diez

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-¡MALDITA SEA SON NARCOS!.

-¡Y ES MI MALDITO TRABAJO SHEYLA!.

-¡ES QUE POR QUE NO ENTIENDES!.

-¡Tu deberías entender que TENGO que ir!.- ya es la décima vez que le digo

-¡¿SABES QUE?! LARGATE.

Me dice Sheyla mientras azota la puerta de mi casa. Tenia que ir a una operación en la sierra de Chihuahua, en coordinación con el ejercito, ya que habían descubierto un plantío de marihuana en el bosque.

Tenia que pasar cinco días desde el lunes para finalizar el viernes, ya que las autoridades de ahí eran muy escasas y se resumian a unos cuantos policias. Eramos dos grupos de cuatro personas, yo incluida y estábamos a cargo de investigar algunas personas vinculadas con el narcotráfico y que estaban encargadas de cuidar las plantaciones de los locatarios.

Pero Sheyla parecia no entender que era mi trabajo y lo único que hizo fue gritar y gritar; por que según ella no le había avisado y era completamente peligroso, para al final largarse y aventar la maldita puerta.

Termine de empacar mi ropa para estos cinco dias y me diriji a la agencia.
Cuando llegué nos reunió nuestro comandante en su oficina, ya que yo era la única que faltaba y llegó tarde para explicarnos la operación. Una vez terminada la junta nos fuimos hacia las camionetas en las que nos íbamos a transportar hacía el lugar de la operación, las cuales ya estaban equipadas con armas y el equipo necesario; como botas militares, pantalones negros y chaqueta también negra, rodilleras y codilleras, chaleco antibalas, casco y cinturón.
En una camioneta íbamos Karla, Elohim, Eduardo y yo; Karla iba en el asiento del conductor, Elohim en el del copiloto y Eduardo y yo en el asiento de atras. En la otra camioneta iban otro cuatro compañeros, que iban escuchando música de banda... por favor.

-y entonces yo le dije... Sheyla entiende que es mi trabajo tengo que ir, pero no, aferrada a que eran narcos y tenían armas y bla bla bla... y se va y me deja con la palabra en la boca y azota la puerta- les explico soltando un bufido mientras doy un trago al agua.

- A mi Erendida casi me da con un sartén en la cabeza cuando le dije.

- Nosotros no tenemos problema, venimos juntos.- dice Elohim mientras toma la mano de Karla y le da un beso-maldito mandilon.

-Mandilon- dice Eduardo mientras le da un trago ahora el a su botella de agua.

- Tu y Sheyla quien sabe que parecen- me dice Karla mientras me da una pequeña mirada por el retrovisor.

- Amigas... solo amigas que se preocupan.- le dije con un dejo de tristeza. Por más que quisiera ser algo con ella, ella ama a José y siendo sincera son perfectos.

***

Cuando llegamos a la comisaria de policias de Cuauhtemoc,  Que eran los encargados de dirigirnos a la parte de la sierra donde se encontraron los plantíos, nos pusimos los uniformes y nos reunimos en las camionetas ya que ellos nos iban a indicar el camino. Nos adentramos en el bosque y en cuarenta minutos llegamos al lugar, y creo que todos pensamos lo mismo por que nos volteamos a ver al mismo tiempo; ¿ Como era posible que no se hayan dado cuenta si eran como dos hectáreas de pura marihuana y  las plantas median como medio metro?, de hecho los que se dieron cuenta eran los que pilotaban una avioneta comercial.

Cuando llegamos habían unos ciento cincuenta soldados que estaban cortando las plantas para después juntarlas y quemarlas; verdaderamente no entendía como íbamos a acabar en cinco días. Bajamos de las camionetas y fuimos con el comandante del ejercito y nos explico que habían detenido a treinta personas que estaban cuidando la plantación, que eran personas indígenas y les «contrataron», lo cual no los culpo tenían niños y claramente hay no habían tiendas ni empresas suficientes para que trabajaran, ciertamente era una oportunidad y ellos la tomaron... y una parte de mi sabía que era culpa del maldito gobierno y hacia que tuviera una maldita tormenta de confusión en mi cabeza, porque yo trabajo para el gobierno.

***

Ya era Jueves y mañana nos íbamos a regresar a la capital, los miembros del ejercito se dividieron en dos grupos para terminar de cortar y quemar la marihuana en turnos de diez horas y comer dos y al final terminaron el día anterior en el segundo turno. Al final las treinta personas que detuvimos nos dijeron que los que les pagaban venían de Sonora cada semana pero que cada vez venia alguien diferente y en diferentes trocas.
Ahora solo quedaba que el comandante del ejercito terminara de hablar con las autoridades del lugar, ya que al parecer también el pensó lo mismo que nosotros y alguien le estaba haciendo el favor de ocultarlo a los narcotraficantes.

Después de tres horas salio de la interrogación y nos hizo una seña para que lo siguieramos, nos contó que el jefe de policias estaba encubriendo justo y como pensamos -maldito- y ahora íbamos a ir a donde tenían un cuartel, así que en una hora armamos una operación y nos dirigimos al lugar que estaba a una hora de ahí.
Llegamos y rapidamente rodeamos el lugar, aunque ya era muy tarde por que no había nadie y había marcas recientes de camionetas, entramos nosotros y otros cuatro grupos del ejercito de ocho personas y revisamos el lugar.
En la sala habían unos cien kilos de cocaína y en una habitacion habían algunas armas, la mayoria eran metralletas y pistolas de calibre 9 mm.

***

Ya eran las ocho de la noche y ya me iba a dormir, estaba realmente muy cansada. Justo estaba agarrando el sueño y timbra el celular - ¡malditasea!- solte un gruñido y después conteste.

-¿Que pasa?.

-¿Estas bien?... yo quería saber si estas enojada.

- Sheyla me estoy muriendo de cansancio... mañana hablamos por favor, no estoy enojada, todo bien...

- Segura que esta todo bien, ¿mañana a que hora llegas?

-mañana llego a las tres a la agencia... mañana te hablo ¿si? bye- y colgue la llamada, no fue por que estuviera enojada pero estaba muy cansada, cerre los ojos y me quede dormida.



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