Capitulo 23.- No fue buena idea...

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Estaba acorralada contra la pared con los brazos de Fyl entorpeciendo cualquier escapatoria y para ser honesta tenerlo tan cerca me ponía nerviosa, además, el que me hubiese traído hasta aquí solo para hablar a las espaldas de personas que me importan me molesta, es de poca vergüenza en serio...

- Y que no me entere que les has dicho lo que acabo de conversar contigo–dijo serio, manteniendo esa intensidad en su mirada.

- Entonces... -lo observe sin entender, ¿se supone que me está pidiendo que me quede callada?, que hijo de...- ¿Por qué? ¿tienes miedo a que se enteren que me estas conquistando a su cuesta? -le pregunte con ese sabor a reto en los labios; él me fulmino con su mirada, acercando un poco mas su rostro, logrando que tragara grueso ante la repentina cercanía.

- Puede ser... ¿y tú, Jessica? ¿tienes miedo a caer como las demás? –me pregunto posando una sonrisa de superioridad en sus labios. Aparte la mirada con molestia, como detesto que se crea la última gota de agua en el desierto.

- No, y no te creo lo de Dylan y mucho menos lo de Jace, -lo acuchille con mi mirada- y si con eso creías que me fijaría en ti, que equivocado estas –su semblante se oscureció y por un instante pensé que me gritaría algún improperio narcisista como suele hacer pero no lo hizo, simplemente se apartó al apretar su mandíbula y dando unos pasos para alejarse se detuvo, volteando a mirarme nuevamente.

- No me lo creerás en este momento, pero cuando lo hagan... correrás hacia mí sin remedio –dijo y se fue sin mas.

<<Ni que fueras mi última opción...>>

Jace.

Tome las llaves del mesón notando la presencia de mi padre en la cocina, tal parecía que preparaba algo por lo que no quise molestarle, sin embargo al caminar en dirección al pasillo que daba hacia la puerta me detuve, tendría que preguntárselo de una vez por todas.

- ¿qué era lo que querías decirme en el hospital? – pregunte volteándome para observarle.

Vi como apretó sus manos sobre la encimera y volteándose me dejo ver lo tenso que se había puesto.

- No creo que debamos hablar de eso ahora, tengo que buscar a tu madre–me dijo con cierto nerviosismo, y aunque lo disimulara bien, tenía muy claro que quería evadir el tema

- Solo te tomara unos minutos decírmelo, creo que no afectara en nada– dije con seriedad, pero su reacción fue distinta a la que esperaba, pues repentinamente me desafió con la mirada, le conteste de la misma forma, sin ceder ninguno de los dos.

- No pienso hablar de ello, y punto –sentencio.

- Pues no pienso ceder hasta que lo digas – de cierto modo, esa parte del carácter, en ambos, era idéntico y lo de cambiante, también.

- Es lamentable –mascullo y sin mas se retiró, pasándome por un lado sin tan siquiera tomar importancia de cómo lo observe.

Sin duda, aquí hondaba algo extraño, aunque mi padre en varias oportunidades fuera impredecible nunca lo había visto actuar de esa forma, además ¿Qué problema hay con que me diga lo que supuestamente iba a decirme?, es como si de repente algo o alguien se lo impidieran, la cuestión es... ¿Qué?

Jessica.

Me dirigí corriendo a mi casillero, la conversación con Fyl me había distraído y si no retiraba el libro para mi próxima clase de nada valía que fuera.

Iba cruzando el pasillo cuando de repente impacte bruscamente con alguien, provocando que ambas cayéramos al suelo sin poder reaccionar. Sentí enseguida un dolor agudo recorrer la parte baja de mi espalda además de un punzón en mi frente, donde un pequeño bulto empezaba a alzarse.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora