Me quedo plantada mirando como se aleja, pero noto cómo algo tira de mí, un hilo imaginario en mi mano. No entiendo está sensación, es como si él tuviera un extremo atado y yo el otro. Me miro la mano instintivamente, qué extraño. No me muevo a pesar de la sensación. Acabo de ver a Casleb de una forma que nunca había visto... puede que no hubiera visto todos sus lados al fin y al cabo. Es que es Casleb... no quiero que se siga alejando, pero lo dejo. ¿Qué coño me pasa? Me voy a casa, finalmente Laya se quedó descansando y no fue a clase. No sé cómo habrá podido reaccionar su madre al verlo así, es todo culpa mía. Pero Casleb me dijo "Llegué a mi límite", ¿Qué límite? ¿Será que él también lo ha estado pasando mal? ¿Será que le importo? ¿Será que no pensaba que saldría con Laya? Será algo como... "No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde", aunque yo tampoco soy una gran pérdida. ¿Si no quería que saliera con Laya, si lo estaba pasando mal, por qué me dejó? Nada de esto tiene sentido, pero intento no pensar en que mi mente está constantemente preocupándose por él y pensando en esos asuntos. Maldita mente. Maldito corazón. Espera, ¿Por qué meto a mi corazón aquí? Mejor busco una distracción, pero están pasando tantas cosas ahora...
Almuezo con mis padres que, obviamente, ya han vuelto de sus vacaciones. Ya están al tanto de lo sucedido con Vicky pero de mis asuntos, evidentemente, nada. Más tarde recibo una llamada de Vicky.
-Me cago en la puta- pongo los ojos en blanco ¿Qué le pasará ahora?- no me dejan levantarme de esta cama de mierda, joder.
-¿Vas a dejar de decir palabrotas?- digo con sarcasmo- últimamente no paras-.
-Es porque aquí todos me tratan como una jodida inválida y sólo me hacen caso a lo que les digo cuando me pongo así- se queja-.
-¿Qué quieres ahora?
-¿No podéis hablar con mis padres para que firmen de una maldita vez y me dejen salir de aquí ya?
-Otra vez con eso- me río-.
-Me voy a morir del asco aquí, estoy sola en una cama ¿Cómo quieres que esté?
-Veré lo que puedo hacer...
Hablo durante un rato con la madre de Vicky, finalmente comprende la situación de su hija y cuando se lo cuento a Vicky me grita en la oreja a través del móvil un "¡¡De puta madre!!". Bueno, al menos ella estará contenta. Vicky vuelve a clase a inicios de la siguiente semana, ya siendo el mes de Mayo. Laya y Casleb se evitan, como era de esperar. Ni se miran. Pero Casleb sí me mira a mí, desde las distancias. Llevo dos semanas sin ver su fuerte mirada, sólo unos ojos tristes y apagados. Al estar con Laya, casi no me puedo acercar a él y cuando lo hago, él me dice que no me preocupe por él y se va. Pero en sus ojos, veo que en el fondo no se quiere ir. Es raro, me recuerda a cuando quiero estar quieta pero algo me obliga a hablarle, a ir hacia él. Pues siento que él se obliga a alejarse, pero quiere que alguien lo detenga. Esto es muy confuso. Quiero... acercarme a él y hablarle bien, que no me huya. Pero algo me dice que no debo. Pasan días así, es duro, confuso.
Al parecer las lluvias de Abril se retrasaron y llegaron en Mayo porque hoy, estoy en clase, a última hora y no para de llover. Está nublado, un día oscuro, miro por la ventana y observo el agua caer con ferocidad. La hora pasa muy despacio, quiero acabar ya. Noto la punzada escalofriante, debería estar acostumbrada a ella porque la noto varias veces al día. Casleb me mira desde su asiento en la última fila, ¿Por qué sus ojos son tan intensos? Cruzo la mirada con él, me la mantiene con la misma intensidad de siempre pero con el tinte de tristeza que me pone tan nerviosa. No me mires así por favor. Me mira pero intenta evitar cualquier cosa que vaya mas allá, en cuanto ve que intento decirle algo aparta la mirada. Está tan diferente, él no es así, debe volver a su ser, a lo que es. Suena el timbre finalmente y recogemos. Laya se ha ido con sus amigos unas horas antes, aquí todo el mundo se fuga de vez en cuando... Camino entre la marabunta de gente y a la salida veo el pelo rojo de Casleb. Les digo a Luna, Ster, Vicky y Alya que sigan sin mí y para mi sorpresa, hago caso por primera vez al hilo que tira de mí, a lo que me pedía mi corazón en mi sueño. Hago lo que hice en mi sueño, estiro la mano y sujeto la de Casleb para retenerlo. Pero esta vez, no despierto. Esta vez es real.
Se gira entre la multitud y me mira sorprendido, me observa con asombro de arriba abajo unos segundos y como esperaba, como presentía desde hace semanas, no me aparta. Algo en él estaba esperando que lo detuviesen y ahora que lo han hecho está totalmente petrificado por su corazón. Y no puede hacer nada al respecto. Lo miro intensamente y tiro de él, sacándonos de la población escolar. Cuando por fín llegamos al jardín del instituto, recuerdo que aquí tuvimos un encontronazo extraño antes de todo, antes de ser pareja. Cuando éramos sólo amigos. Hace mucho tiempo de eso en realidad. Esta vez nos colocamos bajo el pequeño techo que hay para proteger la acera de las lluvias. Lo pongo frente a mí y finalmente suelto su mano. Casleb se encuentra con la espalda hacia la pared, mirándome en silencio.
-¿Qué pasa?- me consigue preguntar con una suave voz que casi no se oye bajo el sonido de la lluvia-.
-¿Por qué no hablamos? ¿No quieres hablar?- le pregunto de vuelta-.
-¿De qué?- dice desviando por un segundo la mirada y plantándola de nuevo en la mía-.
-De... ti... de qué te pasa- le sonrío- sé que te pasa algo.
-¿No te había dicho que no te preocuparas tanto de los demás?- me pregunta de nuevo-.
-Es que tú no eres como los demás- le digo un poco insegura-.
-¿Ah, no? ¿Y qué soy?- lo miro en silencio y trago saliva en vez de contestar a su pregunta. Casleb me mantiene esa mirada, profunda como siempre, pero débil. Nos miramos durante eternos segundos y entonces protesta-.
-Joder- exclama en voz baja y se tapa los ojos con una mano, entonces se agacha en el suelo y se queda de rodillas, a la altura de mis piernas. Lo miro algo sorprendida y me sorprendo. Un rallo helado corre por dentro de mí y se me eriza toda la piel. Me agacho frente a él. Casleb está llorando. Mi corazón late a mil, como si quisiera salir e ir hacia él. Mis manos tiemblan un poco de los nervios. No me puedo creer que Casleb esté llorando. ¿Está llorando por mí?
-Casleb- susurro muy cerca de él para que me pueda oír- Casleb, ¿Por qué lloras?
Casleb es tan duro que ni siquiera puede soportar que alguien lo vea llorar, pero ese alguien soy yo y por eso sujeto su mano y suavemente la aparto. Se resiste un poco al principio pero finalmente me deja, y levanta la mirada para conectarla con la mía. Tiene los ojos rojos, de intentar aguantarse, y las pupilas dilatadas. Sus ojos grises son tan intensos, de tan sólo pensarlo se me rayan los ojos. Ahora debo ser yo más fuerte. Es que de repente me recorre una cálida oleada de familiaridad, y de repente siento que echo tanto de menos sus ojos grises. No quiero que Casleb se vaya de mi vida, quiero que al menos esté en ella, de alguna forma u otra. Pero que no se vaya, por favor. Él, con los ojos llorosos y las mejillas húmedas, consigue levantar la mano y tocar uno de los mechones de mi pelo, entonces la eleva y roza levemente mi mejilla, en forma de caricia. Lo dejo. Mis manos tiemblan sobre mis muslos, no tengo pulso. Nos mantenemos la mirada durante eternos segundos, parecen minutos. Sólo se oye la lluvia.
-Casleb- vuelvo a susurrar su nombre- ¿Por qué lloras?- repito, necesito saberlo. Necesito saber por qué está así-.
-Yo...- susurra- te quiero.
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Algún día: Corazon de Melón
Fiksi PenggemarGabby es una adolescente de 15 años que nunca se ha interesado por un chico. Excepto por Castiel, un personaje de Corazón de Melón, el juego que a ella tanto le gusta. Un día llega a clase un alumno nuevo con las mismas características que Castiel...