Capitulo 25: ¿Angelito?

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Después de aquel incidente, Owen tomó a Joe y lo arrastró hacia arriba, ninguno de nosotros escucho la conversación, pero a decir verdad,lo que Joe llegó diciendo me había intrigado mucho, ¿Jace estaba vivo? Demonios... lo ultimo que nos faltaba es que Jace estuviera aquí.
Suspiré intentando sacar aquellos pensamientos de mi mente.
Saque aquella hoja llena de nombres de mi chaqueta de cuero y me concentré en cada uno de los estudiantes, los busque en la página web de el instituto, tenía que hacer este trabajo lo más perfecto y rápido posible. Después de clasificar los nombres, decidí irme a mi habitación.
Me senté en mi cama, y me quedé mirando fijamente la ventana...

-Emily, tienes que saber que en lo que te metiste no es un juego, créeme te deseo toda la suerte del mundo, cuídate por favor, yo... yo ya no puedo seguir en esta mierda, me está matando poco a poco, saldré de una vez, y espero que tú lo hagas pronto.- Después de decir eso, se dio la vuelta y comenzó a caminar fuera de el "cuartel"
- ¡Jace! - Grité, el giro.- Ten cuidado y Gracias por todo.- Después de eso, gire, y entre por la puerta de atrás. Mire por la ventana, el chico se colocó la capucha de su suéter y comenzó a caminar lejos de allí.
Sabía perfectamente que esa decisión que él había tomado, era la peor. Sabía que "El" no iba a dejar que Jace se fuera como si nada, lo estimaba mucho, pero era su decisión. El chico se había chingado de por vida...

- ¿Ya te volviste loca?- mire hacia la puerta, Ayron se encontraba de pie junto a ella. Fruncí el sueño rápidamente.- Eh... lo siento, debí tocar. Solo... solo quería hacerte una pregunta.
- ¿Que quieres?- espere mirando de nuevo hacia la ventana.
- Amm. ¿Jace es el chico que teníamos que buscar y no lo hicimos?- susurró acercándose a mi.
- Si llegas a decir algo sobre eso Ayron, te juro que te castro con esto.- Dije tomando una navaja que estaba en la cama. Él abrió los ojos.
- No pensaba decir nada de todas maneras.- Dijo dando un paso hacia atrás.- Emily....
- ¿Que?- Respondí mirándolo por encima de mi hombro.
- ¿Por que nunca lo buscamos?
- Ayron, ¿a qué vienen estas preguntas?
- Pues solo era curiosidad, que ese tipo esté vivo, complica el hecho de que le dijimos a Owen que no lo encontramos.
- Yo me encargo de esto, tú solo... no te metas, dile lo mismo a Daryl.- Respondí.- Ahora si no te molesta... Lárgate de mi habitación.- El todo los ojos y salió.
Suspiré, demonios! Había olvidado por completo eso, espero que Jace no habrá la boca por nada del mundo. Talle mi rostro con mis manos y me recosté en la cama, me quede unos segundos mirando el techo. Mi mente comenzó a imaginar cosas por sí sola, no era la primera vez que me pasaba, y sabía que no sería la última, odiaba el hecho de que eso pasara, por qué sentia que eso era como un tipo de aviso a que cada vez mi cordura se alejaba, odiaba eso con todo mi ser, pero estaba plenamente segura que loca no me volvería, no podía. Una mancha negra apareció en el techo, apreté los ojos fuertemente y segundos después los volví a abrir, la mancha ahora estaba más cerca, pero ahora era una especia de masa, que se movía conforme mis ojos iban, a aquella cosa, fuera lo que fuera, le empezaron a salir como agujas, que caían y se clavaban en mi piernas y brazos, me retorcía de el dolor, o eso sentía,por qué no podía moverme, agujas comenzaron a ver sobre mi estómago y de mi boca salía sangre, sangre negra, y esa sangre se iba hacia esa masa, mis uñas se clavaron en las sabanas, mientras de mis ojos comenzaron a salir ligeras lágrimas. Un pequeño sonido salió de mi garganta, moría de miedo, sentía una angustia interna, me mataba por dentro.
Dos puntos relucientes brillaron en la cosa esa, eran opacos, y transmitían temor, sin duda alguna eran sus ojos, y lentamente se hacían más grande, una risa macabra inundó la habitación, mi piel se erizo, tenía ganas de salir corriendo, aquella masa se acercaba más y más a mi, estaba tanto solo a unos centímetros... Abrí los ojos de pronto y me senté en la cama, mi respiración era intensa, puse mi mano en mi pecho, y golpes daba mi corazón, me levante rápidamente y comencé a caminar de un lado a otro.
- 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10...- comencé a contar mientras daba pasos. Eso extrañamente me calmaba, y si, claro que había una razón, mi mamá eso hacía cuando le venían aquellos ataques de ansiedad, y me enseñó a hacer lo mismo. Creo que algunas cosas jamás se olvidan. Me coloqué enfrente de la ventana. Un hombre estaba de pie junto a el columpio que se movía despacio a causa de el aire, él miraba fijamente hacia mi dirección, fruncí el seño al ver que caminaba hacia la puerta de entrada, mi respiración volvió a agitarse, golpes sonaron en mi habitación, comencé a gritar que se largara, el hombre pateo la puerta, su cara, esa cara jamás la olvidaría, ese hijo de puta me había hecho tanto daño, lo odiaba con lo más jodido de mi ser, lo detestaba, corrí hacia a el, en mis manos tenía un cuchillo que se clavo en la mejilla de el, lo jale hasta su cuello, lo saque y enterré en su estómago, lo moví sin pensarlo, mi risa comenzó a sonar mientras clavaba y sacaba el cuchillo, en el se reflejaba mi rostro lleno de sangre, el hombre se retorcía de el dolor mientras, sus gritos se mezclaban simultáneamente con mi risa, se escuchaba tal para cual, lo mire directamente a sus ojos, aquellos ojos que mire ese día, al fin había matado a aquel hombre que me arruino la vida, por fin había asesinado al hombre que mató a mi mamá....
Me levante de pronto y abrí los ojos, inhalaba y exhalaba sin parar, mi corazón latía con mucha fuerza, mientras mi mano derecha temblaba rápidamente. Toque mi frente la cual sudaba, me pare y salí de la habitación, baje y me encontré con Daryl, quien me sonrió, camine hacia la puerta sin siquiera mirarlo, de la mesita tome unas llaves y un casco, salí, subí a una moto negra y la arranque, maneje y maneje por toda la ciudad, estaba tan agitada, necesitaba mucha más adrenalina, mi ansiedad estaba al tope, mezclada con mis ganas de asesinar, iba a 220 k/h, esquivaba autos y pasaba semáforos, realmente me sentía jodidamente mal, quería sacar todo lo que sentía, necesitaba sacarlo...
Me adentré a el centro de la ciudad, intente tranquilizarme y baje la velocidad, fui hasta un lugar, en algún sitio del centro de New York, donde solía comprar alcohol en ese tiempo de mi vida cuando creí que iba a mejorar, allí era Martín, un señor de ahora unos 60 años que tenía un taller, pero igual vendía alcohol robado, y créanme que gáname bien, al rededor de el lugar se encontraban patrullas, pase por medio de ellas, y estacione cerca, baje de la moto quitándome el casco, y empecé a caminar hasta el taller.
- Hey! Lo siento, pero no puedes estar aquí.- Dijo uno de los oficiales poniéndose delante de mi.
- Pero es mi papá, ¿que está pasando? ¿Por que están ustedes aquí?- Dije poniendo mi mejor cara de angustia posible.
-Bueno, hubo una demanda hacia tu padre linda. Dicen que tiene un negocio de bebidas alcohólicas, ilegal, y como sabrás eso, en Nueva York está rotundamente prohibido.
- Pero se están confundiendo, quien vende eso, es el señor Likfer, vive aquí a la vuelta. Deberían de investigar antes de invadir talleres honestos, mi pobre padre se mata todos los días para que podamos comer.- A lo lejos el señor Martín me miraba completamente sorprendido, camine hacia el.- ¿Verdad padre? Que nosotros tenemos el taller de autos más honesto de todo Estados Unidos.
- Claro que si.- Dijo aún mirándome así. El oficial un poco confundido, mando a algunos de sus compañeros a revisar el lugar de Likfer, y en efecto encontraron ya que él era consumidor número uno de "mi padre"
- Disculpen el mal entendido. Nos retiramos. Minutos después de que toda la policía se fuera el señor Marín me miró completamente aturdido.
- ¿Emily?
- ¿Como le ha ido Martín?- Dije respondiendo seriamente.
- Yo... pues... pues como siempre, supongo. Pero, ¿que a pasado contigo, Mily?
- No me llame así.- Dije mirándolo fijamente.- Y en otro momento podremos hablar sobre eso, en este momento solo quiero que me venda ya sabe que.
- Pero...
- Ahora.- Dije mirándolo directamente a los ojos. Con aquella mirada que Daryl tanto odiaba.
- S-si.- Camino hasta dentro de su casa, bajo las escaleras del sótano y entro en un cuarto escondido, donde estaba lleno de aquellas famosas bebidas robadas.- ¿¡Que es lo que necesitas?!- Gritó desde abajo.
- Golde Engilsh Boo estaría perfecto, 5 botellas.- sonaron botellas golpeándose ligeramente, subió las escaleras con una bolsa de cartón café y dentro la bebida.- ¿Cuánto es?- Dije sacando dinero de el bolsillo trasero de mi pantalón. Frunció el sueño al ver el fajo.
- 1200.- Le di el dinero, tome la bolsa, y comencé a caminar fuera del taller.
- Mi... Emily.- Gire lentamente.- ¿Estarás por la ciudad?- Sonreí sarcásticamente.
- Desgraciadamente por un tiempo.- Seguí caminando y me subí a la moto de nuevo. Comencé a conducir a gran velocidad, mientras tomaba de aquella botella, volvió a mi mente el rostro de aquel imbécil, recordaba la manera en la que su rostro me miraba, sus ojos negros penetraban en lo más prfondup de mi ser, causando terror, era tan solo una maldita niña de 15 años, y ese hijo de perra llego a arruinarme la vida, me arrebató lo más apreciado que una hija puede tener, me quito a aquella mujer que tanto había dado por mi, su rostro, su maldito rostro me atormentaba cada puto día, siempre era así; como hubiese deseado haberlo matado, y no sólo enterrado aquel cuchillo en su ojo izquierdo. Si solo hubiera sido más inteligente ese pendejo Ahorita de estaría pudriendo en el infierno...
Después de dos botellas y media, ya estaba un poco acelerada, eran las 12:30 de la noche, la ciudad se miraba tan bella como siempre, manejaba por donde estaban los bares que más recurría en la preparatoria, estacione mi moto en un callejón, bien escondidita, junto con mis 2 botellas, mientras me bebía la mitad de la otra caminaba hacia algún lugar en particular, cuando un chico, no menos de 23 años, se acercó lentamente con un Mustang negro, lo mire por unos segundos y sonreí.
- Hola bonita.- Dijo después de bajar el cristal.
- Hola,- Conteste moviendo los dedos y sonriendo.
- oh, ¿por qué bebes sola "angelito"? - dijo mirando la botella en mis manos. Me encogí de hombros aún sonriendo.- ¿Te gustaría dar un paseo conmigo linda?- Asentí y él sonrió ampliamente. Camine hasta el auto y subí.
- Me llamó Jeff, angelito.- Dijo acelerando el auto.- ¿Cuál es tu nombre?
- Emily.- Dije sonriendo lo más tierno posible.
- Bueno Emily, ¿Por donde quieres ir?- Dijo.
- ¿Que te parece si vamos a mi casa?- Dije mirándolo seductoramente.
- Me parece perfecto. ¿Donde es?
- Ve todo derecho.- Comencé a darle direcciones, lo lleve hasta un lugar, aquel lugar donde nunca se me olvidaría, una calle solitaria donde ningún vehículo pasa, está un poco retirado, y eso lo hacía perfecto.
- ¿estás segura que es aquí angelito?
- Estoy completamente segura.- Apreté la botella y la estrelle en su cabeza, el rápidamente se desmayo, mientras salía poca sangre de su frente. Controle el auto y lo estacione. Baje de el y lo rodee hasta la puerta de el conductor, saque a "Jeff" y lo amarre sus manos justo enfrente de el vehículo, 15 minutos después recobró la conciencia, me miró confundido, tire el cigarro que tenía en mi labios y lo aplaste.
- Jeff Katlow.- Dije parándome enfrente de él.
"Jefe J Katlow": El Matador de Nueva York como lo llamaban mis amigos en ese entonces, el chico era y seguía siendo un ex-convicto por consumir drogas, pero este imbécil sabía todo sobre lo que pasaba en el centro de la ciudad, si no lo sabía el, no lo sabía nadie. Era el pendejo correcto para interrogar.
- ¿Quien mierda eres?- Dijo mirándome sentado desde el suelo.
- Un angelito.- Sonreí ampliamente, el frunció el ceño. Completamente molesto.
- Más te vale que me sueltes cariño, no sabes con quién estás hablando. - Dijo mirándome furioso.
- Oh, claro que lo sé, drogadicto de mierda.- dije tomando su boca y apretándola, lo solté empujándolo.- Ni se te ocurra volver a amenazarme, por qué te juro que te arranco los testiculos.
- Suéltame perra.
- Nop.- Dije sonriendo.- Bien, tal vez me lo piense si contestas mis preguntas.- el me miró. De mi bolsillo saque una pequeña foto, se la mostré.- ¿Donde está este chico?
- Sueltame hija de perra, o te juro que...
Empuñe mi mano y golpeé fuertemente su mandíbula, está comenzó a sangrar, regrese la mano, golpeando con mis anillos de nuevo su mandíbula, el chillo de dolor.
- te dije que no me volvieras a amenazar.- El me miró un poco asombrado, pero aún así no cooperó, después de golpe, tras golpes, tras más golpes, y con mi paciencia ya al limite, saque a la verdadera Emily Wright.
- Ya te jodiste.- Camine hacia la cajuela del auto, no sin antes tomar las llaves del auto, la abrí, había una llave para autos (gato), ropa sucia, y un galón de gasolina. Tome la llave y regrese a donde el.
- Bien, si no quieres hablar por las buenas, será por las malas.- abrí la llave y la puse en uno de sus dedos.
- No, espera, ¿estás loca? ¿Que te pasa? No pued... ¡Ahhh!- Su gritó inundó mis oídos, sonreí.- Eres una maldita perra!- Aquel índice se había hecho pedazos y sus gritos no cesaban.
- ¿Aún no piensas hablar?- Dije colocando la llave detrás y balanceándome como niña pequeña.
- No puedo.- Dijo casi llorando. Rodé los ojos. Puse la llave así como usan los palos de golf cerca de su rodilla.
- No, no, no, por favor no, espera, yo no.- Con todas mi fuerzas golpee su rodilla, Jeff gritaba y lloraba de dolor.
- ¿ya puedes?- Dije sonriendo.
- Yo... Yo... por favor.
- Eso no es un si.- Puse mi pie sobre su rodilla golpeada. El comenzó a gritar más y más.- Bueno Jeff, no me das más alternativas.- Tire la llave a un lado y camine a la cajuela, saque una playera del montón de ropa sucia y el galón de gasolina camine hacia el, desate sus mano y con llave golpee su estómago para que no se moviera tanto. Me coloqué sobre el, apretando su cuerpo con mis rodillas, coloqué la camisa en su cara y vacíe gasolina sobre su cara, el chico comenzó a toser, se estaba ahogando.
- ¿Ya?- Dije. El no respondió. Volví a hechar gasolina, tosía y tosia, lo levante.- ¿Aún no?- El solo me miraba totalmente atemorizado mientras todos.- Bueno si no hablaras ya no sirves para nada ¿No Matador?.- Tire gasolina sobre su cuerpo y al rededor de donde estaba hice un camino hasta estar un poco lejos del el. Saque mi encendedor rosa, Jeff comenzó a gritar.
- Está bien! Está bien! Te dire todo lo que se!- Sonreí.- Yo.. yo lo conocí en una fiesta, su nombre es Luke Mawson. - Dijo mientras cerraba sus ojos fuertemente.- no tengo idea de quién sea en realidad, solo sé que trabaja en una biblioteca y no sé cuál es, lo juro por Dios, creo que tiene una novia en la preparatoria JasonSchool, pero no sé si sea cierto, el tiene un muy bajo perfil, pero se nota que es un hijo de puta, me amenazo para que yo no dijera nada sobre el, en serio es lo único que se, lo juro, lo juro. - Sonreí ampliamente. Escuche el motor de algo, gire, una camioneta negra se dirigía hacia nosotros, estaciono justo enfrente de mi, de ella bajó Jaxon mientras me apuntaba con su pistola, sonreí muchísimo más.
- Hola Agente.....-

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Hey, Hey, Hey!
Aquí está el nuevo capítulo de la historia.
Espero que les guste, la verdad a mi está capítulo me encanta.
Emily esta un poquito mal de su cabecita, ¿No creen?
Y pueeeees, no olviden votar y comentar, así me ayudan. Gracias por leer, espero sea de tu agrado.

Por ciertoooo, la canción del trailer se llama Gotta Stay - Iván B.
Por las que preguntaban sobre la canción, la verdad a mí me gusta mucho. Y pues nada, saludo y de nuevo gracias.

La Gran Mafia (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora