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En muy raras ocasiones me cuestionaba cosas en mi vida, había cosas con las que estaba de acuerdo y otras en las que no. Cuando Camila me dijo que era lesbiana, de alguna manera no me importó, sin embargo yo nunca había pensado en que eso fuera algo que estaba bien; Estúpidamente así pensaba. 

En algún momento algo cambió en mi, en nosotras y lo notaba; pero igual lo dejaba pasar. Notaba nuestras miradas, nuestras caricias sin querer, notaba las miradas las intensas que duraban segundos dedicadas de Camila para mi. De mi parte notaba las ansias que tenía cada vez más por verla. Notaba como me comenzaron a incomodar las caricias de José en mi cuerpo, El arrepentimiento después de hacer el amor.

Los sentimientos hacía ella afloraban cada vez más, pero yo no estaba en la labor de dejarlos salir, yo estaba con José y no iba a cambiar lo que tenía y lo que era mi vida por nada.

En base a esta decisión que tomé, lo único que había logrado era tener más peleas con Camila, durar incluso meses sin hablar, como ahora.

Después de la despedida de soltera de Esthela tuvimos una discusión sin sentido de nuevo, Camila se había besado con Valeria y sinceramente tenía unos celos horribles, igual yo no tenía nada que reclamar. Esa vez duramos casi dos semanas sin hablar, en vez de resolverlo le dí una cachetada y la evité.

Hasta una mañana que iba a tomar mi desayuno como de costumbre. 

Iba a salir y cuando llego a la puerta visualizo a Camila sentada en un escalón, traía puesto un chaleco antibalas, de seguro iba a un operativo.

Tome un respiro dispuesta a ignorarla, baje los escalones pasando a su lado y apresurando el paso, escuchaba que me llamaba pero continué ignorándola hasta que me jaló del brazo; lo que me hizo voltear.

- ¡¿qué quieres?!

- ¡Quiero disculparme! Tenemos dos semanas sin hablar Sheyla... Por favor.- suelta un bufido cansado, y la comprendía por la manera que manejábamos la situación

- Después hablamos, tengo apuro- di la vuelta y seguí mi camino.

- ¿Cuándo Sheyla? ¿Cuándo vamos a hablar? ¿ En dos semanas? ¿un mes? ¡Cuándo, maldita sea!- Sus ojos se llenaron de lagrimas al mismo tiempo que los míos, sentí como si mi corazón se estirara y estuviera a punto de colapsar. Quería correr de ella y ocultarme, metafóricamente también de mis sentimientos agolpados y en apenas un audible susurro le contesté un: - Después.

Di de nuevo una media vuelta y continúe caminando, Camila me giró de nuevo esta vez de la cintura, haciendo que nuestros cuerpos quedaran pegados. Nuestras respiraciones chocando y nuestras miradas chocando una en la otra.

Me acercó más a su cuerpo como si fuera eso posible, sabía lo que iba a hacer pero aún así no la aparté sentía que las lagrimas en mis ojos en cualquier momento iban a salir. 

Y finalmente me besó, nuestro primer beso y el cual correspondí, nos besamos lentamente y finalmente mis lagrimas salieron. Caí en cuenta del daño que esto haría y la aparté de mi empujándola. Mis lagrimas corrían por mis mejillas sin pena.

Tenía rabia más que con ella conmigo misma, pero ella lo pagó. Me quede mirándola y finalmente le solté una cachetada, las lagrimas caían también de sus ojos para este momento.

- No te quiero volver a ver- ahora si continué mi camino y la dejé ahí, me fui a mi casa y ya no volví al bufete en el día, a pesar de las llamadas de parte de la madre de Gerardo.-


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