Mis ojos se abrieron lentamente y casi de inmediato sentí el calor de unos brazos envolviéndome. Mis ojos desorientados viajaron por aquellos antebrazos que se ajustaban y mantenían atados a mi cuerpo, invitándome a subir lentamente a través de ellos hasta conseguirme con el perfil de Jace. Estaba dormido con la cabeza apoyada en la pared, dejándome presenciar lo relajadas que lucían sus facciones al estar sumido en el sueño.
Estando tan cerca de él me era imposible sentir el frio que desprendía el aire acondicionado del hospital, e incluso, después de haber dormido sentada, el estar entre sus brazos proporciono toda esa sensación de descanso que en otras circunstancias hubiese sido imposible de alcanzar.
No sabía porque pero verlo así, tan tranquilo, tan distinto a como siempre lo veo me dio una sensación de sosiego que invadió mi pecho, pero que desapareció tan rápido como el recuerdo de la discusión con la Señora Marie volvía a mi memoria...
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—Necesito hablar con ambos, en especial contigo Jessica.
Jace y yo la observamos con el ceño fruncido, esperando a que continuara.
—No entiendo como ustedes fueron capaces de tener algo a mis espaldas —una risa seca de parte de Jace capto mi atención en seguida.
—No, ¿en serio tú me vas a hablar de lo que es correcto en este instante?—dijo con una incredulidad que sonó mordaz por su tono cortante.
La Sra. Marie lo observo con los ojos muy abiertos aunque con ese rastro de desafío en las pupilas, manteniendo la fija y helada mirada de Jace.
—¿A qué te refieres con eso Jace?—pregunto punzante la Sra. Marie, dejando en evidencia que pensaba que él ya estaba enajenado.
Jace desvió su mirada a la mesa por un segundo pero casi al instante la conecto con la mía y pude ver como la rabia ardía en sus pupilas para luego clavarlos nuevamente en la Sra. Marie.
—No pienso hablar de lo que hemos hecho mal cuando tienes tu propia lista de errores...— dijo con la mandíbula apretada y con las mismas se levantó sin mirar atrás, andando a paso decidido hacia la salida del cafetín.
Mi mirada fue la primera en deslizarse hacia la Sra. Marie, pudiendo presenciar como sus ojos azules se clavaron en los míos segundos después, helándome la sangre desde que entablo una tensión entre nosotras. Algo había detrás de esos ojos... algo que me incitaba a preguntarle en que pensaba pero que no me atrevía a hacerlo.
—Aveces solo me pregunto porque eres tan curiosa —dijo de la nada, haciéndome fruncir el ceño. Vi como se apoyó un poco sobre la mesa con sus manos, disminuyendo la distancia entre nuestras miradas— pero hay cosas Jessica que es mejor dejarlas ocultas —trague grueso—y tómatelo como quieras, pero es mejor mentir y evitarte un daño que ser honesta y perjudicar a todos...
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Volví a la realidad cuando sentí como Jace se turbaba ligeramente a mi lado y al retirar mi mirada del vacío la volví a su rostro. Pudiendo detallar como abría sus parpados pesadamente y casi en un instante dirigía sus ojos grisáceos a los míos...
—Buenos días... —dijo con una voz ronca acompañada por una sonrisa.
Reí por lo bajo.
—Feliz día de acción de gracias...—dije manteniendo mis ojos fijos en los suyos— ¿por qué das gracias Jace?— pregunte con un atisbo de sonrisa cursando mis labios.
Observe como desviaba su mirada al frente pensativo para luego clavar sus ojos nuevamente en los míos.
—Porque hayas llegado a mi vida—dijo y esa linda sonrisa que tanto añoraba volvió a apoderarse de sus labios pero se borró tan rápido como escuchamos que alguien no muy lejano lo llamaba.
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EN LA MISMA CASA [ #1] *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*
Teen Fiction"𝓃ℴ 𝒷𝓊𝓈𝓆𝓊ℯ𝓈 𝓊𝓃𝒶 𝓇ℯ𝒶𝓁𝒾𝒹𝒶𝒹 𝓆𝓊ℯ 𝓃ℴ 𝓅ℴ𝒹𝓇𝒶́𝓈 ℯ𝓃𝒻𝓇ℯ𝓃𝓉𝒶𝓇..." El inicio de un todo siempre es intenso... No somos nada. Decía... Pero el destino conspiró... A nuestro favor y en nuestra contra. Y ahora... Frente a las verdade...