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Camila hizo lo que le pedí, no me buscó, no me llamó, no trató de acercarse. Aún así no impidió que soñara con ella y que con cada sueño mis sentimientos se hicieran más fuertes y más difíciles de sobrellevar, pero tenía que vivir con ellos e intentar superarlos.

También este tiempo me acerqué más a Erendida, pasaba demasiado tiempo en su casa y ella en la mía, aunque sabia que podía encontrarla ahí, eran dos partes dentro de mi las que ansiaban de una manera encontrarla y otra que eso no pasara.

Por medio de Eduardo me di cuenta que estaba "saliendo" casualmente con mi amiga Valeria, por alguna razón y a pesar de que sabía al principio que corría el riesgo de que Erendida le contara a Eduardo y éste a Camila, no pude evitar contarle lo que sentía y el beso que nos dimos.

Un día de tantos estábamos Erendida y yo en la antesala cuando escuchamos que se estacionó el carro de Eduardo en la cochera.

Erendida y yo nos quedamos mirando la puerta en espera de que entrara, pues ya tenía bastante que llegó y debido al silencio de la calle se escuchaba como discutía con alguien.

Bajaron él y otra persona del carro, pues se escucharon dos portazos y se acercaron a la puerta, y Eduardo entreabrió la puerta frenando de repente pero de pronto cayó al piso y alguien más sobre él.

Fue tan rápido que ni siquiera notamos cómo pasó ni quién era la otra persona. después de la impresión Erendida y yo nos dimos cuenta de lo cómico de la situación luchábamos terriblemente para contener las risas mientras ellos nos miraban desde el suelo.

se levantaron rápidamente tratando de disimular, obviamente sin conseguirlo. Enseguida Eduardo nos saluda a Eren y a mi, avisando a su esposa que él y Camila iban a jugar, como si hicieran otra cosa más que esa.

Ella también nos saludó , Eduardo la empujó un poco y se fueron a la sala de juegos dejándonos solas, fue cuando los perdimos de vista cuando soltamos las carcajadas que conteníamos hasta el momento.

Después de un tiempo tenía que volver a mi casa, así que Erendida se ofreció a llevarme, pues yo dejé mi carro en mi casa. Cuando nos levantamos venían Eduardo y Camila, y este nos "informa" que Camila va a ver a Valeria, dándome una mirada y después a Camila que no supe descifrar. 

Llegamos a mi casa y de una rápida despedida me fui a dormir, pensando en lo que probablemente estarían haciendo Camila y Valeria en esos momentos.

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Pasaron unos días en los que seguíamos sin hablar, hasta que llegó un momento en el que me canse de la situación es la que estábamos y decidí is a buscarla a su trabajo, pues ya casi era hora de su salida.

Llegué y me topé con Eduardo, le pedí que le avisara a Camila que quería hablar con ella. Ed entró a la oficina a hacer lo que le pedí.

Después salió Eduardo y me dijo que entrara, Cuando Camila entró me vio con cara de sorpresa, pues Eduardo solo le dijo que alguien la esperaba.

Camila me pidió un momento, pues llevaría a Eduardo a su casa y me preguntó si iría con ellos a lo que yo accedí,

Después de dejarlo y saludar a Erendida nos dirigimos a la cantina de Don Arturo, un lugar al que íbamos de vez en cuando.

Tomamos asiento en una mesa que estaba apartada del resto, el mesero se acerca a tomar la orden y nosotras hacemos nuestro pedido.

-¿De qué quieres hablar Sheyla? - me pregunta una vez que el mesero se va a preparar nuestra orden.

-yo en verdad extraño nuestra amistad, te extraño y creo que no vale la pena perderle por algo sin importancia- Aunque las dos sabíamos que no era así, pero si ella no me contradecía yo no estaba en la labor de decir otra cosa que no fuera esa.

-Te bese, te bese porque sentía algo por ti, Siento, algo por ti, no se la importancia que tenga para ti. Aunque creo que no es mucha- Era mucha, era toda porque yo sentía lo mismo y eso lo iba a hacer más difícil porque las dos  lucharíamos contra lo que sentíamos, la única diferencia es que ella no sabía que sus sentimientos eran correspondidos; eso de alguna manera me hacia sentir como una maldita hipócrita.

-yo no te puedo responder de la misma manera, yo- tenía que mentir.

-ya se. Ya se, tu tienes a José y lo amas, pero no quieras tener la misma «amistad» y además pretender que no pasa nada... Yo ya pretendí demasiado y te bese Sheyla y me dijiste que no me querías volver a ver y sinceramente no se porqué se te ocurrió tratar de arreglarlo después de un mes y medio. - nos quedamos calladas un momento hasta que llegó el mesero con lo que pedimos. 

-yo nunca supe que te sintieras de esa manera, Si yo hubiera sabido. Yo tengo a José, Yo- Mentía, notaba sus miradas. Eran las mismas que yo le dedicaba a ella.

- Nada Sheyla, no tienes que decir nada, no tienes que explicar. No ahora, Yo sabía que no podía pasar nada y no iba a pasar, solo era cuestión de tiempo para que explotara.

- No debí de haber reaccionado así sea como sea, Este mes te he extrañado demasiado, eres mi mejor amiga, Si tu supieras- me interrumpió y lo agradecí por lo que estaba a punto de soltar inconscientemente.

- Te entiendo, Eduardo es mi mejor amigo y no me gustaría pasar tiempo sin él, Yo no quiero no tenerte en mi vida Shey, eres mi amiga y se que no va a cambiar la manera en que me ves- comencé a llorar harta de todo, de no luchar, de no afrontar mis sentimientos- No llores te quiero demasiado y prefiero tenerte como amiga. Algún día va a llegar alguien más y miraremos al pasado y ya sabes... Nos reiremos de todo esto. Ven aquí- me atrajo hacia ella y escuché como decía que me amaba... su primer TE AMO.

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