Aaron:
-¡Aaron...! -grita Stephen casi sin aliento- ¡Mmhhnn...!
Jadeo fuerte.
Paso mi mano por mi frente para quitarme los mechones de cabello y las gotas de sudor de mi frente. Stephen mueve sus caderas contra mi, penetrándose así mismo con mi miembro en ese pequeño lapso en el que me detengo para tomar un respiro. La calefacción de nuestra habitación me está matando. Si bien tenía frío antes de que empezáramos, en este momento estoy muriéndome de calor. Eso y el hecho de que Stephen está apretándome, a penas y me deja pensar y respirar claramente.
-Mierda... -suelto cuando Stephen se estremece por un espasmo y me aprieta aún más- si sigues apretándome así no voy a aguantar mucho más -le riño, pero él está tan excitado que a penas y me escucha.
-Aghh...
Me agarra el rostro con ambas manos y me empuja hacia abajo, hacia sus labios. Nos besamos con desesperación. Nuestras lenguas se tocan y se acarician con necesidad al mismo tiempo que empiezo a empujar nuevamente dentro de él. Estoy a punto de venirme cuando el sonido de su teléfono irrumpe en la habitación tan fuerte que a penas y puedo escuchar los gemidos de mi novio.
-Tu teléfono -le gruño.
-Sólo ignóralo -gime, sus uñas rasguñándome la espalda en un acto sexy y erótico que me hace perder el aliento.
Me enderezo, tomo su pierna izquierda y la apoyo en mi hombro para tener una mejor vista de sus piernas abiertas. Su teléfono deja de sonar así que me concentro de nuevo en él y en su cuerpo desnudo debajo de mi y embisto de nuevo, pero esta vez con más fuerza y más rápido.
-¡AH...! ¡Mmmngh...!
Stephen se agarra de las sábanas, las aprieta tan fuerte que sus nudillos se ponen blancos, me mira con ojos llorosos y mejillas sonrojadas, suplicándome en silencio que no pare. Estamos al borde del orgasmo cuando su teléfono comienza a sonar de nuevo. Comienzo a soltar un sin fin de groserías en mi cabeza cuando el sonido de su teléfono se vuelve tan fuerte que me distrae y dejo de empujar.
-Tu teléfono -bramo, esta vez con menos paciencia.
Él me pone mala cara, igual de molesto por ser interrumpido cuando ha estado a punto de correrse. Mueve la pierna que tengo sobre mi hombro hasta tener su pie en mi pecho y me empuja hacia atrás, acostándome en la cama y subiéndose sobre mi.
-Simplemente apágalo -refunfaña antes de meterme la lengua en la boca y comenzar a moverse arriba y abajo sobre mi miembro.
Le agarro el trasero con una mano y estiro la otra hacia la mesita noche donde está su teléfono. Tanteo con mis dedos -sin apartar mis labios de los suyos- hasta encontralo, una vez que lo hago, lo acerco a mi para apagarlo al mismo tiempo que él se endereza y sigue con sus movimientos entre gemidos y fuertes jadeos. Empujo con él hasta que veo quién es la persona que lo está llamando: Elijah.
¿Por qué mierda le llama?
Me dan ganas de lanzar su teléfono o de contestar la llamada y decirle que deje de llamar cuando estamos teniendo sexo, pero sé que cual quiera de las dos opciones harían que Stephen se enojara conmigo. Cuelgo la llamada de mala gana y pongo su teléfono en silencio por si el muy idiota no entiende la indirecta después de haberle colgado. Dejo el teléfono de nuevo en la mesita de noche e intento enfocarme en lo que estaba haciendo antes de que viera que era él quien estaba llamando, pero me es imposible.
Sé que Stephen y Elijah son amigos y que -como quiero creer-
- Stephen ya no siente nada por él, pero aún así me molesta. El hecho de que haya estado enamorado de él por tanto tiempo, el que sigan siendo amigos y el que él lo llame y lo busque para cualquier cosa realmente me saca de quicio.
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Nuestro Amor
RomanceEsta es la historia de Aaron y Stephen, dos principiantes en el amor con mentalidades y metas distintas, contada desde la perspectiva de ambos. El amor no es perfecto y ellos tampoco lo son, pero a pesar de eso ambos se mantienen juntos y avanzando...