Capitulo 7.- el armario, su armario

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Me paseaba por casualidad por la sala cuando la voz de la señora Marie me llamo desde el sofá.

– Jessica, querida, ¿podrías buscarme los empaques de películas que guarda Jace en su armario? - dijo. ¿en su... su... armario? Oh no...

– emm... yo... -dije casi tartamudeando, los nervios empezaban a rebosar en mi interior, se supone que la regla de oro es nunca entrar en la habitación de un hombre

– no te costara mucho conseguirlos, el suele dejarlos en los estantes de abajo -dijo con total tranquilidad mientras que yo casi me vuelvo un fantasma de lo pálida que estaba-

– es-esta bi-bien -tartamudee para por fin darme la vuelta y volver por el pasillo donde se encontraban las habitaciones.

Me detuve frente a su puerta y nada mas poner mi mano en la perilla ya sabía que no sería buena idea, no estaba segura si le molestaría que fuese yo quien entrase a su cuarto y no es que fuese lo mas importante en esta situación...

Con todas las dudas y nervios del mundo abrí la puerta, siendo consciente de que tan estúpido era sentirme así de atemorizada cuando Jace no estaba en casa.

Me adentre en la habitación, escrutando con curiosidad todas las paredes y muebles que allí se encontraban, era sobrio y varonil, el típico cuarto de un soltero, con las paredes azul rey y la cama y demás en colores oscuros como caoba y negro.

Aspire con fuerza y pude percibir el olor de su perfume en el aire, dios no había nada de este chico que no me atrajera, incluso sin su presencia en la habitación en mí se desataban unas intensas ganas de besarlo y tenerlo cerca, no pude evitar morder mis labios con suavidad al rondar ese pensamiento en mi mente, definitivamente que no daría por probar esos labios de nuevo.

Después de lo que parecieron tan solo pequeños segundos en los que me sumergía en mi ensimismamiento me dirigí al clóset, abriendo con cuidado la puerta y llevando mi torso un poco hacia delante para observar los estantes bajos, donde supuestamente, según la señora Marie, estaban los empaques de películas.

Pero lo que vine a buscar se me hizo fuera de la vista cuando note su ropa allí guindada, sin mucho reten con mis pensamientos, empecé a acariciar cada suéter y camisa, notando el suave olor que desprendían y que me recordaban tanto a él.

Note como un pequeño peso inexistente se reposaba en mi espalda, como el de una mirada que me observaba con detenimiento, en ese instante mi corazón se aceleró, dando paso al suave deslizar de mi cuello para mirar hacia la puerta, pero antes de que pudiera voltear por completo todas mis sospechas se hicieron realidad.

– veo que disfrutas de invadir espacio privado – dijo con diversión a lo que sentí mi corazón desbocarse súbitamente-

Me quede inmóvil, sin tener la mas mínima intención de voltearme por la pena y vergüenza que sentía, pero enseguida pude escuchar sus pasos cada vez mas cerca de mi posición.

Mis piernas temblaron al sentir su respiración rozar con mi oído, dejando correr un escalofrío envolvente cuando su mano se deslizo de mi hombro a mi brazo, no pudiendo evitar cerrar mis ojos y sentir esas sensaciones con tanta intensidad

– sabes... hay un solo motivo por el que las chicas entran a este cuarto... -dijo susurrando a mi oído, haciéndome sentir un corrientazo potente cuando sus labios depositaron un beso corto en mi cuello, dios creo que estoy por perder el carril-

– yo-o... -dije con un jadeo contenido en mi garganta, pero recuperando el hilo de mis pensamientos y irguiéndome casi al instante, ¿que se supone que él pensaba hacer?.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora