Capitulo 12.- Hot Cakes

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Y ahí estaba yo, observándolo embobada mientras él cocinaba, podía apreciar cada musculatura de su espalda y esa piel clara moteada por pequeñas pecas que bajaban sumisas de sus hombros.

Su cuerpo tenía una forma exquisita, hombros anchos cadera pequeña, y debo admitir que era todo lo que unos ojos deseosos amarían presenciar, recorría con escrutinio todo lo que mi vista alcanzara y no se me paso lo sexy de sus boxers asomándose al borde de su pantalón de pijama, ¿dios es que no puede ser mas perfecto?, porque si lo es juro que perderé mi salud mental.

– Huele delicioso -dije inconscientemente mientras aspiraba el olor de los hot cakes, mi mirada se posó en la pequeña elevación de su mejilla donde claramente su sonrisa se había ampliado-

– umm... -pronuncio a boca cerrada para luego musitar algo que no alcance a entender-

Me quede un poco curiosa de lo que pudo haber dicho pero no dije nada, solo le agradecía al cielo que la señora Marie haya salido esta mañana, si no no tendría esta panorámica tan tentadora

"si, estoy casi segura que no lo sabe, además, ¿que podría averiguar Jessica?"

De repente en mi mente resurgió aquel recuerdo de esa extraña escena, ¿averiguar qué?, ¿qué era lo que no sabía?; me moría por conocer de que se trataba todo eso, su comportamiento extraño cuando le pregunte a quien se parecía Jace... la llamada misteriosa en el que hablaba de mi... esto ya estaba demasiado extraño y en el fondo sentía que todo eso ocultaba algo para nada bueno, que tarde o temprano terminaría por saber, no es que fuera entrometida pero quería enterarme del porque le preocupaba que yo me enterara, y aun mas, ¿qué es lo que según ella, no debo saber...?

– ¿en qué piensas? -escuche la voz de Jace y cuando pude darme cuenta los pensamientos me habían nublado la vista, para aclararse y encontrarme con esos ojos grises que me miraban suspicaces pero con ese trasfondo provocativo-

– en... -<<tu mama>>- nada... no importa -menee un poco la cabeza apartando aquel pensamiento y fije mi mirada lejos de sus ojos, la verdad me volvía loca no saber algo pero ¿contárselo a él? Ni loca.

Jace observo cada facción de mi rostro con sospecha para luego, y sin previo aviso, tomar mi mentón para dirigir mi mirada hacia él, mis ojos vacilaban y sentía ese extraño hilo de escalofríos recorrer mi espalda, los nervios inconscientemente me hicieron morder mi labio inferior, cosa que desvió enseguida su mirada a mis dientes rozando con delicadeza la carnosidad de mi labio.

– Ojala fueran míos -dijo a lo que yo le mire directamente casi al instante, él me observo con una intensidad que hizo que mi piel se erizara por completo, sentí como mis piernas empezaban a vacilar, dándome la sensación de que empezaba a perder el control, los segundos siguientes mi cuerpo reacciono de la manera menos esperada, retirando su mano de mi rostro y pasándole por un lado hasta llegar a la cocina donde estaba el sartén con los hot cakes.

Mi dedos pellizcaron la masa esponjosa para conseguir un pedacito, mis manos ansiosas se elevaron hasta mi boca para saborear aquella masa pero en un instante lo que estaba por degustar desapareció de entre dedos, notando como al segundo siguiente unos brazos fuertes envolvían mi cintura provocando que mi cuerpo completo perdiera la fuerza ante la corriente de escalofríos que le recorrieron.

Su respiración suave choco desmesuradamente con mi cuello y mis ojos se cerraron con una lentitud que me permitió percibir aquel cosquilleo que se deslizo desde mi oreja hasta mi hombro.

– las niñas buenas... -dijo y dejo un pequeño beso en mi cuello- esperan... -dejo otro beso mientras que lentamente subía a través expidiendo un suave respirar- a que les sirvan... -llego al espacio debajo de mi oído y al dejar un beso allí sentí mi cuerpo estremecerse por completo- o quieres que sea yo... -dijo con lentitud mientras rozaba sus labios con mi oreja- quien te enseñe modales... -susurro y luego mordió con suavidad mi lóbulo cosa que me hizo casi derretirme en sus brazos, ya mi cuerpo completo temblaba de solo tenerlo allí, y su respiración aun rozando mi oreja me hacía estremecerme –

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora