Capitulo 2.- La cena.

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Tras entrar en la habitación que me correspondía pegue la espalda a la puerta dejando caer la maleta a mi lado. No podía creer que viviera con un chico así en la misma casa, ese tipo de hombre que te derrite con tan solo mirarte.

Avance hasta la cama y dejándome caer sobre ella solté un largo suspiro.

Aun no entendía porque me quede así...

Como en el aire...

Soy Jace. — dijo mientras esbozaba una sonrisa, y literalmente estuve más de dos minutos pensando en como responder, tan solo parpadeando rápido y admirando esos ojos grises.

Yo-o so-y Je-ssi-ca. — tartamudee nerviosamente, y denme un poco de razón el chico estaba como Nutella sobre Oreo.

Vi como rió entre dientes y dedicándome una última mirada me guiñó.

No me pregunten como no me desmayé porque no les tengo respuesta.

No me había dado cuenta que estaba sumergida en mis pensamientos hasta que escuche que llamaban a la puerta: — Jessica, querida... — dijo la señora Marie mientras abría tímidamente la puerta de la habitación para asomarse, topándose con la maleta en el suelo, la observo un poco confundida y luego me miro.

¿Será que puedo dejar de estar pasando pena?

— Dentro de unos minutos cenaremos, siéntete libre de desempacar un poco y nos vemos en el comedor ¿ok? — pregunto aun asomada, a lo que solo asentí.

Después de que se cerrara la puerta me tape el rostro con ambas manos, riéndome de mí misma. Primera buena impresión Jessica, primera buena impresión.

Finalmente me digne a tomar la maleta y sacar las mudas de ropa, tome unas pocas en mis brazos y empecé a recorrer la habitación con la mirada, en busca de un mueble con gavetas donde introducirlas. No tarde mucho en encontrarlo y tras haber vaciado el equipaje y distribuido mis cosas por la habitación me dispuse a ir al comedor.

Abrí la puerta del cuarto con un atisbo de miedo en mi interior, no quería volver a chocar torpemente con Jace aunque ese pensamiento fuera estúpido pero cuando observe hacia ambos lados en el pasillo no había nadie. Así que me dispuse a caminar hasta la sala pero también estaba solo.

Escuché risas provenientes de algún lugar cercano a la cocina y dando pasos lentos hasta ella vi que había una puerta justo al lado de donde acababa la encimera. Me acerque y posando mi mano en la perilla la abrí.

Una mesa amplia y olor exquisito fue lo primero que note. Allí estaban todos, en el comedor.

Mi mirada se cruzó con esos ojos grises pero enseguida la desvié, una vergüenza interna me invadió de inmediato.

— Oh, Jessica, siéntate, no aguantamos y empezamos a cenar, espero no te importe. — dijo con efusividad el señor Bob.

— No... esta bien. — dije con timidez.

Me dirigí hasta el único puesto vacío y me costó menos de un segundo darme cuenta que quede justo frente a Jace, literalmente, quería que me tragara la tierra.

— Espero te guste Jessica, es mi receta especial. — dijo con dulzura la señora Marie mientras me servía un pedazo de lasaña en el plato.

Empecé acomer con calma mientras sentía una mirada sobre mí que me hacía sentircohibida en esta posición frente a todos y sabía que de esta manera nopodría resistirlo y me daría un arrebato, pues no sé comportarme como yo mismacuando me exaspera una situación incómoda.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora