Pov. Jaxon:
Era tan sofocante y frustrante, me sentía jodidamente extraño, la sensación que sentía dentro de mi corazón era inexplicable... Acababa de llevar las cenizas de "mi madre", o al menos los restos que la policía forense pudo recuperar de ella, a la tumba donde se encontraba el cuerpo de Allek, era interesante que sepultará a esas dos personas juntas. Tenía que reconocer que lo que se supone que debía ser mi familia era una jodida mierda...
Acaba de conocer a mi único hermano, el cual resultó ser uno de los mafiosos de la banda de crimen organizado más buscada de todo Estados Unidos, que por destino o casualidad yo estaba encargado de hacerlo pudrirse en la cárcel y que para el colmo, por mi culpa, esa banda lo asesinó delante de mi, pocos meses después de conocerlo.
Mi madre, quién era una loca de remate estaba en la cárcel de más seguridad en Nueva York, sabía sobre ella pero no me había atrevido a acercarme a hablar con ella después de lo que Allek me había contado y cuando decidí interesarme un poco en ella, me entero que la han secuestrado y ha sido nada más y nada menos que aquella banda, tan solo para matarla de igual forma, delante de mis ojos...
Sabía que todo estaba estrictamente planeado por "Él", había sabido mover muy bien las piezas para hacerme caer en pedazos. Era cierto que la muerte de aquella mujer que me había parido no era tan dolorosa como "Él" pretendía, sin embargo por supuesto que me había distraído lo suficiente como para no darme cuenta del atentado a Sunnyvale...
La Gran Mafia era el mayor desafío para cualquiera de las organizaciones, y aquel ataque terrorista solo los había subido un peldaño más. Sabía que había un infiltrado en la Interpol, era demasiado importante dar con esa persona, ya que quien sea que fuese arruinaba cada uno de nuestro golpes hacia LGM. Gracias a esa y otras tácticas habían logrado romper un récord en crímenes, sabía que seguirían cada vez más y más, "Él" se creía un ser imparable y el único que podía pararlo en esos momentos era yo.Arranqué mi auto y salí junto a Mark del estacionamiento del cementerio, manejaba hundido en mis pensamientos, joder, solo anhelaba un trago de whisky. Mi estado de ánimos estaba por los suelos, me detuve unos instantes ya que el semáforo estaba rojo.
Sentía un fuerte presencia, una mirada que atravesaba cada plano de mi cuerpo, miré hacia mi izquierda y entonces la ví... Aquella maldita chica estaba sobre una gran moto negra, no tenía nada más que una chaqueta negra que cubría sus senos y al parecer un pequeño bóxer del mismo color, sus largas y bronceadas piernas cautivaban mi mirada, su cabello se movía al compás del viento, y su mirada...- Allí está esa maldita!- Habló Mark señalando en dirección a Emily, interrumpiendo mis pensamientos, entre en razón, era la misma maldita que había contribuido al atentado de Sunnyvale, que había matado a cientos de personas. Había ayudado a matar a mi madre y gracias a ella asesinaron a mi hermano.
Fruncí el ceño...
El semáforo se puso en verde, Emily sonrió y arrancó la moto dejando por detrás el fuerte chirrido de las llantas, acelere igual que ella y comenzamos una pequeña persecución, Emily se metió por un callejón dónde por supuesto que mi auto no entraría.- Joder.- Golpeé el volante y continue derecho, doble en la siguiente calle. Y allí estaba la moto, estacionada frente a un pasillo lleno de tiendas, conduje hasta allí y me estacioné, me miró y sonrió seductoramente mientras entraba rápidamente en una de las puertas.
- Por aquí.- Dijo Mark bajamos del auto y caminamos con pasó firme hacia allí, era una tienda de tatuajes, miré hacia los lados, estábamos en un barrio de mala muerte, no tenía idea de cuánto tiempo habíamos manejado para llegar a los bajos de SF, saqué mi arma al igual que Mark y entramos.
Observe a mi alrededor, música hip-hop, luces fluorescentes y un olor a weed y menta inundaron mis sentidos, seguí por aquel pasillo largo y a poco metros varias personas pasaban de un cuarto a otro.Mark corrió hacia dentro, al parecer la había visto, varias personas salían del lugar alarmados al vernos con armas. Sabían que éramos policías y le lugar estaba lleno de delincuentes
Seguí caminando a paso lento, con el arma delante de mi apuntando hacia todos lados, sabía que esa chica era jodidamente peligrosa, no podía bajar la guardia en un momento así. - No está aquí, seguiré delante.- Grito Mark lejos de mi.
Segundos después sentí un fuerte empujón hacia una de esas habitaciones y un golpe en mis manos que hizo que mi arma cayera, giré encontrándome con ella, su mirada era totalmente distinta a la que alguna vez ví, aquellos ojos azules estaban completamente llenos de lujuria, lucían juguetones y de cierta forma alarmantes, había algo distinto en su mirada, había algo que llamaba mucho más mi atención.
Sus labios formaron una perversa sonrisa, pidiéndome a gritos que la tomara, y juro que así quería hacerlo...
Emily caminó hasta la camilla y se sentó sobre ella, me sonrió, quitó aquella chaqueta de cuero descubriendo su cuerpo. Y es que maldita sea, lo que veían mis ojos era estupendamente increíble, toda aquella mujer era un arte, su torso y sus brazos estaban llenos de tatuajes, únicamente sus senos estaban sin ninguna gota de tinta, firmes y perfectos, el color de sus ojos, de aquellos ojos obscurecidos, diferentes, llamativos, perversos, solo resaltaban los colores que la adornaban, y aquella sonrisa perversa que emanaba de sus labios hacia verla jodidamente ardiente, lo único que manchaba su magnífico ser eran unas pequeñas heridas en sus costillas y la sangre seca que había en ellas. Mi corazón comenzó a latir rápidamente...
Sabía que esto estaba mal, que iba en contra de toda norma y de todo código que había mantenido en mi vida, pero en ese momento juro que no me interesaba, en mi mente solo se encontraba una cosa y eso era Emily, estar cerca ella me enloquecía, me provocaba cosas que no debería sentir, sólo quería tomarla y cogermela, necesitaba hacerla mía cuanto antes, tan solo con la idea mi excitación fue directo a mi órgano sexual. Estaba totalmente puesto a lo que ella quisiera...
Caminé hasta ella y tomé con fuerza su cuello, acercándola a mi, cerrando aquel esperado beso, nuestras bocas encajaron como si estuviesen hechas la uno para la otro, nuestro labios y lenguas se movían al mismo ritmo, salvajes, quizá los dos esperabamos que sucediera, anhelaba esto y probar sus dulces labios con aquel sabor a sangre y cigarro, había causado una mayor excitación en mí, baje con besos húmedos hasta su cuello, ella enredo sus piernas en mi cintura.
Era malditamente increíble estar en aquella situación, todo mi ser me gritaba que estaba mal, debería estar llevando a aquella chica a la cárcel, pero mi cuerpo parecía estar manejandose solo, y sólo quería estar con ella, no me importaba nada más...
Emily bajo su mano hacia mi entrepierna y comenzó a masajear mi muy erecto miembro, un gruñido salió de mi garganta, la miré,
aquellos ojos me observaban con perversión, en ellos podía ver el infierno y moría por entrar allí, tomé uno de sus senos con mi mano, mientras lo masajeaba ella jugaba con su lengua en mi oreja, no podía más, necesitaba sentirla, necesitaba que sucediera... Baje torpemente mis jeans y saqué mi miembro, Emily abrió sus piernas, aquellas bragas negras ya no estaban, entré en ella...- ¡Jaxon!- El grito de Mark hizo que los dos nos sobresaltaramos.- Esa perra salió de aquí... ¡¿Dónde estás?!- Emily se puso de pie y antes de que pudiera reaccionar tomó mi arma.
- Lo siento Jax.- Me apuntó con el arma y caminó hacia la puerta.- A Emily y a mi nos encantas.- Jaló el gatillo y aquella bala se incrustó en la pared detrás de mí, salió disparando y desapareciendo de mi campo de visión.
- ¿Qué mierda sucedió?- Mark entró con un roce de bala en el brazo izquierdo.- ¿Por qué no la detuviste?
- Me tomó por sorpresa.- Dije, mi mente aún no terminaba de procesar lo que acababa de suceder. Ni siquiera sabía cómo mierda jeans estaban abrochados... Oh demonios! Había estado apunto de cogermela.- Robó mi arma.
- Si, lo sé!- Dijo señalando su pequeña herida con su arma.- Esa maldita ya se fue, ¿Quieres llevarme a un hospital?- Asentí y salimos del lugar, la moto de ella no estaba más por allí.
Subimos al auto y en el trayecto a la clínica en mi mente solo se mantenía la idea de Emily, de su cuerpo, ese maldito cuerpo que tanto deseaba, sabía que era prohibido, que ella era la única mujer con la que no debía estar y era la que yo quería, y sabía que ella quería lo mismo conmigo...Mientras Foster curaba a Mark yo me encontraba en mi oficina, sabía que debería estar detrás de esos hijos de puta, pero lo único en lo que pensaba era en Emily, en ella y aquella extraña frase que dijo en tercera persona o ella estaba loca o yo lo estaba...
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La Gran Mafia (editando)
Ficción GeneralForzada por la necesidad de medicina para su abuela, y la pobreza en la que ella y su pequeña hermana vivían, Emily se va de su pequeño pueblo para buscar trabajo en el gran San Francisco. Ella nunca imagino que el único trabajo que podría obtener s...