Capitulo 24.- No puede ser...

6.8K 382 37
                                    

Estaba sentada en la cama con ese papel entre mis manos, sin poder creerme lo que decía, llegue a pensar tantas cosas pero nada como lo que acababa de leer.

Bobbi me observaba con los ojos aguados y en ese instante supe que nunca debí meterlo en todo esto, que tonta fui por dios...

– Como lo siento Bobbi –dije acercándolo con mis brazos para abrazarle, mientras él en silencio dejaba correr las lágrimas por sus mejillas. Aún seguía un poco sorprendida, tal parecía que en esta casa habían mas secretos de los que podría llegar a manejar y él que Bobbi se hubiese enterado de todo esto de la peor forma... vaya.

– Yo-so-lo –musitaba entre sollozos. No podía mas que abrazarle con fuerza, sabía que era difícil para él, hasta yo me pondría de esa forma si me enterara que no soy hija de mi mama.

–Bobbi, no sabes cuánto lamento haberte metido en todo esto, nunca debí...– y me calle, me sentía tan mal por todo esto, pero podía apostar que tres mil veces peor se sentía Bobbi.

Ahora había algo que no comprendía, si Bobbi es hijo de Bob pero no de Marie, entonces... ¿Quién es la madre...?

"Que lastima que no los haya criado juntos..."

Esas palabras retumbaron en mi memoria de una manera aterradora, y no quería creérmelo.

No, no, eso no es posible, ¿Qué lógica tendría meter a mi mama en esto?, no creo que ella y Bob... no, se supone que si eso hubiese sucedido entonces... Marie no le hablaría a mi mama y mucho menos criaría ese hijo.

¿Entonces? ¿Qué demonios sucedió aquí...?

Sentí a Bobbi turbarse bajo mis brazos y antes de que pudiera reaccionar él se apartaba secándose el rostro, sus mejillas y nariz lucían sonrosadas y sus labios hinchados, era tan evidente que había llorado.

– Creo que... –sorbió su nariz- iré a descansar – dijo sin mirarme mientras se levantaba.

 –Esta bien... –me incorpore para abrirle la puerta pero él llego hasta ella primero que yo, saliendo de la habitación sin dirigirme otra palabra.

Respire hondo hundiendo mis rostro entre las manos, me sentía tan culpable de todo esto. Sé que en cualquier instante se enteraría de lo que decía esa carta pero... no a estas alturas, se ve tan destrozado, tan sensible, ¿dios que hice...?

Suspire reteniendo las repentinas ganas de llorar y saliendo de la habitación fui a la cocina por un vaso de agua. Necesitaba calmarme, el impacto del momento aun persistía en mi ser y el extraño nudo en la garganta también, tenía tantas dudas, tanta incertidumbre, no sabía en qué pensar y eso me agobiaba.

Al llegar a la nevera saque la jarra y mientras me servía escuche un tumbo en el pasillo de la entrada.

Voltee enseguida dejando el vaso en la encimera, ¿Qué pudo haber provocado ese sonido?. Empecé a caminar lentamente hasta el umbral del pasillo pero al llegar hasta el mis ojos se congelaron, junto con cada pequeña parte de mi cuerpo.

Jace caminaba apoyado de la pared y su rostro estaba un poco ensangrentado además de lucir hinchado; se veía tan mal que llegue a asustarme, provocando que mi corazón latiera con tanta rapidez que parecía que en cualquier momento saltaría de mi pecho.

 –Jace... –dije dando un paso hacia él, llevando enseguida mis manos hasta su rostro, a lo que él gesticulo mostrando dolor – lo siento... –retire mis manos– ¿Qué ha pasado, porque estas así? 

Jace abrió un poco la boca para decir algo pero la cerro con un gesto de cansancio en el rostro –vamos, tienes que ir a acostarte –no pensaba seguir atosigándolo con mis preguntas, se notaba que no podía sostenerse por sí solo y por ello tome uno de sus brazos posándolo sobre mi hombro.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora