CAPITULO 11

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Han pasado casi dos semanas tras haber vuelto de la acampada escolar, he dejado aparcados mis sentimientos por Casleb por ese tiempo y he hecho como si no me hubiera planteado nada nunca. Pero cada vez que lo veo mi corazón se acelera y me pongo feliz, no creo que eso pase con un amigo a secas.

Poco a poco mi cumpleaños se va acercando y no me he dado ni cuenta, tampoco sé que le voy a pedir a mis padres, pero mi cumple lo celebraré con mis amigos, en poco deberé de invitarlos.

Un cansancio se apodera de mí, hoy no me quiero levantar.

-Pero es viernes, Gabby. Piensa en eso- me dice mi madre-.

-Vale, vale.

Me levanto y visto rápido, hoy me pongo unas botas con suela gruesa que me hacen más alta. Ésta vez mis padres me llevan a clase en coche y me dejan en la entrada.

-Buenos días- me saluda Luna, que se ha teñido el pelo de negro-.

-Buenos días, ¿tienes algo que hacer mañana?

-Pues no, ¿quieres que quedemos?

-Sí, vente a mi casa, vemos unas pelis y hablamos- con hablar no se ni yo a qué me refiero, pero a lo mejor le comento algo de Casleb-.

-Okay jaja, me paso a mediodía y almorzamos de paso.

Luna y yo entramos en el aula y nos sentamos, no veo a Casleb por ningún lado, seguro que llega tarde.

Finalmente lo veo entrar mientras suena el timbre del inicio de clase. Paso las horas un poco dormida y se me hacen un poco largas, al tocar el timbre me levanto y salgo con Luna de clase pero alguien me tira de la camiseta hacia atrás y por poco caigo al suelo.

-Que exagerada eres, te tiro un poco de la camisa y ya te estás cayendo por los suelos- se burla Casleb-.

-Oye, no te emociones que no me he caído, ya te gustaría- contraataco, él me mira de arriba abajo y sonríe abiertamente-.

-¿Qué?- le digo aparentando seriedad-.

-Niña, aunque te pongas botas de suela vas a seguir siendo un tapón.

-Eh, ¿perdona? Yo no soy un tapón, mido 1'65 y está bastante bien. Tú eres demasiado alto y te crees un matón por eso ¿verdad?- tras decir esto empiezo pincharle con mis dedos en sus brazos, él se ríe-.

-Sí, lo siento pero tengo la norma de comportarme como un matón con las personas que se llaman Gabby- me echo a reír- tu estas mal ¿eh?-.

-Será que me estás pegando tu demencia.

-Sí, va a ser eso.

-¡Gabby! ¿Vienes o como sin ti? Que lentitud para salir de clase- exclama Luna asomándose por la puerta del aula-.

-Voy, voy, desesperada- miro a Casleb y éste me sonríe levemente, dato que seguro no se le escapa a Luna, luego salgo del aula-.

Al día siguiente me encuentro preparándome para la llegada de Luna, pido pizzas ya que mis padres se han ido y nos han dejado la casa para nosotras solas. Suena el timbre.

-Holaa

-Hola- le sonrío-.

Comemos pizza mientras hablamos de cosas irrelevantes, entonces recuerdo que es hora de pedirle su opinión sobre mi estado, con respecto a Casleb.

-Luna, te tengo que decir una cosa.

-Dime- dice mientras acaba de tragar la pizza-.

-El caso es que- respiro hondo y cierro los ojos unos instantes- es que... no sé si me gusta... esto... pues este chico que... a ver no sé si me gusta Casleb- me quedo en silencio y lentamente elevo la mirada hacia ella, es la primera vez que lo digo en voz alta y así parece más real-.

Algún día: Corazon de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora