Nuestro Amor

Extra 15: Idiotas.

Ja'la:

-Está tan enamorado de él -suspiro con una sonrisa al ver la foto que me ha mandado Stephen para mostrarme a su nueva perrita.

Es una foto adorable, pero en vez de ver a su cahorrita -como se supone que debo hacer- lo primero que ven mis ojos es la forma en la que Aaron mira a Stephen. Ni si quiera se necesitaba ver dos veces para darse cuenta de que lo ama, pero por alguna razón Stephen aún no se ha dado cuenta y es sorprendente. Es decir, lo mira de una forma tan tierna, perdida y llena de amor que es casi imposible que alguien no se de cuenta, principalmente porque Aaron es muy afectuoso y detallista con él.

Es increíble lo mucho que ha cambiado desde que lo conoció. Todavía recuerdo las muchas veces que lo atrapé teniendo sexo con diferentes personas y la facilidad con la que las cambiaba una vez que se aburría de ellas. Dejó demasiados corazones rotos, así que pensé que el karma se lo devolvería con Stephen o algo parecido pero -dejando de lado el hecho de que se está aguantando de decirle que lo ama- las cosas parecían estar yendo tan bien entre ellos que incluso me hacen sentir celosa.

Stephen tiene lo que yo y toda chica en el mundo quiere: un novio que te quiere tanto que daría y haría lo que sea por ti, no a un imbécil cuatro años menor que te invita a una cita para después dejarte plantada y que ni si quiera tiene la decencia de explicarte por qué.

-¿Quién está muy enamorado? -pregunta Rosie, mirándome a través del enorme espejo frente a nosotras mientras nos peinan y maquillan para la sesión de hoy.

-Aaron -sonrío, extendiendo mi teléfono hacia ella para mostrarle la foto- Sólo mira como está por Stephen.

Ella se gira y mira la pantalla de mi teléfono.

-Ah... que envidia -hace un mohín- Ver ese tipo de fotos me hacen querer ir a ver a Carol.

-A mí me hacen querer tener novio -me río.

-Pensé que tenías algo con George.

Hago una mueca. 

Después de que me dejó plantada, no habíamos hablado en lo absoluto. Le había llamado unas cuantas veces ese día para saber si algo había pasado y por eso no había podido ir a nuestra cita. Creo que era una cita. Yo lo tomé como una cita por la manera en que me invitó a salir pero no creo que él lo haya hecho, porque si lo hubiera hecho al menos podía haberme llamado para decirme que no iba a ir. Y a pesar de que ha pasado casi medio año desde eso, seguía sin tener una explicación. Lo único que supe de él después de haberme dejado plantada fue que anduvo coqueteando con las chicas de su escuela, nada más.

Sinceramente estoy harta de esto. Puede que esa hubiera sido la primera vez que me invitaba a salir, pero no era la primera que terminaba haciendo algo que arruinaba las cosas antes de que si quiera pudieran empezar. Siempre es lo mismo con él y tal vez sea porque no estamos en la misma página. Tal vez porque a diferencia de mí, lo único que él quiere es alguien con quien pasar el rato, no lo sé, pero merezco algo mejor que un chico que coquetea con todas todo el tiempo como una especie de casanova y que te dice palabras bonitas para que aceptes salir con él y al final irse por ahí a hacer quién sabe qué. No creo que valga la pena ni si quiera intentar saber qué es lo que hizo ése día porque ¿por qué tengo que ser yo la que da el primer paso cuando es él el que hizo las cosas mal? No tengo porque hacerlo y tampoco voy a hacerlo.

-No hay nada entre nosotros -niego.

Pero ése no es el mayor problema que tengo con George ahora, sino que a cualquier lado al que iba por trabajo, no importa lo lejos que estuviera de Nueva York.

-George, pruébate esta chaqueta con esos zapatos, por favor -le pide la estilista en cuanto éste entra a la habitación.

Él siempre está aquí. Aparece en cada trabajo que tengo como si estuviera persiguiéndome y es molesto porque actúa como si nada hubiera ocurrido. Como si la cita o lo que sea que él piensa que fue, no hubiera ocurrido y yo estuviera loca por el hecho de estar enojada con él y no querer hablarle.