Capítulo 65: Enemigos

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Advertencia! •Contenido sexual•
lee bajo tu responsabilidad...

Pov. Jaxon

Mi mente y mi cuerpo no terminaban de reaccionar, no podía creer que esa chica estuviese realmente aquí. Tan sexy, tan ardiente, tan... perfecta.
Estaba allí, de pie junto a mi puerta, sonriendo... Juro que el solo verla me había dejado increíblemente excitado, me puse de pie, observandola, no estaba totalmente seguro si era real, aunque lo parecia, claro que lo parecia.
Mi corazón latía más rápido de lo normal, Emily me volvia loco de una forma en la que sólo ella sabía hacerlo, estando con ella no importaba nada más... Parecía perder los valores, la dignidad, el deber... solo me importaba ella, ella y ese enorme deseo que me aferraba a tenerla...

- Oh vamos Jax, no vine aquí para que sólo me mires.- Susurró y se abalanzó sobre mí, juntando sus labios con los míos. No podía hacer más que seguir aquel baile que hacía con su lengua en mi boca, sus labios tenían un sabor exquisito, único. Pasó algo de su boca a la mía, algo que inconcientemente tragué...
Mis ganas estaban al tope, y aunque sabía que esto sería el mayor error de mi vida no me importo...
Saqué mi camisa y Emily sonriendo se quitó aquella cazadora negra, dejandola al borde de la cabecera de la cama.
Hizó un pequeño brinco y enrollo sus piernas en mi torso, mis manos se dirigieron rápidamente hacia su perfecto y redondo trasero, masajeandolo, apretandolo...
La miré directo a sus ojos, aquellos ojos grises que me estaban volviendo loco. La aventé en mi cama y me coloqué sobre ella, sus pupílas estaban ligeramente dilatadas, podía sentir su corazón latir rapidamente, y su respiración entrecortada, parecía destilar más adrenalina de lo normal, fruncí el ceño, pero antes de poder hacer o decir algo más, volvió a besarme, y en verdad parecía hipnotizarme con tan solo hacer eso...
Tomé su diminuta braga y la deslice hasta quitarsela, comencé a besar sus piernas y subí lentamente hasta llegar a aquella hermosa vista, pasé mi lengua por su zona v, tocando delicadamente su clítoris, ella arqueba su espalda al sentir mas presion, acaricie su pierna hasta llevar mi mano allí, metí dos de mis dedos en su vagina, y comence a moverlos a un ritmo preciso. Me incorporé sobre ella sin sacar mi dedos, Emily mantenía sus ojos cerrados y mordía sus labios ligeramente, comencé a mover mis dedos más rapido, soltó un ligero gemido que por Dios, estaba a punto de explotar, el solo pensar lo que estaba sucediendo era suficiente para hacerme sentirme felíz, emocionado...
Después de unos minutos, al sacar mis dedos, ella giró sobre la cama, dejandome abajo, bajó mi short y comenzó acariciar y masturbar mi muy erecto pene, me miró directamente a los ojos, sonriendo de lado, sabía perfectamente lo que causaba en mí, y le gustaba. Podía notarlo, Emily amaba tener el.poder sobre mí, lo podía notar y joder, era demasiado...

- Jax...- susurró en mi oído. Se colocó de cuclilla sobre mi y metió mi pene en ella, comenzó a dar pequeños brinconcitos en esa posición.
Jodeeer, sentirla, tocarla, cogerla era tal y como alguna vez la imaginé...
- Cógeme como quieres.- Dijo.- Sé lo que quieres hacerme.- Deslizó su lengua por mi cuello...
Una parte de mí no estaba seguro de hacerlo, había jurado que no volvería a comportarme de esa forma con ninguna mujer, por más que lo quisiera... No debía...

- Sé que está ahí.- Siguió susurrando.-Sé que quiere salir.- Sin pensarlo un momento más la tomé por el cabello jalandola hacía un lado, me puse de pie, y la tomé por los hombros volteandola y poniendola boca abajo, jale su cabello y la embestí fuertemente. Soltó un gran gemido, rapidamente tapé su boca con mi mano izquierda...
Solté su cabello y mi mano se estrelló contra sus redondas y muy formadas nalgas, las apreté fuertemente, dejando la marca de mi mano en ellas. Emily quería gritar del placer, pero mi mano seguia tapando su boca, no podía permitir que Mark escuchara lo que estaba sucediendo. Mierda, de seguro perdería mi trabajo...

Después de estar así por un tiempo, la volví a voltear, mis movimientos eran bruscos, tal y como me gustaba ser...
- Cogeme Jaxón, dame como nunca en tu vida lo haz hecho.- Dijo aruñando mi espalda. Apreté mis manos contra su cintura y la jale al borde de la cama, coloque sus piernas en mis hombros y volví a embestirla fuertemente, una y otra vez, tomé sus mejillas con mi mano derecha, apretandolas, ella me miraba, llena de lujuria y de pasión, tal y como yo la miraba a ella, empuje su rostro y tomé un poco de impulso para dar una bofetada considerablemente fuerte, su mejilla rapidamente tomo un tono rojizo, volví a jalar su cabello, mientras la seguian embiestiendo, cada vez más y más rapido, más y más salvaje. Y amaba que a ella le gustara...

Mily:

Sabía que Jaxon escondía algo retorcido, obscuro, siniestro y por supuesto que me excitaba... Sabía que debajo de ese agente serio y recatado, había un Jaxon intrépido, fugaz y estaba plenamente segura de que podía ser capaz de que lo sacará a la luz, y por supuesto que con un poco de molly nadie se puede rehusar... Siempre había sospechado que Jax era de esos hombres, dominantes, agresivos en la cama, tal y como me encantaban... sólo él me encantaba.
Habíamos estado toda la noche cogiendo y por supuesto que los golpes que me daba dejarían alguna marca, por supuesto que dolían, sin embargo era un dolor agradable, amaba sentir el ardor que causaban sus nalgadas, sus bofetadas, amaba que apretara mi piel y jalará mi cabello, que aruñara mi cuerpo, que entrara en mi con fuerza, sin condescendencia. Amaba la manera en que lo hacía... amaba que me cogiera.

Eran alrededor de las 5:30 am, no podía quedarme a esperar que me encerrará en una celda, porque aunque hubiesemos hechado un polvo, él y yo seguiamos siendo enemigos, y sabía que estaría dispuesto a encarcelarme sin importar lo que hubiese pasado, y yo sería capaz de matarlo para que eso no sucediera...
Porque a pesar de que fuimos amantes aunque sea de solo un puta noche, la vida nos tenía predestinado un camino jodidamente diferente, jamás podríamos estar juntos, eramos y seguiremos siendo enemigos... Y que va, eso no era lo mío, podía gustarme de cojones, podría tirarmelo siempre, pero yo nunca sería de él...

Antes de irme tomé de su armario una camiseta blanca de él y me la puse, junto unos jeans que de seguro eran de la insignificante hermana del otro agente. No podía seguir por la jodida cale en ropa interior, porque demonios, hacía un frío de los mil demonios...
Lo miré por unos segundos, estaba completamente dormido, cansado, precioso... supongo que aquel extasis lo había dejado noqueado... Era un poco decepcionante saber que no podríamos estar juntos, que al despertar quizá hasta me odiaria más, y joder, yo ya no podía permitirme estos juegos, aunque él me encantaba, esto no era lo mío. Y sabía que su estúpida moral lo haría sentirse culpable por un largo tiempo y que lo único que anhelará hacer será atraparme y encerrarme, para demostrarse así mismo que lo nuestro no había significado nada, que aquella cogida de anoche habían sido un error... Un ardiente y delicioso error...

Salí del departamento y subí a la moto, miré por su ventana una vez más y sonreí, aunque Emily no lo aceptara y por supuesto si no estuviese pasando por esa maldita depresión, sabía que se sentiría jodidamente felíz, que le había gustado tanto como a mí, que había sido la mejor cogida de sus 23 años de vida.

Sin embargo, aquel encuentro había terminado y había vuelto a la realidad, sabía que lo único que tenía que hacer era encontrar un jodido lugar y planear una increíble jugada para vengarme de ese hijo de puta y por supuesto de su maldita perra, porque haber quemado su jodida mercancía no había sido nada, quería hacerlos añicos, pero a decir verdad no tenía ni la menor idea de como hacerlo, porque aunque odiara admitirlo... "Él" tenía la maldita vida de Emily en sus manos.

La cocaína y el extasis al fin habían salido de mi sistema, y ahora lo único que recorría mis venas era odio puro. "Él" había arrebatado lo único que mantenía cuerda a Emily... Y aunque por un lado se lo agradecía, ya que por esa razón salí a la luz, no era justo que matara a la única jodida familia que tenía, que destrozara así, como si nada, la vida de Emily, pero más importante, a mí nadie iba a pisotearme... Y Owen, joooder, había lastimado mi cuerpo al golpearme y siendo sinceros había dañado mi ego, que en realidad era lo que me importaba... Lo detestaba como a nada en la puta vida, quería arrancarle los ojos y hacer que se los comiera, tan solo quería tenerlo delante de mí para hacerlo añicos.

Andaba por los barrios bajos de S.F, sabía que podía encontrar algún lugar donde podría estar en paz, toda la gente que vivía en esas comunidades nos adoraba, que aunque vivieran de la mierda, vivian y lo hacían gracias a LGM, grscias a "Él", quizá la droga y el buen sexo me habían dejado devastada, pero joder, me sentía cansada como nunca en mi jodida vida, sólo quería dormir...
Recordaba que Emily tenía un tipo de "seguidora", que vivía en ese asqueroso lugar, aquella chica anhelaba ser como ella, aunque vamos, Emily solo era una martir de su pasado, que solo seguía adelante por Gia, y bueno, lo que quedaba de su abuela; lo divertido que había en su vida, todas aquellas muertes, todo aquel temor y odio que causaba, era todo por mí, sin mí esa estupida no era nada...
Sin embargo, ahora esa idiota me podía ayudar. Logré ubicarla, y aunque su casa era una jodida mierda podía descansar, la chica se había comportado de lo mejor conmigo, me había ofrecido de todo, que por supuesto no era mucho lo que tenía y había logrado sacarla de su, nada cómoda, cama, al menos podría descansar unas horas...

Aunque no contaba con aquella estúpida traición...

La Gran Mafia (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora