- vamos a la cantina de Don Arturo.

En todo el camino no hablamos para nada y ella solo iba mirando por la ventanilla. Una vez llegamos nos bajamos del coche y entramos al bar, nos sentamos en una mesa que estaba apartada del centro, donde estaban la mayoría de las personas.

-¿Que van a pedir? - nos dice el mesero luego de sentarnos. Yo le pedí una michelada y unos nachos y Sheyla pidió jugo de naranja con vodka y unas alitas.

-¿De que quieres hablar Sheyla? - le pregunto una vez que se va el mesero.

-yo en verdad extraño nuestra amistad, te extraño y creo que no vale la pena perderla por algo sin importancia...

-Te bese... Te bese porque sentía algo por ti... Siento, algo por ti, no se la importancia que tenga para ti... Aunque creo que no es mucha.

-yo no te puedo responder de la misma manera, yo...

-ya se... Ya se, tu tienes a José y lo amas, pero no quieras tener la misma «amistad» y además pretender que no pasa nada... Yo ya pretendí demasiado y te bese Sheyla y me dijiste que no me querías volver a ver y sinceramente no se porqué se se te ocurrió tratar de arreglarlo después de un mes y medio. - nos quedamos calladas un momento hasta que llegó el mesero con lo que pedimos. Después de haberme desahogado realmente no se que va a pasar, pero ya no puedo seguir pretendiendo que no siento más que simple amistad por ella.

-yo nunca supe que te sintieras de esa manera... Si yo hubiera sabido... Yo tengo a José... Yo...

- Nada Sheyla, no tienes que decir nada, no tienes que explicar... No ahora... Yo sabía que no podía pasar nada y no iba a pasar, solo era cuestión de tiempo para que explotara...
- No debí de haber reaccionado así sea como sea... Este mes te he extrañado demasiado, eres mi mejor amiga... Si tu supieras...

- Te entiendo, Eduardo es mi mejor amigo y no me gustaría pasar tiempo sin el... Yo no quiero no tenerte en mi vida Shey, eres mi amiga y se que no va a cambiar la manera en que me ves... No llores te quiero demasiado y prefiero tenerte como amiga. Algún día va a llegar alguien más y miraremos al pasado y ya sabes... Nos reiremos de todo esto. Ven aquí- este día fue realmente como una montaña rusa de emociones. Tenía que sacar a Sheyla de mi corazón y se que me iba a costar demasiado, muchísimo; pero yo no podía más estar lejos de ella, y menos ahora que la tenía así, abrazandola mientras lloraba- Te amo Shey- le dije en un pequeño susurro.





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