Capitulo 20.- Tu... (Maratón 1/3)

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Sentía rodar por mis mejillas un pequeño rastro de aire, acariciando mi piel con paciencia y sin parar, abrí los ojos y me conseguí frente a su rostro, él estaba allí, con sus ojos cerrados y facciones relajadas, tan apacible y tranquilo, casi parecía un ángel de esa manera y no podía evitar observarlo, no parecía Jace de ese modo.

Me apoye en mi brazo y lleve mis dedos por su mandíbula hasta su mentón, acariciando como si de una seda delicada se tratara, no se inmuto, seguía durmiendo, quieto y sosegado. Lleve mis dedos a su entrecejo y bajando poco a poco llegue a la punta de su nariz, donde me detuve para dejar caer mis yemas sobre sus labios, yendo de una comisura a otra, apreciando el color intenso que le proporciono el agua salada.

Aprecie sus pómulos sonrosados y como en ese color las pecas tímidas se escondían, todo en su rostro encajaba, y le hacía lucir como un sueño, algo tan real y apreciable, tan surrealista y fantástico a la vez.

Acerque mi rostro al suyo y al estar a solo centímetros de él sonreí, quizás anoche las cosas no hubieran salido tan bien y tal vez no lo haya perdonado del todo pero que haya amanecido aquí conmigo protegiéndome me hace sentir viva y no lo cambiaría por nada.

Al observar sus hermosas y largas pestañas no pude evitar viajar hacia los recuerdos de esa noche pasada...

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La luna llena yacía en lo lejano del cielo, moteando la superficie del agua, que yo sentada desde la orilla observaba en silencio.

No lograba dormir, no sintiéndome tan triste y molesta a la vez, queriendo solucionar todo pero no pudiendo hacerlo. Ya todos estaban en sus carpas y me hallaba sola, pensando... algo tan común en estos días.

En mi mente se reproducía una y otra vez la imagen de los ojos de Jace hirviendo en rabia por el reto de Evan y aunque de todos modos me hubiese negado a hacerlo, ¿porque demonios tenía que elegir por mí? ¿Porque? ¿Qué derecho tenia?.

Ninguno... no es nada mío, aunque pudiera... no, no pienso pasarle lo que hizo en la fiesta sin una disculpa. Mordí mi labio con fuerza al notar las lágrimas de impotencia amenazar con escaparse; lo que dijo Evan... significaba que después que me fui Jace se... se acostó con esa... demonios, sentí rodar por mis mejillas las primeras gotas logrando que hundiera mi rostro entre mis manos.

– ¿porque... porque me pone tan sensible? ¿porque...? quiero estar molesta, disgustarme, gritar, no llorar, es una estupidez...

– no lo es... -escuche a mis espaldas, haciendo que me tensara de inmediato, secándome el rostro lo mas rápido que pude- soy un imbécil...

Reí irónica.

– Desde tiempos inmemorables...

Le oí respirar lento y profundo, se notaba que se sentía culpable y debería...

– no es como decirlo... describirlo o tan siquiera entenderlo, pero Jessica yo... -hubo un silencio de su parte- lo siento...

Me quede callada en mi sitio, perdiendo mi mirada en la arena mientras mordía mi labio para contener las lágrimas que creaban un nudo en mi garganta.

Sus pasos se sintieron cercanos y un escalofrío corrió por mi piel cuando su mano hizo contacto con mi hombro, pero la aparte tan rápido como pude levantándome de la arena, dando pasos de espalda hacia él.

– Trato de solucionar las cosas Jessica -dijo tomándome del brazo y volteándome.

Sus ojos hicieron contacto con los míos y resbalaron sutilmente hasta mis pómulos donde sus manos se posaron, provocando que mis ojos se cerraran por un instante.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora