CAPITULO 5

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Pasamos todos en grupo entre los árboles mirando al cielo, del que veíamos poco con la tupida vegetación a nuestro alrededor. Cada uno carga sus mochilas pero al rato la mayoría de las chicas y varios chicos empiezan a agotarse. Miro a Luna, que aguanta bastante bien y vuelvo a concentrarme en llegar a la zona de camping, porque con lo agotada que estoy si me despisto tropezaré con las ramas y piedras del suelo. Por fin llegamos a una pequeña zona en medio del bosque donde se han cortado los árboles, por lo que llega perfectamente la luz del sol y hay espacio para las casetas de acampar. La directora, que charlaba con un monitor se abre paso entre la gente.

-Muy bien, ya son las siete y media. Si todo va como previsto acabaremos de establecernos alrededor de las nueve. Luego nos reuniremos aquí para recibir las siguientes instrucciones.

El monitor nos reparte una caseta por pareja para que comencemos a montarla. Yo, que no tengo idea de cómo demonios se encaja una barra en otra las paso bastante canutas.

-¿Me pasas esa barra metálica, por favor?

-Toma.-A trancas y barrancas finalmente Luna y yo logramos nuestro objetivo y nos queda una caseta decente-.

Como hemos acabado nos dirigimos a observar a los demás, que también se las arreglan como pueden. Busco con la mirada una pequeña melena pelirroja y la encuentro a dos casetas de la nuestra. Luna y yo nos acercamos a Layse y Casleb, que hacen su trabajo con facilidad.

-¿Por qué hemos acabado antes que vosotros si íbamos mucho más despacio?- Pregunto a la espalda de Casleb-.

Él se gira asombrado al escuchar mi voz.

-Pues porque el inteligente del monitor no contó bien y le faltaron un par de casetas.- Responde con socarronería- Pero basta de presumir y venid a ayudarnos-.

-Buff, acabamos de hacer una, no tengo ganas de hacer otra más.

-Nadie ha pedido tu opinión- Me contesta y sonríe con chulería-.

-Vale pero me debes una- Comienzo a colocar las piezas-.

-Touché.

Comenzamos a armarla entre los cuatro pero al rato me encuentro con un problema.

-¿Alguien me puede ayudar con esto? Estas dos barras no encajan.

Casleb suelta las piezas que estaba montando, se levanta y se acerca a mí. Le muestro las dos barras de metal, que, por mucho que aprete no encajan.

-Mira, esta parte no se coloca así- Y para mi sorpresa se coloca detrás de mí y pone las manos sobre las mías- Debes enroscarlas, no presionarlas- Noto su torso contra mi espalda, está tan cerca que siento cómo un mechón de su pelo me hace cosquillas en la sien. Sus manos están calientes y me dejo guiar por ellas, me he quedado de piedra y no puedo reaccionar. Mi corazón va a mil mientras él enrosca las dos barras, no sé si el tiempo se ha congelado o yo de repente sólo tengo oídos para él-.

Acaba de colocar la barra y tengo la impresión de que deja sus manos sobre las mías un segundo más antes de retirarlas. De repente suelto una bocanada de aire que no me había dado cuenta que estaba aguantando. Totalmente aturdida miro hacia Luna, que ha acabado de introducir las piezas en la tela.

-¿Qué hora es?- Pregunto-.

-Ya son las nueve, tengo demasiada hambre.

Nos reunimos dónde la directora nos indicó y ella nos dice que esta noche debemos comer aquí. Los monitores nos traen cajas con galletas, tetrabrikes de leche y de zumo y nos metemos en las casetas pronto.

Algún día: Corazon de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora