Conrad:
Decir lo que quieres requiere de valor. Pelear por lo que quieres requiere de aún más valor y es algo que cualquiera debería admirar pero...
-Chupa mi pene.
-No -respondo.
-Entonces lame mi trasero.
Hunter lo lleva demasiado lejos.
-No -replico asqueado.
-¿Por qué no? -pregunta, girando sus ojos como si estuviera exagerando y lo que acaba de pedirme fuera algo de lo más normal.
Le pongo mala cara. ¿Realmente me va a hacer decírselo?
-Porque cagas por allá -bramo, fastidiado de su insistencia.
Hunter y yo somos compañeros sexuales desde hace unos cuatro meses más o menos. No tenemos ninguna relación aparte de esa y lo agradezco. Sólo lo veo cuando vengo a su casa cuando siento ganas de hacerlo o cuando me llama para una ronda y eso es todo.
A pesar de que me dije que esto iba a ser algo de unos pocos encuentros -a lo mucho unos tres o cuatro- porque quiero una novia; el visitar la casa de Hunter para tener sexo se había convertido en una mala costumbre que desarrollé por el simple hecho de que él es tan fácil que no tengo que hacer nada más que decir "Hagámoslo" para que se abra de piernas para mi. Lo que es conveniente porque no tengo que hacer ningún esfuerzo cuando siento ganas de hacerlo y aún cuando me siento con ganas de ser duro y tener poca gentilidad, él no se queja -incluso pide por más- pero esa actitud tan desvergonzada y lasciva suya comienza a molestarme.
Desde que se dio cuenta de que esto iba a ser algo más que los cuantos encuentros que tenía planeado cuando acepté ser su compañero sexual, se la ha pasado pidiéndome todo tipo de cosas que a su pervertida mente se le pudiera ocurrir. Cosas tan ridículas y sacadas del porno como pegarle en la cara con mi pene, usar un vibrador y una cuerda que consiguió en él, taparle los ojos con un antifaz mientras se lo hago duro y ahora quiere que le lama su trasero. ¿Qué acaso está loco? ¿Cuánto porno se ha visto para que quiera intentar hacer ese tipo de cosas? No lo sé y no me importa. No vengo a su casa para hacer una recreación de una película porno, sólo vengo a coger.
-Ni loco voy a poner mi lengua ahí -me niego.
-Por allá cago y aún así metes tu pene, ¿qué diferencia hay si lo haces con tu lengua?
-¿Podrían al menos limitar sus pláticas sexuales para cuando estén solos? -se queja su hermana, haciendo a un lado su plato para levantarse del sofá y abandonar la habitación de Hunter - Dios. Ni si quiera puedo tener una comida decente en la que no hablen sobre penes y traseros.
-¿Para qué comes en mi habitación? -gruñe Hunter- Sabes que estamos por coger y aún así decides que es buena idea ponerte a comer aquí.
Candace le hace una mueca de enojo. Hunter le saca la lengua en un gesto lleno de molestia y, cuando ella desaparece de su campo de visión, se gira hacia mi. Me tira una mirada de muerte que no me intimida en lo absoluto y busca en el bolsillo de su pantalón su cajetilla para ponerse un cigarro en la boca y encenderlo. Deja de verme para darle una calada y quedarse en silencio durante unos segundos, pensando seguramente en alguna otra estupidez lasciva de las suyas. Luego exhala y encuentra sus ojos con los míos.
-¿Qué es lo que quieres a cambio?
La pregunta me confunde.
-¿De qué hablas?
-¿Qué es lo que quieres a cambio para hacer lo que quiero? -vuelve a preguntar,esta vez levantándose del sofá para acercarse a mi- Debe haber algo que quieras hacer.
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Nuestro Amor
RomanceEsta es la historia de Aaron y Stephen, dos principiantes en el amor con mentalidades y metas distintas, contada desde la perspectiva de ambos. El amor no es perfecto y ellos tampoco lo son, pero a pesar de eso ambos se mantienen juntos y avanzando...