CAPITULO 46

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Doy un respingo en mi sitio tan grande que siento que mi corazón casi sale por mi boca. Me giro como un resorte, al igual que Laya y veo los oscuros ojos de Vicky abiertos, mirando con sueño hacia nosotros. Me sonríe y me intento levantar rápidamente pero las piernas me flaquean y toco el suelo con la rodilla por un instante, me coloco a su lado corriendo.

-¡¿Estás despierta?! ¡Estás despierta!- grito- no me lo creo- mi sonrisa se combina entonces con mis ojos llorosos y la voz se me quiebra por un instante- que fuerte- apoyo los codos en la camilla y me tapo la cara afectada por la emoción-.

-¿Qué coño haces? No llores- sonríe-.

- No estoy llorando, es que estoy muy nerviosa.

-Estás temblando, loco- se ríe- Laya, tráele un vaso de agua o algo a esta niña.

-¿Eres tonta? Callate, mírate, ¿Te duele algo? 

-No, sólo estoy molida. Ahora díganme, ¿Qué coño hago aquí y que ha pasado?- la miro atónita-.

-Pero ¿Tú qué recuerdas?

-Despedirme de ustedes. ¿Qué hago aquí?

-Dios mío, has borrado el recuerdo- miro a Laya-.

-Es una defensa del cerebro, para protegerse de los traumas- me responde él-.

-¿Qué? Me estáis rayando- Vicky está desorientada-.

-Pues... te atropellaron, hija mía- bromeo para quitarle impacto-.

-¡¿QUÉ?!

-Sí, en plan exagerado ¿sabes? Casi me muero yo. En realidad pensaba que me moría. Pensaba que me iba a caer redonda al suelo y morir allí.

-Las chicas dicen que nunca había llorado tanto en toda su vida- se burla Laya- y es una llorona- lo fulmino con la mirada-.

-Qué. Demonios. Estáis. Diciendo- dice Vicky mirando alrededor- pues será entonces- acepta cuando ve la escayola en su pierna- flipando me hallo.

-Voy a llamar a todos- digo y cojo el móvil-.

-¿Cuánto llevo aquí?

-Casi una semana. Durmiendo- respondo-.

A la hora y media ya estaba la habitación llena. Llegaron Luna, Ster, Alya y los padres de Vicky. Éstos llamaron a su familia para que vinieran a verla, así que mejor sería desalojar un poco la habitación antes de ello. Estamos con Vicky durante dos horas más y cuando se hacen las seis y media nos despedimos y la dejamos con sus padres. Su familia llegará en poco. Me despido de las chicas a la salida del hospital, miran a Laya, me sonríen y se van.

-Bueno, al final no hemos estado toda la tarde- me dice-.

-Cierto- le sonrío-.

-¿Quieres hacer algo? Ahora nos hemos quedado sin nada que hacer.

-No lo sé, si quieres, por mí no hay problema.

-Vamos al parque y nos sentamos lo que queda de tarde a hablar, nos han echado del hospital- se ríe y cedo-.

Me siento en un banco bajo la sombra de un árbol, hay un poco de viento frío por la hora. Miro al césped en silencio, esperando que él diga algo. Ahora que sólo eschuco silencio, sólo puedo pensar en Casleb y en que está enfadado conmigo. Pero yo no he hecho nada, esto es desesperante, me estoy fastidiando yo por sus celos. 

-Estás preocupada por algo ¿No?- Laya interrumpe mis pensamientos. Lo miro en silencio- ¿Quieres hablarme de ello?

-¿Has tenido novias antes?- le pregunto con un hilo de voz-.

Algún día: Corazon de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora