trece

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Era la una de la mañana y ya casi se habían ido todos, ya solo quedaban las novias y el hermano de Esthela, que se iba a quedar en la casa de ellas.
Eduardo y Erendida se iban a quedar en mi casa esta noche y se iban a ir mañana, o bueno más tarde de hoy.

Erendida ya se había ido a dormir y Eduardo, Sheyla y Yo estábamos limpiando un poco la sala. Desde que tuvimos esa pequeña pelea y Sheyla me dio el guantazo no me había dirigido la palabra, cada vez que intentaba hablar con ella solamente se volteaba y se iba a hablar con alguien.

Ya habíamos terminado de limpiar la sala y ya nos íbamos a dormir, cuando entre a mi habitación Sheyla estaba buscando una almohada y ya se iba a la salida pero le tape el paso.

- ¿Me vas a dejar pasar?.

- ¿A donde vas?.

- voy a dormir en la habitación que queda... dejadme pasar.- me dice mientras intenta pasar por un lado de mi pero alcance a detenerla.

- Disculpame Shey, no es necesario que te vayas... hay que hablar.

- ¿Me vas a dejar pasar o voy a tener que pasar a la fuerza?- me dice mientras intenta pasar a mi lado nuevamente.

- Esta bien, pero yo voy a dormir en la habitación sobrante.- le digo al mismo tiempo que le quito la almohada y abro la puerta para salir e irme. Creo que nunca la había visto mirarme de esa manera, como con una mezcla de enojo y decepción.
Creo que estaba más cansada de lo que yo creía, ya que en cuanto me acoste en la cama me quede dormida al instante.

***

Al día siguiente me desperté a la una de la tarde, me levante y me fui a mi habitacion ya que en la que estaba no había baño. Pase por enfrente de la habitación donde se habían quedado Eduardo y Erendida y todavía estaban durmiendo.
Cuando llegue a mi habitación me di cuenta que Sheyla también estaba durmiendo, así que con mucho cuidado de no hacer ruido para despertarla, tome ropa interior que estaba en el cajón del buró junto a la cama y después fui al ropero para tomar unos shorts y una blusa.
Cuando termine de darme una ducha me vestí ahí mismo en el baño.
Me fui a la cocina para hacer la comida ya que era tarde y me estaba muriendo de hambre. Corte unas tortillas e hice una salsa verde de aguacate para hacer unos chilaquiles, tenia una mini batidora así que no hice tanto ruido.
Ya había terminado de cocinarse así que solo estaba esperando a que se despertaran los chicos para comer juntos.

- Hey ¿Que onda?... ¡huele bien rico morra hay que comer!- tenia que ser el idiota de Eduardo.

-Hola Idiota, hay que esperar a que se despierten las chicas.

- pss ahorita que coman ellas.

- Esta bien- la verdad es que me estaba muriendo de hambre y ellas podían comer juntas así que... a comer se ah dicho.- ¿ Y Eri?.

- Esta dormida- me dice mientras saca del refrigerador una jarra con limonada.- ¿y Sheyla?

- esta dormida- le digo mientras pongo los platos con comida en la mesa.

- Vamos a comer en la sala, vente.

Llegamos a la sala y nos sentamos en los sofas, Eduardo tomo el control de la televisión para después ponerle en el canal de History Channel.

- ¿Que pasó ayer? ¿Por qué Sheyla no te hablaba?- me pregunta para después darle un trago a su limonada.

- Discutimos un poco.

- ¿Y luego?.

- ¿Y luego qué?.

- ¿pues qué pasó? ¿por qué discutieron?

- pues cosas... asuntos- Le digo mientras revuelvo mi comida

- Dime.

- Puede que me haya puesto un poco celosa y le dije que no sabía como podía confiar José en ella y que casi se le regalaba al stripper.

- ¿y ella que hizo?.

- Me dio una cachetada.

- Auch, Tu parece que estas idiota... pero la verdad están igual las dos... no se por que no hacen nada.

- ¿por qué dices eso? ¿por que no hacen nada de que?- la verdad es que no entendía al idiota cuando hablaba en clave o lo que sea y a veces eh de confesar que ni le ponía atención cuando empezaba así.

- Pues que ella empezó medio rara desde que te besaste con Valeria y cuando la stripper se te montó no...- no termino de decirme por que en eso se abrió la puerta de mi habitacion y Sheyla salio de ella.

- ¿Y Erendida?- pregunta viendo a Eduardo.

- Esta dormida- Le contesta.

- No... acá estoy- dice Erendida saliendo de la habitación.

- Hice chilaquiles por si quieren comer.

- Me estoy muriendo de hambre... ¿vamos a comer Erendida?- dice Sheyla para después agarrar a Erendida de la mano y arrastrarla a la cocina.

- Creo que si esta muy enojada, Camila... ni te volteo a ver.

- Ya se... ¿jugamos Resident Evil?- La verdad en que necesitaba distraerme y fue lo único que se me ocurrió, Sheyla se veía realmente molesta, no sabia hasta cuando iba a estar así, se que la lastime; y la verdad no sabía como lo iba a arreglar.

***

Después de dos horas que parece que las señoritas estaban comiendo tortilla por tortilla o algo así, al fin se dignaron a aparecer en la sala.

- ¿Ya nos vamos Eduardo?- le pregunta Erendida con los brazos cruzados.

- Esperadme tantito.

- Ya.

- Tantito.

- ¡Ya Eduardo!- alguien estaba enojada.

- ¡hay! ya... esta bien.- le dice levantandose al mismo tiempo que yo.

- ¿Por qué se van tan pronto?- le pregunto mientras apago la consola.

- Ya es tarde- me dice caminando hacia la salida.

- apenas son las cuatro Erendida.

- ¡Ya se tienen que ir!- ¡wow!... creo que Sheyla estaba muy, muy enojada.

- esta bien ya nos vamos... nos vemos mañana Camila.

Ambos salieron y se fueron a su coche. Entramos Sheyla y yo a la casa y lo primero que hizo fue irse a la habitacion y yo me fui a la cocina a llevar los trastes que usamos Eduardo y yo.

- ¿Me puedes llevar a mi casa?- me pregunta Sheyla quien tenia su bolso con ropa en la mano.

- Quedate hoy y mañana te llevo Sheyla.

- ¿Me vas a llevar o voy a tener que llamar un taxi?.

- Solo hoy Shey, ¿Que te cuesta?

- Ok... Voy a tener que llamar al taxi- ¡maldita sea! ¡¿como puede hacer que me sienta más culpable?!.

- No... no es necesario ,vamos Sheyla, vamos.

Nos dirigimos al coche y me adelante para abrir su puerta y rapidamente me fui al otro lado para entrar al coche.

Íbamos en camino a su casa y no habíamos hablado en ningún momento y ella solo iba mirando por la ventana. Llegamos a su casa y estacione el coche, teníamos que hablar.

- Sheyla, por favor... hay que hablar.-pero solo bajo del coche. Salí rapidamente yo también y la seguí... juro que tenia unas ganas inmensas de llorar que no entendía como no se me había salido ni una lagrima aún.

- No quiero hablar... veremos después.

- ¡Sheyla!.

Y lo único que vino después fue el portazo que le dio a su puerta antes de entrar.

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