38- Razones para hablar.

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Stephen:

Escuchar y ver llorar a Aaron es lo peor que he tenido que hacer hasta ahora. Especialmente porque nunca antes lo había visto llorar. A pesar de que no quería abrazarlo, ni tenerlo tan cerca porque aún habían demasiadas preguntas sin respuesta rondando dentro de mi cabeza, fui incapaz de soltarlo una vez que me dijo que la razón de su repentina desaparición fue porque su abuelo había muerto. 

Lo sostuve entre mis brazos mientras lloraba desesperadamente y repetía una y otra vez -con una voz que a penas y podía reconocer como la suya- "lo siento". Pero yo no sabía por qué se estaba disculpando. ¿Se estaba disculpando por irse? ¿Se estaba disculpando por llorar de esta manera frente a mí? ¿O se estaba disculpando porque había hecho algo que no debía con Tom Guillory y ahora que lo sabía se sentía mal por ello?

Realmente no tenía ni idea y a pesar de que quería preguntar, no lo hice porque no parecía ser el momento correcto para hablar de ello.

Intenté vaciar mi cabeza de todo mal pensamiento y llenarme con el hecho de que Aaron necesitaba apoyo y consuelo de mi parte por lo que recién acababa de ocurrir en su familia, así que tomé su mano y sin decir ni preguntar nada, lo llevé escaleras arriba hacia nuestra habitación. Hice que se acostara de su lado de la cama y apagué las luces antes de acostarme junto a él y cubrirnos con las sábanas. Lo abracé con fuerza durante toda la noche en un intento por calmarlo un poco mientras él mojaba mi camiseta con sus imparables lágrimas y llenaba mis oídos con sollozos y respiraciones entrecortadas que demostraban lo destrozado y triste que estaba.

No hace falta decir que ninguno de los dos durmió demasiado esa noche, así que cuando abrí mis ojos al día siguiente con la luz solar colándose por nuestra ventana se sintió como recibir un golpe directo en la cara.

Me senté en la cama -liberándome cuidadosamente del abrazo de Aaron para no despertarlo- y me sujeté la cabeza con mis manos por las horribles punzadas que me estaba dando, pero no por la falta de sueño -porque ya estaba acostumbrado a ella cuando tenía que estudiar- sino porque sin importar mis esfuerzos, no había logrado detenerme de pensar toda la noche. Me giré hacia Aaron, dándome cuenta del desastre en el que se habían convertido sus ojos de tanto llorar y me sentí mal cuando me levanté para ir al baño porque no me sentía con la fuerza suficiente para abrazarlo de nuevo.

Me encerré en el baño, agotado física y mentalmente, y cuando mis ojos se encontraron con mi reflejo en el espejo por alguna razón tuve que aferrarme a toda la fuerza de voluntad dentro de mí para no llorar.

-No lo hagas -me pido a mí mismo a manera de súplica al mismo tiempo que me lavo la cara con agua fría para bajar el tono rojo que se ha pintado alrededor de mis ojos, mi nariz y mis labios.

Me tomo el tiempo suficiente para calmarme antes de salir y cuando me siento lo suficientemente valiente como para hacerlo, abro la puerta y camino dentro de la habitación. Aaron ya se ha despertado. Está sentado en la cama, frotándose los ojos con una mueca triste en sus labios y un cabello negro revuelto que lo hace ver como un niño pequeño que está perdido. Yo me quedo quieto, mirándolo con un dolor en el pecho que me hace sentir vulnerable de nuevo y con ganas de salir corriendo hacia algún lado lo más lejos posible de él... pero no puedo hacerlo, no cuando su mirada me alcanza y me cruzo con un par abatido de ojos negros.

-Hola -murmura con un hilo de voz.

Se ve cansado. Tiene la misma ropa con la que llegó ayer en la noche y un rostro incluso peor que el mío y yo siento un dolor creciendo en mi pecho con tan sólo mirarlo, pero no sé si es porque siento pena por él o porque no me siento listo para tratarlo como si todo lo de Tom nunca hubiera ocurrido.

-Hola -digo después de carraspear un poco.

Él hace una mueca. Tuerce sus labios como si pudiera ver a través de mí y estuviera leyendo todo lo que está pasando en mi cabeza, y respira hondo, buscando sus siguientes palabras. Me incomodo por ello. Hacía mucho tiempo que no me sentía desarmado y vulnerable ante Aaron de esta manera y no me gusta en lo absoluto. Es como si volviera a ser el Stephen que se sentía intimidado por él y retrocediéramos a esa época en la que no confiaba en él porque así es como me siento en este momento.

Nuestro AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora