Nuestro Amor

35- Año Dos.

Stephen:

-¿Por qué te levantaste temprano? -le pregunto a Aaron a mitad de mi bostezo cuando lo veo sirviendo un omelette a las siete de la mañana, hora en la que yo tengo que levantarme para prepararme para empezar mis clases, pero él no.

Sus ojos negros pasan de mirar el plato en el que acomoda su omelette a mirarme. Me suelta una sonrisa tierna que a penas y puedo distinguir porque me cuesta abrir los ojos en mi estado medio dormido y una vez que termina de servir, camina hasta donde estoy y me da un beso sobre mi cabello sin peinar.

-Buenos días -sonríe- Siéntate a desayunar. Te llevaré a la universidad cuando acabes.

Suelto un quejido por el hecho de que tengo un largo día por delante y me siento obedientemente a comer cuando la respuesta a mi pregunta aparece como un recuento de éstas últimas semanas.

Aaron siempre ha sido una persona con mucha energía. La mayor parte del tiempo está ocupado con alguna tarea o proyecto escolar, pero como ahora está en la etapa de su profesión en la que sólo tiene que esperar para que le den su título y para pasarla bien en su fiesta de graduación, se aburre y busca que hacer.

Lo he visto hacer de todo para mantenerse ocupado: ha probado nuevas recetas de un libro de cocina que le prestó su mamá, duplicado el tiempo que pasa normalmente en el gimnasio, empezó a hacer nuevas esculturas y pinturas, se dedicó a entrenar a Queen durante una semana -logrando al fin que se sentara y diera la pata cuando se lo pides- e incluso comenzó a buscar trabajo. Al principio quería un trabajo tranquilo como en una librería o algo parecido pero cuando lo consiguió, renunció al poco tiempo porque -según él- estar en un lugar callado en el que hay muchas personas es más aburrido que estar solo en casa sin nada que hacer. Así que mientras la búsqueda del trabajo nada aburrido seguía en curso, volvió a su rutina llena de actividades al azar con las que pudiera entretenerse y, mientras eso ocurría, me di cuenta de que quería hacer algo más que "un simple aniversario" como habíamos quedado.

Y no porque quisiera irme de viaje de nuevo, sino porque durante éstos últimos días en los que Aaron ha estado haciendo todo tipo de cosas, me di cuenta de que la razón por la que las hace -además del hecho de que ya no tiene ninguna tarea- es porque está buscando matar tiempo en lo que yo termino mis clases y puedo regresar a él. Había adaptado su extraña rutina a la mía para que cuando yo saliera de clases pudiera pasar por mí o para que cuando yo tuviera al fin un descanso de mis estudios pudiéramos pasar el rato haciendo lo que sea que quisiéramos en ese momento, así como también se levantaba temprano a hacer el desayuno y llevarme a la universidad cuando no tenía porque hacerlo.

Pero no decía nada al respecto. Lo hacía ver como si fuera una casualidad o algo por el estilo y eso me hizo preguntarme cuántas cosas más hace por mí sin decirme algo al respecto. Me hizo darme cuenta de que -a pesar de que hago mi mejor esfuerzo- la mayoría del tiempo soy yo quien está recibiendo cosas de él y es por eso que esta vez quiero que sea diferente.

Le había dicho que quería que nuestro aniversario fuera algo simple como una cena en un restaurante o algo así, pero ahora quiero sorprenderlo. Quiero demostrarle que lo quiero tanto como él me quiere y por ello había comenzado a planear algo completamente diferente a lo que acordamos, pero considerando que Aaron buscaba pasar todo el tiempo conmigo que tuviera fuera de mis clases, necesitaba ayuda para distraerlo.

Así que me colé en una de sus salidas con sus amigos.

-¿Puedo pedirles un favor? -les pregunto en cuanto Aaron se aleja para contestar una llamada.

Connor y Brendon intercambian miradas, confundidos tanto por el hecho de que haya venido como porque les estoy pidiendo un favor.

-¿Está bien? -ríe Connor sin ocultar su curiosidad cuando miro por encima de ellos que Aaron siga hablando por teléfono- ¿Qué quieres?