CAPITULO 64

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Durante la película mandan a callar varias veces a Siro y a Al, que no paran de burlarse de todo lo que ocurre y reírse en todas las escenas. Si juntas a un payaso con un escandaloso, la lías. Yo me estiré varias veces para pegarle en el hombro a Siro, que lo tenía más cerca. Al salir de la sala, entre que no paré de asustarme y gritar, y que los otros dos no se callaron, salgo muy estresada. 

-Sois idiotas, en serio- dice Alya, y Ced se ríe de Al, que está recibiendo la bronca-.

-No puede ser que entréis en una película de terror y no paréis de reíros, es una falta de respeto- espeta Vicky-.

-No en serio, me tienen cansada- continúa Luna- estoy super estresada.

-No disfruté nada la película- dice Ster con mirada serena, pero seria-.

-Para la próxima vais ustedes solitos y no nos hacéis pasar esta vergüenza- espeto-.

-Dios, vale, ya lo hemos pillado, chicas- dice Al, levantando las manos para mostrar que se rinde- la hemos cagado- sonríe-.

-Si vas a pedir perdón, hazlo bien, idiota- se burla Siro a su lado, y le chafa el intento de estrategia-.

-Pues haz algo tú para que esta gente corte el rollo ya ¿No?- lo empuja riéndose- Ced, tío, no me esperaba esto de ti- bromea y le echa en cara a Ced el estar callado, de nuestro lado-.

-Es verdad, eres un inútil- se ríe Ced- no sirves ni para ver una película. Y tú tampoco- dice burlándose de Siro-.

Los chicos empiezan a empujarse y acaban hasta tirándose de las camisas, parecen cachorros jugando. Nosotras seguimos de malas pulgas a un lado, con los brazos cruzados, hablando entre nosotras. 

-Bueno, al menos sabemos que esos se llevan bien- comento-.

-Ala, ya unimos a nuevos amigos- se queja Vicky- ahora vamos a ver lo que es bueno, quién nos habrá mandado...

-Pues eso, si os lleváis tan bien, ahí os quedáis. Jugad a vuestras cosas, nosotras nos vamos a casa- les larga Ster, agotada-.

-¿Qué? ¿Os vais ya?- dice Siro-.

-Ala, las chicas se han enfadado- bromea Al- no pongáis morritos.

-No, no. Os dejamos disfrutar, nos vemos en clase- le digo, dándole unas palmaditas en la cara-.

Y eso hacemos. Nos vamos en autobús y nos despedimos al bajar en la parada. 

-Ya Siro tiene nuevos mejores amigos, esos van a ser inseparables- comenta Luna con hastío-.

-No me lo esperaba, tía- dice Alya- que se llevaran tan bien.

-Cuajó genial- me encojo de hombros, una alegría para los tres, supongo. Sobretodo para Siro, aunque me preocupa que desarrolle más sentimientos estando cerca de Al. Pueden ser perfectamente amigos-.

Pasa el finde y no tenemos noticias nuevas de nadie. Todo tranquilo. Cuando llegamos la siguiente semana a clase, comenzamos a organizar las partes del trabajo. Esta semana quedaremos en casa de Siro para hacerlo. Cada cierto rato nos dan papelitos arrugados y trozos de goma, que tira Al desde el fondo de la clase. A Ced también parece que le gusta la fiesta y nos pican entre los dos, siempre igual. Siro les muestra el corte de manga varias veces y se ríe. La verdad es que yo también me río de rato en rato, pero al final Vicky se estresa, coge el estuche de Siro y se los lanza. Le da en la cabeza a Al y no paran de reírse a carcajadas por ello, me incluyo en esa carcajada grupal. Siro tiene que ir a buscar su estuche y el profesor se cansa, por lo que echa de clase a Siro, a Al y a Ced. Se queda mirando a Vicky unos segundo, pero vuelve a su libro. Me aguanto la risa. Por poco. Cuando toca el timbre ya no están, se han largado los tres por ahí. Lo que les faltaba. 

Algún día: Corazon de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora