CAPITULO 41

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Para cuando todo vuelve a la normalidad al cien por cien, acaba febrero. Con marzo llega la primavera y hace más calorcito, comienzan a proponer planes para la piscina o la playa… de vez en cuando. También comienza el tercer trimestre, el segundo siempre es muy corto. Pasa y casi ni te das cuenta. El padre de Casleb sigue yendo a terapia y no creo que pare pronto. Su casa ya está arreglada por fin, y su guitarra.

-Gabby- me llama mi padre- tu madre y yo nos vamos a ir de vacaciones esta semana así que estarás sola en casa. Tu abuela vendrá a revisar de vez en cuando pero no cada día.

-¿Tan de repente?

-Me han dado unas vacaciones inesperadas en el trabajo y coinciden con las de tu madre.

-Ah, vale- en realidad me alivia, ¡una semana sin padres!-.

-Tienes que ser responsable, ya lo sabes- pongo los ojos en blanco-.

-Sí, ya lo sé- esta situación me da una idea… muy interesante, sonrío-.

Esta tarde he quedado con Casleb en el parque, le contaré la noticia, a ver si él tiene la misma idea. Me visto con un peto de pantalón corto y una blusa blanca, no me coloco las mangas del peto sino las dejo colgando. Me dirijo al supermercado, donde Casleb y yo compraremos las cosas de picar para la tarde. Mientras meto en el carrito diferentes paquetes de papas, alguien me sorprende con un apretón de culo. Me giro sorprendida al notar que me tocan el culo y me topo con el rostro de Casleb demandando un beso. Se lo doy, con el paquete de papas aún en la mano.

-Voy a llevar mucho chocolate también- le digo-.

-Mejor.

Casleb se queda cogiendo papas mientras yo elijo gran variedad de galletas de chocolate y batidos. Después de pagar, nos sentamos bajo la sombra de un árbol en el parque, y noto el césped fresco bajo la piel de mis piernas desnudas.

-Pues resulta que mis padres se van de vacaciones la próxima semana.

-¿Una semana entera?

-Sí- lo miro expectante-.

-¿Vas a estar sola en casa?

-Sí.

-¿Sin nadie que te vigile?

-Exacto.

-Para hacer lo que tú quieras- sonríe juguetón-.

-Sí- le devuelvo la sonrisa con algo de vergüenza-.

-Yo quiero ir a tu casa.

-¿Qué?- vale, pensó lo mismo que yo pero una cosa es pensarlo y otra hacerlo… me da vergüenza… que vea mi cuarto, no sé-.

-Sí… venga…- me pide- no es nada fuera del otro mundo.

-No sé- sonrío vergonzosa-.

-Vamos, porfa- me agarra de la cintura y coloca debajo de él, apoyando su cara en mi hombro. Noto que sonríe sobre mi piel-.

Al final cedo. A la noche les cuento la importante información a las chicas.

“Dios, dios, dios” a Alya le da un ataque

“Que fuerte que fuerte” secunda Luna

“Tía, vais a estar los dos solos en tu cuarto” dice Vicky, la puedo ver sonriendo

“Ya hemos estado a solas en el suyo” les recuerdo

“Ya pero, no sé, ¿no es más probable que se lance estando en el tuyo? Ahí a lo mejor no te asustas tanto porque estás en tu zona de confort” explica Alya

Algún día: Corazon de MelónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora