Seguía mirando a través de la ventanilla del avión, perdida en la oscuridad de la noche. Había sido una decisión de último minuto y después de que la recepcionista que nos informaba sobre los vuelos nos dijera a mi madre y a mí que solo había un asiento para el vuelo de esta noche, al mirarnos a los ojos enseguida supe que quien se iría seria yo.
Lo que aún no comprendía era porque dijo eso...
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Nos detuvimos frente al portero de seguridad que revisaría mi boleto y fue allí cuando mi mama me volvió hacia ella tomándome por los brazos.
Sus ojos estaban cristalinos, llenos de algo apremiante que no lograba entender.
— Corre... —musito con las lágrimas de sus ojos a punto de desbordarse- Si es necesario corre — dijo haciendo que mis ojos la observaran inquietos- no permitas que te haga daño —se me detuvo el corazón.
— Mama... — trate de preguntar pero el nudo en mi garganta me lo impidió.
Mi madre dejo que sus ojos verdes grisáceos destellaran con las lágrimas cayendo a través de sus mejillas.
—Te amo mi niña —y beso mi frente, despidiéndose.
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No podía dejar de pensar que algo muy malo se aproximaba y me aterrorizaba solo pensarlo, sabía que Jace se encontraba mal y eso me preocupaba de una manera insoportable pero también y en un punto desesperante sentía que algo mayor a eso me esperaba.
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Mis ojos pesados se abrieron lentamente y pude percibir la luz que se filtraba por la ventana. Parpadee repetidas veces para aclarar mi vista y moviéndola a través del espacio note la cabina del avión rebosante en iluminación natural.
— A diez minutos de Miami Internacional Airport, gracias por volar con nosotros y considerarnos su mejor opción— escuche la voz dulce de lo que parecía ser una de las aeromozas y sacudí un poco mi rostro en busca de despertarme.
Estrujando un poco mis ojos me incorpore estirando mi espalda en el asiento y me costó unos segundos volver a la realidad del porque estaba aquí.
Jace...
Esa preocupación intensa volvió a invadirme, ¿Cómo estará él? ¿Qué le habrá pasado esa noche? Dios mío, tiene que estar bien.... cerré mis ojos afincando mi cabeza en el cabezal, sentí demasiadas ganas de llorar pero me contuve cuando a mi mente volvieron las palabras de la abuela de Marcos.
Onde encontrou a vida vai ficar morte...
Donde encontraste la vida conseguirás muerte, eso quiso decir, pero... no comprendía porque dijo eso, era tan extraño y a la vez tan escalofriante. Quería negarme a pensar que me advertía sobre algo que ya sentía, que percibía, eso que apremia en mi pecho de manera alarmante.
(...)
Después de haber aterrizado en Miami y haber hecho el típico proceso de recoger las maletas estaba aquí, en el asiento del copiloto con el señor Bob manejando.
Seguía sintiendo esa sensación incomoda en mi estómago, solo podía pensar en Jace, quería verlo, tenerlo cerca, saber que está bien...
Observe de reojo al señor Bob. Ni si quiera está enterado de que Jace en realidad si es su hijo.... Baje la mirada nuevamente hacia mis manos, que descansaban en mi regazo. Había tantas cosas fuera de lugar en esta familia que solo tratar de poner todo donde tendría que ir ha derrumbado un montón de cimientos mal hechos.
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EN LA MISMA CASA [ #1] *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*
Teen Fiction"𝓃ℴ 𝒷𝓊𝓈𝓆𝓊ℯ𝓈 𝓊𝓃𝒶 𝓇ℯ𝒶𝓁𝒾𝒹𝒶𝒹 𝓆𝓊ℯ 𝓃ℴ 𝓅ℴ𝒹𝓇𝒶́𝓈 ℯ𝓃𝒻𝓇ℯ𝓃𝓉𝒶𝓇..." El inicio de un todo siempre es intenso... No somos nada. Decía... Pero el destino conspiró... A nuestro favor y en nuestra contra. Y ahora... Frente a las verdade...