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Oí la risa de Oliver una vez más y después, levantar su varita. No. No quería que pasara lo que iba a pasar.

- Tú lo has querido. - Sonrió de forma maliciosa, pero enseguida borró esa sonrisa. - ¡Avada Kedavra! - Una luz verde salió disparada de la varita de Oliver para impactar de lleno en el cuerpo de Pansy.

Abrí los ojos como platos observando el cuerpo de Pansy tumbado en el suelo, sin vida.
Apreté mis dientes y me levanté del suelo, con cierto esfuerzo y olvidando el dolor del brazo del que aún caía sangre, y miré a Oliver con el mayor odio que sentí nunca.

- Eres un ser despreciable. - Miré a Pansy, que tenía los ojos abiertos mirando hacia el cielo, y después volví a mirar a Oliver. - Ojalá te pase algo mucho peor. - Volvió a sonreír y se acercó muy despacio hacia mí, acariciando mi mejilla.

- Aléjate de ella. - Escuché una voz muy conocida detrás de Oliver, cerca de donde se hallaba el cuerpo sin vida de Pansy.

Abrí mi boca en forma de asombro al ver a aquella persona apuntando con la varita a Oliver, sin poderme creer que fuera él.

- ¿Dra... Draco? - Susurré sin dejar de mirarlo.

Oliver soltó una risa y dió una fuerte palamada.

- Vaya, vaya, vaya... el héroe ha llegado por fin. - Sonrió. - Lamento decirte que has llegado un pelín tarde. Tu querida novia está muerta.

- ¿Novia? - Susurré yo, sin entender. ¿Era eso verdad? Bueno, que mas daba eso ahora. Pansy estaba muerta, y el Obscurial nos mataría de un momento a otro tanto a Draco como a mí.

Draco miró a Pansy con lágrimas en los ojos, pero no permitió que cayera ninguna, al menos por el momento.

- Suelta lo que no es tuyo. - Volví a escuchar su voz, su preciosa voz. Esa que me había enloquecido tantas veces. Tenía unas terribles ganas de abrazarlo y volver a sentir su tacto.

Oliver movió su dedo índice de un lado al otro como forma de decir que no.
Anduvo de un lado a otro, y eso me permitió ver mi varita sobresalir del bolsillo derecho de su pantalón negro (iba entero vestido de negro).

- Me pregunto si Hogwarts ya estará destruído. Por lo que me he enterado, Dumbledore ha sido asesinado y ha caído por la Torre de Astronomía, ¿no es así? - Mi boca se abrió tanto que parecía que tocaría el suelo.

- ¿Qué? - Grité en alto. Oliver se volvió hacia mí y me miró al principio confundido, como si no se acordara de que yo seguía ahí, pero después mostró su asquerosa sonrisa otra vez.
Draco me miró, dejando ver como un brillo aparecía en sus ojos nada más haberlo hecho.

- Claire, ya casi me olvidaba de tí. - Rió y se acercó un poco. - Sí, vuestro director ha muerto. - Mis ojos se llenaron de lágrimas. - No llores querida, Dumbledore solo era un viejo mequetrefe que no tenía ni pajorera idea de la magia. Al menos de la verdadera magia. - Me acerqué a él enfurecida.

- ¿¡Cómo te atreves a insultar a Dumbledore en mi presencia?!

Aproveché ese momento en el que estaba tan cerca de Oliver, que acerqué mi mano al bolsillo derecho de su pantalón y le arrebaté mi varita.
Dí unos pasos hacia atrás y le apunté con ella.
Simplemente empezó a aplaudir.

- Astuta, muy astuta. - Rió. - ¿Pero en serio creéis, que dos... idiotas como vosotros podréis conmigo? - Ahora miró a Draco y después volvió a mirarme a mí. - ¡Soy el Obscurial! ¡Nadie puede contra mí! - Hizo una pausa. - El Señor Oscuro no tardará en  venir y me recompensará enormemente. - Mostró sus dientes.

- Mi padre es mortífago. - Habló Draco. - Es Lucius Malfoy. - Oliver le miró con el ceño fruncido y Draco puso una sonrisa de lado, pero yo fruncí el entrecejo al igual que Oliver ya que no entendía nada. - ¿Te suena ese nombre? - Oliver no decía nada.

- Eres...

- ¿Sobrino de Bellatrix Lestrange? - Rió levemente. - Sí. Soy Draco Malfoy, y mi madre es Narcissa Black. - ¿Con qué se refería a eso? ¿De qué conocía Oliver a la familia Black y a la Malfoy?

- No... - Susurró Oliver sin dejar de mirarlo. - No puede ser... - Draco dió unos pasos sin dejar de apuntarlo con la varita.
De repente, Oliver empezó a gritar sin dejar de sujetarse la cabeza y tirarse de los pelos, hasta que se hizo un ovillo en el suelo.

Con un movimiento rápido de varita, le lanzó un hechizo.

- Desmaius. - Dijo y Oliver dejó de moverse. Me dí cuenta de que estaba inconsciente. - Esa va por mi madre... - Susurró sin dejar de mirarlo y apuntarlo.

Miré a Draco, que bajó su varita y, después de estar mirando a Oliver unos segundos, me miró a mí. Me sonrió, y justo en aquel momento estaba sintiendo la felicidad que no había vuelto a sentir desde hacía meses.
Le devolví la sonrisa y corrí a sus brazos, estallando en lágrimas. Lo había echado tanto de menos, sus abrazos, su olor inacabable a menta, el tacto que sentía al tocar su suave pelo rubio... había echado de menos todo sobre él, y me daba exactamente igual lo que la gente opinara si nos viera.
Ahora mismo, me encontraba en una nube de la que suplicaba no bajar nunca.

Pasaron minutos, y me separé al fin de él sin dejar de llorar.

- Ey... - Oí su voz en susurros, y pasó su pulgar por debajo de mis ojos para secar las lágrimas. - Cuánto tiempo sin verte, Claire. - Sonrió más que antes, y yo asentí.

- No pienso volver a separarme de tí nunca más. - Sollocé. - Nunca más... - No dejó de sonreír y se volvió a acercar para abrazarme, pero yo, al cabo de tres segundos, deshice el abrazo para unir nuestros labios en un dulce beso con sabor salado a causa de las lágrimas.

Él no se negó y aceptó el beso con una pequeña sonrisa durante el mismo. Me encantaba.

{...}

Draco sacó una hoja de su bolsillo, lo que me hizo enarcar una ceja, pero luego me explicó de que se trataba, y me explicó que todo fue gracias a Pansy. Sin ella, él no estaría aquí, y yo probablemente estaría muerta.

Llevamos el cuerpo de Pansy de vuelta a Hogwarts, y también el de Oliver.

Draco me explicó lo que tenía en mente hacer con Oliver (que seguía desmayado): Bellatrix Lestrange fue (y es) una gran enemiga de Oliver. Hace unos años, Bellatrix le lanzó la maldición Cruciatus y mató a su padres con la maldición mortal cuando él solo era un niño de cuatro años.
Desde entonces, Oliver la ha temido más que a nadie y, por eso no tiene amigos, es introvertido (el que más de su curso) y no es en absoluto una buena persona. De ahí que sea el Obscurial, se pueda convertir en humo negro y pueda destruír todo lo que se le ponga por delante.
Pero ya no será así, porque Draco le dejará atado en la misma colina donde me contó que casi fue convertido en Mortífago. Allí, Bellatrix y los demás seguidores de Voldemort decidirán que hacer con él, y no será nada bueno, pues Voldemort en realidad solo lo utilizaba para poder matar dos pájaros de un tiro, es decir, destruír Hogwarts y al mismo tiempo Ilvermorny por medio del Obscurial, por lo que Oliver estaba siendo, además de utilizado, engañado.

Draco tenía el cuerpo de Pansy en sus brazos a la vez que lloraba y sollozaba. A mí también se me salieron algunas lágrimas, a pesar de saber que era Pansy Parkinson, la chica que intentó hacerme la vida imposible. Pero al final sin ella, Draco no habría llegado hasta Ilvermorny, así que me salvó la vida de cierta forma (aunque no lo hiciera por mí).

- Será mejor enterrarla... - Susurré mientras ponía mi cabeza sobre el hombro de Draco. Él asintió.

Saqué mi varita y apunté al suelo.

- Defodio. - Dije en un tono un poco más bajo de lo normal, y en cuestión de segundos apareció un gran hoyo en el suelo.

Guardé mi varita de nuevo y ayudé a Draco a enterrar a Pansy.

Te quiero, No te quiero || HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora