Aaron:
La calidez y la comodidad de estar en nuestra cama, cubierto por las sábanas hasta los hombros y envolviendo el cuerpo de un aun desnudo Stephen con mis brazos y mis piernas mientras dormimos, es increíble. Me dispongo a quedarme el resto de este día así, no importándome lo suficiente la salida que sus amigos planearon por su cumpleaños como para despertar a mi amor de su sueño. Pero cuando su teléfono comienza a sonar en la mesita de noche como un recordatorio de que debemos levantarnos, tomar un baño, arreglarnos y demás cosas que realmente no tengo ganas de hacer, pretendo no escuchar.
Le beso suave y rápidamente su espalda, justo por encima de un bonito lunar -o peca, realmente no lo sé- que me encanta y vuelvo a cerrar los ojos.
La pequeña esperanza de que ese hábito tan característico suyo de no escuchar la alarma hasta que es la décima o veinteava vez que suena, me llena inevitablemente mientras voy sintiéndome adormilado de nuevo. Pienso felizmente que por lo menos tengo otra media hora para seguir disfrutando del contacto tan íntimo con su piel, pero -sorpresivamente- él suelta un quejido a la segunda repetición de la alarma.
Separo mi rostro de la almohada -con cuidado de no despertarlo si es que aún no lo está- y estiro mi cuello para ver por encima de su hombro, donde un bonito ceño fruncido aparece frente a mí.
Resisto las ganas que me invaden de moverme de alguna forma que me permita besarle esas pequeñas y bonitas líneas enfurruñadas que se han formado entre sus cejas y libero mi mano de debajo de las sábanas, estirándome tanto como puedo para alcanzar su teléfono sin alertarlo y apagar la alarma.
Más -para mi mala suerte- él abre los ojos antes de que pueda alcanzarlo, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la luz y luego mirarme con un par verdoso que brilla con somnolencia y confusión.-Hey -suelto bajito, sonriendo ante la vista frente a mí e inclinándome para besarle en la mejilla al mismo tiempo que apago su alarma de una vez por todas.
Stephen se deja besar. Levanta su mano y acaricia mi cabello -algo torpe- en lo que creo es un acto reflejo porque permanece en silencio, como si estuviera intentando recordar qué día es, dónde está o quién es, lo que hace que una pequeña risa se escape de mis labios.
Y aun cuando se las dos exactas palabras que harán que se despierte por completo y se ruborice en el proceso, hago mi mejor esfuerzo por contenerlas.
Realmente no quiero moverme de aquí.
-Hey -suelta con un bostezo- Esa era la alarma para levantarnos, ¿verdad?
-No sé... -respondo, fingiendo inocencia.
Vuelvo a rodearlo con mis brazos y me acurruco contra él, escondiendo mi rostro en el espacio que hay entre su cuello y su hombro para permitirme respirar su olor.
-¿No nuestro plan era quedarnos así para siempre? -pregunto, recordando aquella vez en la que me había pedido quedarnos en la cama con una expresión increíblemente adorable.
Él se ríe, llenando de hermosa música mis oídos.
-Lo es, pero hoy tenemos una salida.
Insinúa levantarse. Toma impulso para sentarse y luego irse, pero yo no estoy listo para dejarlo ir aun así que lo empujo de vuelta a la cama y lo sostengo con un poco más de fuerza que antes.
-Oye, no seas así -me gruñe, buscando zafarse de mi agarre- Mis amigos se enojarán si no voy. Te lo dije, ¿recuerdas? -busca regañarme y sonar serio, pero es más que obvio que está intentando resistir la risa- Han estado esperando con ansias a que cumpla 21.
-Sí, para embriagarte -replico- No me gusta... Preferiría que tu primera vez probando alcohol fuera conmigo en una habitación de hotel con una vista preciosa...
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Nuestro Amor
RomanceEsta es la historia de Aaron y Stephen, dos principiantes en el amor con mentalidades y metas distintas, contada desde la perspectiva de ambos. El amor no es perfecto y ellos tampoco lo son, pero a pesar de eso ambos se mantienen juntos y avanzando...