Capitulo 41.- Un ultimo sábado. (Maratón 3/?)

4.7K 301 95
                                    

Multimedia: Jace <3


Ya había caído la noche y estaba en el cuarto empacando, me sentía un poco desorbitada de la realidad pero consideraba que estaba mejor así, no muy hundida en los dilemas de esta casa.

Metí una camisa en la maleta y cerrando la tapa me deje caer con un suspiro en el colchón. A mi mente volvió esa llamada extraña desde el teléfono de Dylan.

Me sonaba tanto esa voz, ese tono burlón y engreído, pero siempre he sido mala para dar con la voz de una persona conocida por celular. Igualmente no me preocupaba, ¿Qué puede hacerme en tan solo un día?, es de presumirse que eso no lo tiene pensado, o al menos que solo quiere asustarme.

Me incorpore finalmente, solo quería comer algo e irme a dormir. Ya estaba un poco mas tranquila con la recuperación de Bobbi y de no ser porque tanto Jace como la señora Marie se iban a quedar con el esta noche, no me hubiese regresado a la casa.

Me encamine a través del pasillo hasta la cocina y allí abrí la nevera en busca de algo para preparar. Mis ojos recorrieron las repisas y dieron con una mermelada, pero en el justo instante que mis dedos estaban cerca de tomarlo, escuche como algo de vidrio colisionaba en el suelo a mis espaldas, pasmándome cada musculo.

Mi mirada rodo poco a poco junto con mi cuerpo y me petrifique al ver a la señora Marie a unos pasos del mesón. Observándome con una sonrisa siniestra y ojos vacíos en emocionalidad.

— ¿N-no estaba en el hospital?— tartamudee por los repentinos nervios que me invadieron- ¿no se iba a quedar con Bobbi?

La señora Marie echo su cabeza hacia un lado sin perder su expresión, como si analizara lo que acababa de decir.

— Si, supongo— respondió restándole importancia.

— ¿Entonces que hace aquí...?— sentía mis manos temblar, esa rara sensación de que nada estaba bien me invadía el pecho, ahogándome.

Vi como la señora Marie daba pasos lentos y pausados hacia el mesón, logrando que mi pulso se disparara mientras observaba su mirada oscura y petrificante carcomerme.

— Los errores se arreglan, los errores se borran —lo decía casi robotizado y yo no pude mas que dar un paso hacia atrás topándome con la encimera a mis espaldas, escuchando como repetía esa frase una y otra vez, acelerando su pronunciación con cada repetición.

— ¿Q-que le sucede...?— me atreví a preguntar con la voz sumida en el pánico.

Sus iris se empezaron a pintar de un color oscuro, horrorizándome.

— ¡LOS ERRORES SE BORRAN! —grito con una fuerza sobrenatural. Y entonces el suelo empezó a temblar, desestabilizando toda la casa. Vi como ante la agitación todos los vidrios de las puertas francesas se rasgaban y en vez de caer se suspendían en el aire, coordinándose segundos después hasta apuntar hacia mi dirección. Vi como todos y cada uno se avecinaban a una velocidad a punto de clavarse en cada centímetro de mi cuerpo.

Me incorpore sin aliento en mi cama, con los ojos prensados y el corazón acelerado, mi pecho subía y bajaba sin apaciguo, como si el aire no fuera suficiente.

Dios... había sido una pesadilla...

Mi mirada se deslizo hacia la maleta a medio hacer en la orilla de la cama y fue allí donde comprendí que me había quedado dormida empacando. Restregué mi rostro con mis manos para calmarme de un todo, y con un bufido tome mi teléfono de la mesita de noche.

EN LA MISMA CASA [ #1]  *𝗘𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗖𝗜𝗢́𝗡*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora