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Salimos de la clase de Transformaciones directos a la clase de DCLAO. No era mi clase preferida la verdad, en absoluto lo era.

- ¿Por qué sois tan malos conmigo? - Dijo Ron de repente.

- ¿Y eso? - Preguntó Harry sin entender.

- Os habéis reído todos de mí. - Los tres soltamos una pequeña risita y Ron nos fulminó con la mirada. - ¿Veis?

- Pero era una... risa amistosa. - Dije yo un poco en bajo.

- ¿Risa amistosa? - Preguntó Ron no muy contento. ¿Se lo estaba tomando verdaderamente en serio?

- Ron, toda la clase incluida la profesora McGonagall se rió un poco, pero no fue de tí. Fue del cáliz con piel de rata. - Intervino Hermione intentando animarle.

- Exactamente. - Dije yo. - Oh vamos Ron - Pasé un brazo por sus hombros. - No seas tonto. Sabes perfectamente que no nos reíamos de ti. - Harry y Hermione asintieron dándome la razón.

De repente, Draco Malfoy pasó casi corriendo como siempre con Crabbe y Goyle, y con su mirada seria, dándome un leve golpe en el brazo con el suyo, haciendo que me tambaleara un poco y que Ron tuviera que aguantarme.

- ¡Ey Draco! ¿Qué mosca te ha picado? - Grité yo frotándome el brazo derecho, pues me había hecho un poco de daño. Pero Malfoy no se giró, solo siguió andando para desaparecer en una esquina con Crabbe y Goyle detrás de él.

Finalmente, nosotros cuatro llegamos al aula de Snape. Si por mí hubiera sido, habría salido corriendo para no ir a esa clase.

Entramos los cuatro y ya estaban casi todos en sus sitios. Snape ni si quiera nos dirigió una mirada.
Nos sentamos en nuestras mesas, donde esta vez yo iba junto a Harry en la primera fila y Hermione junto a Ron en la segunda. Draco Malfoy estaba en la última junto a Crabbe y Goyle pero había algo raro en él hoy, o al menos eso notaba yo. Hoy estaba como decaído por algo, estaba serio (y siempre lo estaba pero nunca tanto como hoy).
Olvidé eso último y estuve atenta a la clase.

Cuando la clase terminó, me levanté lo más rápido posible para salir de allí con mis amigos e ir a la clase de Adivinación.

- Este va a ser el último año al que vaya a clase de Adivinación. - Dijo Hermione seria. - Odio esa clase. La profesora Trelawney está loca.

- Y tanto... No se cuantas veces ha predicho mi muerte. - Intervinó Harry. Ron rió un poco.

- ¿Te acuerdas cuándo predijo que aparecería el Grim en tercer año? - Dijo ahora Ron. Los dos rieron.

- Sí, si que me acuerdo. - Volvió a reir. - Y apareció, pero resultó ser Sirius.

- ¿Sirius era aquel hombre que decías que se convertía en un lobo? - Harry me miró.

- "Aquel hombre" es mi padrino. - Articulé un "Ahh" acordándome de que me lo dijo en tercer año.

- Y es un animago ¿no? - Miré a Hermione y ella asintió.

Finalmente llegamos a la clase de Adivinación, pero nada más entrar vi a Draco Malfoy muy cerca de una chica de Gryffindor, casi empujándola. La chica parecía muy asustada.

- Esperad un momento. - Avisé a mis amigos.

Me acerqué a ellos dos, donde efectivamente Draco acababa de empujar a la chica.

- Malfoy. - Le llamé y él se giró, mirándome con desprecio. - Déjala en paz. - Se acercó ahora un poco más a mí, pero no tanto como a aquella chica que se escabulló y salió de la habitación a no se donde.

- ¿Tienes algún problema?

- Sí. Te estabas metiendo con una chica de Gryffindor.

- Ese, que yo sepa, no es problema tuyo Griffin. - Le miré aún con más asco.

- Malfoy, apártate de ella. - Oí a Ron acercarse y ponerse al lado mío, lo que hizo que Draco se riera.

- ¿La parejita me va a decir que hacer o no hacer? - Volvió a reir. - No me hagáis reir. Solo falta que viniera la sangre sucia. - Dirigió una mirada de asco y odio a Hermione y yo me acerqué ahora con mucho odio y le apunté con mi varita.

- La próxima vez que la llames así, no esperes que no haga nada, porque lo haré. - Mi voz sonaba grave, y yo misma me sorprendí de eso. Retiré mi  varita lentamente y me dí la vuelta sentándome junto a Hermione, Ron y Harry, que me sonreían.

- Gracias. - Me susurró Hermione con una sonrisa porque la profesora Trelawney acababa de entrar en el aula.
Draco estaba como siempre con Crabbe y Goyle al final de la clase, y como no, me echaba miradas asesinas pero yo simplemente las ignoraba.

- Señor Malfoy. - La profesora Trelawney le miró, y él la miró con el rostro completamente serio y enfadado. - La señorita Katie Bell ya me ha contado todo. - Señaló a Katie Bell que se encontraba junto a Lavender Brown no muy lejos de nuestra mesa. No la había visto entrar de nuevo en el aula. - Bien, debo informar al profesor Snape sobre esto y que él, como jefe de la casa Slytherin, tome medidas sobre el asunto. - Draco bajó la mirada como si no le importara en absoluto, y en una de esas me miró con aún más odio que antes. - Y espero que no se le vuelva a ocurrir enfrentarse a una compañera. - La profesora Trelawney me miró ahora a mí. - ¿Usted es la señorita Griffin? - Asentí sin ninguna expresión en la cara. - A la profesora McGonagall tampoco le importará saber sobre la situación.

- Yo no he hecho nada profesora Trelawney. - Pude ver de reojo a Draco mirarme con una pequeña sonrisa de malicia.

- ¿Ah, no? ¿No se ha enfrentado a su compañero, el señor Malfoy?

- Sí, pero...

- Bien, pues se lo haré saber a la profesora McGonagall. - Rendida, me puse de brazos cruzados con una cara de mucho odio. Solo deseaba que la clase terminara de una vez por todas.

Te quiero, No te quiero || HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora