Eligeme A Mi

veintiocho

Dolía. Dolía demasiado y no sabía como pararlo. No quería salir de mi cama y eso aún sin afrontar el hecho de que no sabía como iba a hacer cuando estuviera en Juarez. Tenía dos días y eso no era el tiempo suficiente para superarlo; aunque no la he podido superar ni en dos años.

Me preguntaba como podia haber sido tan impulsiva y casarse así como así... Supongo que es como somos las personas cuando nos enamoramos, es decir ella se casó con él en un abrir y cerrar de ojos tal vez yo hubiera hecho lo mismo. Hubiera huido con ella a un lugar donde nade nos conociera, tal vez no pararía de hacerle el amor... La envolvería con todo el amor que tengo dedicado solo para ella.

Me puse a empacar el fin de semana, sospechaban que este asunto u operación tomaría demasiado tiempo y me necesitaría dedicar solo a eso.

Al fin llegó el lunes, Cristina y Sheyla ya habían llegado a Juarez a reunirse con sus superiores. Fabián, Adrián y yo viajamos por nuestra parte. Al llegar allí tendríamos una pequeña reunión.

Entramos a la sala de reuniones donde estaban ya dos sujetos que no conocía además estaban Cristina, y como no, Sheyla. Fabián se sentó a su lado, después Adrián y enseguida yo.

La junta se trató de un repaso de nuestros deberes y que tendríamos una capacitación de dos semanas para prepararnos como periodistas para que "estemos listos", ya que después de ese tiempo entraríamos a trabajar en el periódico.

Los dos tipos se retiraron y nosotros cuatro nos quedamos allí, ya Que Cristina quería tratar unos asuntos.

- Cuando queden cualificados para iniciar con la infiltración se les daran nuevas identificaciones. Ustedes se supone que vinieron de chihuahua capital para conseguir ese trabajo, viven juntos por que así es más fácil llevar los gastos entre los tres. Han habido particularmente en este periodico casos de censura por parte de directivos a sus reporteros, ordenan que informar y que no; recibiendo ordenes de políticos que a su vez son controlados. La señorita Sheyla y yo estaremos trabajando hombro a hombro, cualquier cosa nos la informaran a las dos... Si no tienen ninguna duda pueden retirarse. Agente Camila quedese por favor, los demás retirense por favor.

Mis compañeros salieron junto con Sheyla, la cuál cerró la puerta tras de ella al salir.

- ¿puedo saber por qué te sentí ausente en la junta?- dice sentándose a mi lado - necesito tenerte atenta a todo a partir de ahora y demostrar que te importa...

- claro que me importa- la interrumpí

- no lo pareció, necesito que entiendas lo importante que es esto y ustedes para esta operación. Igual la licenciada Sheyla te explicará como dirigirte a los oficiales cuando esten encubiertos, tus derechos como investigadora y hasta donde llega la libertad de expresión y necesito que mañana te reunas con ella a primera hora aquí mismo ¿tienes alguna duda?

Y la puta duda que tengo, ¿por qué ella, ahora?

- No Cristina, ninguna. Todo perfecto.

- Muy bien, igual ella ya sabe qué es lo que se tiene que hacer. Ya puedes retirarte.

Debe de ser una maldita puta broma. justo después delo que acaba de pasar tengo que reunirme con ella.

A la mañana siguiente fui a la reunión con Sheyla, entre a la sala y ella todavía no llegaba. Así que para distraerme y matar los malditos nervios me puse a jugar con mi celular.
Pasó una hora y todavía no llegaba, ya me había hartado así que iba a salir para irme a desayunar algo ya que no lo había hecho antes de venir. Cuando iba por el pasillo me la tope que venía con algunas carpetas, así que me devolví dejándola atrás.

- Llegas casi dos horas tarde, tengo mucha hambre y estaba por irme. Así que como yo te he esperado más de una hora y media no creo que no puedas esperar cinco minutos en lo que yo pido una pizza.

Nos habíamos sentado frente a frente me paré no la dejé decir nada, y salí de allí lo más rápido que pude. Cuando la vi no supe como reaccionar, no sabía como reaccionar.
Pedí la pizza, respiré profundo y entre de nuevo a la sala de junta, tomé asiento de nuevo y esperé a que comenzara.

- Siento haberte lastimado Camila.

- No lo sientas, no eres para mi, nunca lo fuiste, nunca lo seras. Te casaste y ya no hay más que eso.
Lo amas, el te ama a ti y por eso se casaron... Tu y yo fuimos amigas, yo quise más de lo que tú podías darme y yo lo sabía, me aferré a ti y al cero porciento de probabilidad de que sintieras lo mismo que yo aún cuando era más que obvio que iba a terminar con el corazón roto, pero ésta vez yalo entendí y yo te pido diculpas a ti. Somos compañeras de ahora en adelante y no habláremos más de éste tema a partir de este momento... ¿ahora por favor me puedes informar como debo llevar legalmente este caso para "saber hasta donde llega mi libertad de expresión como periodista"? .

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