Nuestro Amor

9- Festival Valeska

Aaron:

Brendon maldice con molestia cuando la caja de cartón que sostenía en sus manos se rompe en la parte de abajo y todo el contenido se desploma en el suelo.

-Idiota-ríe Connor-Te dije que la sostuvieras desde la parte de abajo o se iba a romper

-Callate-gruñe y se inclina a recoger las cosas que cayeron esparcidas por el suelo

-¡Tenemos veinte minutos antes de que lleguen todos, apurense!-vocifera el señor Wilde desde dentro del salón, donde la demostración de nuestra profesión aborda toda la sala.

Para los de últimos años los festivales escolares son todo un problema, especialmente en esta época. Las tareas son cada vez más y el señor Wilde y los otros maestros han dejado tantas cosas que hacer que a penas y podemos detenernos a respirar.

-¿Qué falta?-pregunto exhausto

Durante los últimos dos días me la había pasado pintando, dibujando y esculpiendo por que el señor Wilde me había elegido a mi, a Brendon y a Connor para realizar la exposición para los alumnos que tienen planeado entrar a nuestra profesión el año que viene.

Y es un honor haber sido escogido, pero necesito al menos un día para recuperarme de todo esto.

-Unas cuántas esculturas-responde Brendon-yo lo hago si quieren

Connor arruga la nariz.

-¿Y dejar que lo tires como las últimas veinte cosas? Ni soñarlo, voy contigo-voltea a verme-¿vienes?

-No, yo...

Saco mi teléfono del bolsillo de mi pantalón cuando suena con un mensaje nuevo.

STEPHEN: ¿La sala de música?

Sonrío.

AARON: Voy en seguida😉

-¿Puedo tomar un descanso, señor Wilde?-pregunto asomando mi cabeza hacia al interior del salón

Suelto un silbido cuando lo hago.

Las paredes del salón han sido cubiertas con nuestras pinturas y nuestros bocetos, nuestras esculturas están acomodadas en el centro del salón con pequeñas placas pegadas a ellas que reconocen que las hicimos y alrededor están puestas mesas con materiales para que mis compañeros de clase hagan una demostración de su talento cuando la gente comience a llegar.

Es como una pequeña galería de arte.

-¿Ya ha terminado sus deberes, señor Valeska?-pregunta el señor Wilde

-Señor, no me diga señor-pido por milésima vez- y si, he terminado. Volveré en veinte minutos, lo prometo.

El señor Wilde me dirige una sonrisa y asiente.

Salgo disparado hacia la sala de música y cuando lo hago me encuentro a Stephen de espaldas a mi mirando por la ventana.

No sé que es lo que está viendo, puede que mire a los alumnos nuevos entrando a la universidad o simplemente se esté perdiendo en las nubes pero todo lo que yo puedo ver es su perfecto y redondo trasero mirando hacia mi.

Me acerco cauteloso hasta donde está y cuando lo alcanzo deslizo mis manos desde su pecho hasta las entradas que comienzan a marcarse por debajo de su abdomen y le planto un beso en el cuello, justo por debajo de su oreja.

-¿Me llamaste?-susurro

El se gira hacia mi con una sonrisa y enreda sus brazos alrededor de mi cuello para darme un tierno beso en los labios. Siento como sus dedos se enredan en mi cabello y la sensación me fascina.